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La Cámara de Casación archivó la denuncia de Nisman contra la presidenta

En un fallo por unanimidad, los camaristas Ana María Figueroa, Luis María Cabral y Gustavo Hornos fundaron su decisión en que la apelación había sido desistida por el fiscal Javier De Luca, en sintonía con el fallo del juez Daniel Rafecas por inexistencia de delito.

 

La denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, por supuesto encubrimiento del atentado a la Amia de 1994, quedó hoy definitivamente archivada por la Cámara Federal de Casación Penal.

 

En una resolución firmada 20 días después de que el fiscal de Cámara Javier de Luca desistiera de proseguir la denuncia, los camaristas Ana María Figueroa, Luis María Cabral y Gustavo Hornos resolvieron por unanimidad cerrar la causa.

 

El 20 de abril pasado De Luca dictaminó no apelar la denuncia del ex titular de la UFI-AMIA luego de la segunda desestimación, resuelta por la Sala I de la Cámara federal porteña.

 

La primera desestimación había sido adoptada por el juez federal Daniel Rafecas, sorteado para resolver el tema luego de la muerte de Nisman, el 18 de enero último, y luego de que su colega Ariel Lijo se reusara a tomarla.

 

Rafecas primero y luego la mayoría de la Sala I, compuesta por Jorge Ballesteros y Eduardo Freiler, consideraron que los hechos denunciados por Nisman no constituían delito por lo que no correspondía llamar a indagatoria a los imputados por el fiscal.

 

De Luca se plegó al razonamiento de inexistencia de delito y agregó que la firma de un tratado internacional como el Memorándum de Entendimiento con Irán constituye una facultad inherente al Poder Ejecutivo, que en este caso también fue ratificado por el Poder Legislativo, de acuerdo a la manda constitucional.

 

El 14 de enero pasado, en medio de la feria judicial, Nisman regresó del exterior y denunció a la presidenta, al canciller Héctor Timerman y al diputado Andrés Larroque, entre otras personas, de crear una “organización criminal” y una “diplomacia paralela” para que los iraníes acusados por la voladura de la AMIA, en 1994, quedaran impunes.

 

El titular de la UFI-AMIA basó su denuncia en la supuesta instrucción del gobierno argentino a la Interpol para que cesaran las “alertas rojas” de captura en cualquier lugar del mundo de los acusados iraníes, hecho que fue desmentido por el propio titular de la agencia policial mundial de aquel entonces, Ronald Noble.

 

Nisman aportó como prueba miles de horas de escuchas telefónicas centradas en un referente de la comunidad musulmana porteña, Jorge Yussuf Khalil, a quien Nisman caracterizó como agente iraní, y en la que participaban Luis D’Elía, Fernando Esteche, el ex fiscal Héctor Yrimia y un falso agente de la Side, Allan Bogado, pero ningún funcionario gubernamental.

 

La Cámara Federal había sostenido en su fallo desestimatorio que la carencia de pruebas de Nisman y el simultáneo pedido de nuevas medidas era como una “excursión de pesca”.

 

La denuncia de Nisman fue sostenida en primera instancia por el fiscal Gerardo Pollicita y en segunda por el fiscal Germán Moldes, uno de los impulsores de la marcha del 18F.