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La ANSeS al rojo vivo

El Gobierno mira con preocupación los números de la Administración Nacional de Seguridad Social. Las cuentas del organismo quedaron jaqueadas desde que la Corte Suprema aceptó el reclamo de algunas provincias para suspender el débito de 15% de la coparticipación del Impuesto a las Ganancias, destinado a financiar al ente previsional. Hasta el 2012, los ingresos corrientes alcanzaban para cubrir las prestaciones. Pero en los últimos tres años, la curva se invirtió y en el 2015 terminó con un déficit de $ 58.000 millones.

 

Un documento que circula entre los miembros del gabinete económico, al que tuvo acceso El Cronista, discrimina el resultado financiero de la ANSeS sin contar los recursos adicionales del Tesoro y el superávit del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (las acciones y títulos que estaban en poder de la AFJP) desde 2010 hasta el fin de la gestión kirchnerista.

 

En los tres primeros años, se acumuló un saldo positivo de $ 23.030 millones. En los tres siguientes, el rojo sumó $ 69.601 millones. “La magnitud de esta brecha puede observarse en la variación acumulada de recursos y gastos. Mientras el primero acumula un incremento del 302%, el segundo creció 367% durante los seis ejercicios presentados”, asevera el trabajo que tiene en su escritorio Emilio Basavilbaso, el titular de la ANSeS.

El informe, que puso en la lupa la gestión de Diego Bossio (nombrado por Cristina Kirchner en julio de 2009, como sucesor de Amado Boudou), advierte la necesidad de realizar un diagnóstico de las cuentas previsionales a raíz del severo “deterioro del balance presupuestario del organismo durante los ejercicios recientes”.

 

La recaudación corriente del ente previsional comenzó a estar exigida a partir de la creación de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y de la moratoria que permitió acceder a beneficios jubilatorios a aquellos que no tenían completos los años necesarios de aportes. También impactaron las subas en las asignaciones familiares, el mayor otorgamiento de pensiones no contributivas y las subas en los haberes por efecto de la movilidad jubilatoria.

 

El Gobierno busca identificar, con este análisis, qué sucederá con las prestaciones del organismo hacia adelante. Los ingresos tributarios representaban hasta ahora 30% de los recursos con los que se financia el ente. Pero ese porcentaje decrecerá, ya que se acordó con las provincias que la restitución del 15% de Ganancias que hoy va a la ANSeS, se haga en un plazo gradual de cuatro años. Sin aportes del Tesoro (que financian una parte de las pensiones y las jubilaciones militares) y la renta del FGS, queda a la vista que los aportes y contribuciones son cada vez más insuficientes para cubrir la masa creciente de gasto.

 

La AUH, que nació en 2009, entregó un año después 3.473.457 beneficios de $ 180 mensuales, alcanzando una ejecución de $ 6340 millones. Para 2015 el beneficio llegó a $ 837 y absorbió $ 34.035 millones (436,8% respecto a 2010). Además, en esos años el plan incorporó nuevos beneficios como ayudas por embarazo y escolar.

 

Sobre la nueva moratoria promulgada en 2014 el documento estima que en total se jubilaron 3,4 millones de personas. Entre enero de 2010 y diciembre de 2015 la cantidad de beneficios aumentó en 1.121.716 casos mientras que los desembolsos pasaron de $ 30.103 millones a $ 163.000 millones, una variación de 441,4%.

En cuanto a los incrementos en los haberes previsionales, a partir de la aplicación en 2008 de la ley de Movilidad de las Prestaciones del Régimen Previsional Público, los haberes de todos los jubilados y pensionados crecieron 420%.

 

Otro de los factores relevantes fue la evolución de las pensiones no contributivas. De 946.554 beneficios en 2010 y una ejecución presupuestaria de $ 9938 millones, pasó en 2015 a 1.473.897 beneficios y $ 62.259 millones (626,5% más).