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La CGT va ahora por un bono para privados con un piso de $ 2.000

La CGT se retiró satisfecha de la reunión con el Gobierno por la obtención inmediata de tres de sus cuatro reclamos -compensaciones de fin de año para jubilados, beneficiarios de planes sociales y contribuyentes de Ganancias- y la promesa de que el miércoles podrá discutir con los empresarios el cuarto punto: un bono por parte del sector privado que para la central obrera debería tener una base de $2.000 y la posibilidad de elevarlo para los gremios con mejores sueldos y de actividades más rentables. Esa referencia también servirá para el plus que se intentará extender a los estatales nacionales.

 

El encuentro tripartito se dará en el ámbito de lo que el Ejecutivo denominó Mesa de Diálogo para la Producción y el Trabajo, en la que espera dirimir cuestiones relacionadas con la productividad y la competitividad pero que para la CGT tendrá como casi único interés la generación del bono referencial. Será un remedo del debate anual del Consejo del Salario Mínimo, aunque en este caso con mayor impacto porque el objetivo de la central obrera será dotar de alguna compensación por la acumulación inflacionaria a asalariados privados y también del sector público.

 

Fue el acuerdo que alcanzaron al cabo de cuatro horas de negociación el triunvirato de la CGT, Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, junto con otros miembros de la “mesa chica” como Andrés Rodríguez (estatales, UPCN), Roberto Fernández (colectiveros, UTA), Francisco Gutiérrez (metalúrgicos, UOM), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Jorge Sola (Seguro), con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y Mario Quintana, coordinador del Gabinete económico. El encuentro se llevó a cabo en el gremio de Sanidad para y no en la cartera laboral, para dar tiempo a los interlocutores a encarrilar la discusión sin la presión de los medios.

 

Aunque ayer mismo algunos gremialistas como Pablo Moyano hicieron saber su descontento con los puntos pactados el grueso de la CGT, que reunirá esta tarde su Consejo Directivo, se inclina a aceptar el combo y mantener abierta la negociación para la semana que viene, como había anticipado este diario. Esa mesa incluirá las principales cámaras patronales, explicaron en la cartera laboral, y se prevé que sus definiciones serán una guía orientativa aunque no necesariamente obligatoria de lo que deberá abonar a fin de año cada sector patronal como plus.

 

En la cúpula de la central se jactaron ayer de haber obtenido del Gobierno concesiones para sectores habitualmente relegados en los planteos de la CGT como los jubilados y los beneficiarios de planes sociales. En este último caso fue clave el acuerdo que alcanzó el triunvirato con grupos sociales y de piqueteros el mes pasado. En esa línea, anoche descartaban la posibilidad de avanzar en la definición de una fecha para el paro que el órgano deliberativo de la central había dejado en suspenso a la espera del resultado de las negociaciones con el Ejecutivo.

 

A diferencia de la primera reunión entre ambas partes, cuando hace dos semanas medio Gabinete se sentó a la mesa, en esta ocasión el Gobierno limitó su comitiva a dos funcionarios. En la extensa charla Triaca y Quintana acudieron a sus teléfonos para cruzar consultas técnicas con el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, y con el propio Mauricio Macri. La clave hacia adelante, además del eventual bono a definir la semana que viene, será la articulación que cada gremio intentará a partir de ese piso para adecuarlo a los ingresos de sus representados, sobre todo en los casos de organizaciones que cada fin de año generan adicionales muy por encima de 2 mil pesos.