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La chicharrita del maíz acecha a los tardíos en la Región

La Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, nombre científico de la temida “chicharrita del maíz”, dio a conocer su 11° informe elaborado en base a los datos recogidos entre el 22 de diciembre y el 7 de enero en las más de 400 localidades en las que se ubicaron trampas cromáticas.

Como viene sucediendo desde que comenzaron los relevamientos, en general son bajas las poblaciones de este insecto que es vector del complejo de enfermedades que causa el achaparramiento del maíz y que el año pasado provocó estragos en la cosecha.

De acuerdo con el reporte, el panorama actual “muestra situaciones claramente diferentes entre las localidades endémicas, relacionadas con si se realizaron o no prácticas de manejo. Si bien la ausencia de la plaga predomina en todas las regiones, se observa un crecimiento poblacional en localidades del NEA y el Litoral, y un retroceso en el NOA”.

Hay un aspecto esencial a tener en cuenta: “Ante el aumento de las condiciones ambientales predisponentes en esta época del año, los expertos recomiendan intensificar los monitoreos a medida que avanza la siembra de maíces tardíos, y, en caso de ser necesario, aplicar estrategias de control químico para contener el crecimiento de la plaga y mitigar posibles daños”, subraya el informe.

Uno de los aspectos claves que surgen del estudio es que los maíces tempranos ya pasaron el período de desarrollo en el que eran susceptibles de verse afectados por la chicharrita.

En otras palabras, en el partido del maíz contra este insecto, los tempranos ya pudieron ganar con comodidad y ahora es el turno del segundo tiempo con los tardíos que, vale insistir, tienen que enfrentar la chicharrita en el momento en que las condiciones ambientales más favorecen su propagación.

“Con los maíces tempranos a salvo del achaparramiento, el monitoreo y control de la chicharrita se vuelven claves para el éxito de los tardíos”, señala el documento de la Red Nacional.

En este marco, amplía que si bien resultaba esperable un aumento de las poblaciones en esta época, sobre todo en las zonas endémicas, en la región del NOA -la más afectada la campaña anterior- se observa que la plaga no creció e incluso decreció respecto de las semanas previas.

“El dato se correlaciona con el manejo de los maíces voluntarios (“guachos”), el monitoreo y los controles oportunos que se llevaron a cabo”, menciona.

No obstante, en el NEA, donde muchos maíces voluntarios no se eliminaron, se observa un crecimiento de las poblaciones.

También se registran localidades con valores altos en el Litoral, correspondientes a zonas con maíces que se encuentran en la fase final del cultivo, sembrados en septiembre/octubre con baja o nula presencia de chicharritas, y que hoy tienen plantas que superaron la etapa susceptible crítica.

En concreto, de las 76 localidades relevadas en el NOA, un 37% registró presencia de la plaga, predominantemente en los niveles más bajos (1 a 4 adultos por trampa).

“Se evidencia un retroceso tanto en el número de localidades con detecciones como en la cantidad de insectos respecto de los dos informes previos, lo que se atribuye principalmente a la implementación de controles químicos. Hoy, esta región endémica se encuentra sensiblemente mejor que hace un año, y mejor que el NEA y el Litoral en la actualidad”, remarca la Red.

De todos modos, el informe sostiene que “resulta fundamental mantener e intensificar los monitoreos, especialmente en las áreas ya sembradas y donde se han adoptado medidas de control, con el fin de detectar posibles aumentos poblacionales durante el período crítico de susceptibilidad del cultivo”.

En el Litoral, donde se relevaron 39 localidades, un 43% registró presencia de Dalbulus maidis. Corrientes sigue apareciendo con las mayores capturas, con la localidad de Mercedes con el valor más alto en la zona, y en Entre Ríos han comenzado a detectarse algunos focos.

“La coexistencia de maíces tempranos y tardíos en esta región hace imprescindible un monitoreo riguroso de los cultivos”, remarca el estudio.

Si bien los maíces sembrados tempranamente están fuera de peligro, el objetivo es reducir el impacto del vector y las posibles fuentes de infestación para los maíces tardíos, que están aún en las etapas iniciales de desarrollo.

“Resulta crucial aplicar medidas de control en aquellas localidades donde se han registrado aumentos significativos en la población del vector, a fin de proteger el rendimiento del cultivo y evitar la propagación de la plaga”, reafirman.

Informe completo

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