La ciencia brilló en la semana de la enseñanza agropecuaria
|La enseñanza agropecuaria tuvo su semana en la educación entrerriana, y la ciencia se lució con la Varieté de Experimentos en la que más de un centenar de alumnos de la escuela agrotécnica Las Delicias pudieron “Entrenar con la ciencia”, descubrir razones y maravillarse con los colores y la efervescencia de las reacciones químicas.
Por resolución 444/13 del Consejo General de Educación, del 4 al 8 de agosto la educación entrerriana conmemora la semana de la enseñanza agropecuaria, y convocados por la coordinación del Área de Educación No Formal del establecimiento educativo ubicado en la zona rural de Gobernador Etchevhere, el equipo de la Subsecretaría desembarcó en la escuela agrotécnica.
Sus instalaciones centenarias, mezcladas con tecnología actual, se convirtieron en el escenario ideal para que los alumnos protagonizaran la Varieté de Experimentos, un título que ya anticipaba que no iban a aburrirse los 129 chicos de entre 11 y 13 años siendo meros espectadores de una charla teórica. De la mano del bioingeniero Santiago Romero Ayala, fueron experimentando los “imposibles” de la ciencia, pudieron ver ondas electromagnéticas invisibles al ojo humano utilizando herramientas tan rebuscadas como un simple celular.
Minutos después, con la ayuda de los delegados de los cursos, prepararon un volcán de colores mezclando ácido tartárico y bicarbonato de sodio, una reacción química efervescente.
Luego de escuchar atentamente las palabras de la subsecretaria de Ciencia y Tecnología, Luisina Pocay, los chicos también fueron interrogados sobre los conceptos químicos. Respuestas certeras evidenciaron un manejo de la temática que ponía en riesgo la capacidad sorpresiva de los próximos experimentos.
Pero el infalible truco del vaso de vidrio con agua, que sostiene un cartón al ser puesto boca abajo sin dejar caer de su interior el líquido, vislumbró en los alumnos caras de asombro dignas de un mago.
La presión atmosférica había logrado ganarle a la presión generada por la columna de agua del interior del vaso. Luego, al sacar el cartón de la boca del vaso, la gravedad ganó la pulseada salpicando al ingeniero. Los chicos confiados en que este experimento volvería a tener el mismo resultado en un tubo de ensayo, aplaudieron cuando vieron que el agua no caía del tubo de ensayo boca abajo, esta vez la tensión superficial le daba una mano a la presión atmosférica.
El siguiente experimento tendría de nuevo como protagonista a la tensión superficial al hacer flotar clips metálicos en un vaso con agua, el mismo principio que permite a los insectos posarse sobre ríos y lagos. La ciencia otra vez servía para asombrar, generar intrigas y despertar científicos.
En Las Delicias, los futuros científicos ya se estaban entrenando desde antes, aprovecharon para mostrar sus atributos de conocimientos como de generosidad, al entregar como presente uno de sus más preciados proyectos, un brazo de grúa hidráulico hecho por dos alumnos del establecimiento en sus clases de ciencias.