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La CGT presiona al Gobierno por Ganancias y doble indemnización

La unidad de la CGT está en marcha. Por primera vez después de años de divisiones y fracturas, todas las vertientes del sindicalismo peronista compartieron ayer una cumbre conjunta, un gesto político que adquiere mayor trascendencia en el contexto de una economía estancada cuyos efectos comienzan a golpear sobre el empleo y el poder adquisitivo de los trabajadores.

 

Así la ofensiva de reunificación cegetista se tradujo en una primera decisión concreta y palpable: todos los espacios de la central acordaron una estrategia única para presionar al Gobierno por la rebaja efectiva de la carga salarial del impuesto a las Ganancias y una ley para frenar despidos, que incluya el retorno del esquema de doble indemnización.

 

Para ello en las próximas semanas los gremios cegetistas se abocarán a una campaña de recolección de un millón de firmas para impulsar, mediante el mecanismo de consulta popular, el tratamiento legislativo de ambas iniciativas. La intención sindical es formalizar su reclamo por ambos proyectos con una masiva movilización al Congreso durante la primera quincena de abril.

 

“Vamos a analizar un proyecto de Ley de Emergencia Desocupacional, que contemplará la doble indemnización o que los empleados continúen trabajando”, anunció el jefe de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, a la vez que, en alusión a la decisión oficial de postergar los cambios en Ganancias, le advirtió al presidente Mauricio Macri que “no se deje llevar tanto por los técnicos porque ese tema tiene una definición política”. El camionero como otros gremialistas que asistieron a la cumbre respaldaron la decisión de la oposición legislativa de derogar el decreto que dispuso la suba del piso del tributo y se esperanzaron con un cambio de fondo. “Era previsible”, dijo Moyano.

 

El malestar por Ganancias, sumado a la preocupación por el aumento de despidos en el sector público y privado, y la inquietud gremial por la falta de medidas para frenar la aceleración de la inflación fueron el principal denominador de la cumbre realizada en UPCN que reunió a todos las vertientes de la CGT.

 

Estuvieron los jefes de las tres centrales, Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo, además de los “independientes” José Luis Lingeri, Andrés Rodríguez y Rubén Pronotti (en representación del jefe de la Uocra, Gerardo Martínez), los “gordos” Carlos West Ocampo y Armando Cavalieri, y el bancario Sergio Palazzo. Por la confederación de gremios del transporte (CATT) asistieron su titular, Juan Carlos Schmid, y los dirigentes Omar Maturano y Roberto Fernández, en tanto que Sergio Sasia, Mario Manrique, Norberto di Próspero y Guillermo Moser se sumaron por el MASA, el grupo que comanda Omar Viviani que participaron por primera vez de las negociaciones por la unidad.

 

Sobre el proceso de reunificación, ayer se resolvió la convocatoria a un congreso normalizador para agosto próximo, en el que comenzará a definirse la nueva conducción de la central. “La CGT ya está reunificada. Ahora vamos a trabajar en la agenda de reclamos que com parten todos los gremios, y después se abrirá la discusión sobre la futura conducción”, aseguró Lingeri.