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La AFIP ahora va por los abogados y contadores

Los profesionales, y más puntualmente, ciertos abogados y contadores, son el nuevo objetivo en los planes para perseguir la evasión que se fijó la AFIP, según adelantó Alberto Abad, el titular del organismo recaudador, en rueda de prensa durante el anuncio de la recaudación de enero pasado.

 

“Primero fueron los ricos y famosos, y ahora serán los profesionales”, dijo Abad, al aclarar que no se tratará de perseguir a los estudios sino a los individuos, y que entre los profesionales, el primer objetivo son los abogados y contadores.

 

“Se investigarán los gastos con tarjeta de crédito, los inmuebles y otras variables económicas de estos sujetos, y se fijarán niveles de riesgo de 1 a 10”, anticipó el funcionario, y añadió que “a los contribuyentes de mayor riesgo se les comenzará a pedir documentación y se les hará una fiscalización”.

Lo que se buscará son inconsistencias entre el nivel de vida de esos sujetos y la facturación que declaran, ya que son sectores que muchas veces realizan una buena parte de su trabajo en la informalidad.

 

La AFIP hizo una importante investigación sobre los bienes y consumos de los contribuyentes para inducir al blanqueo de 2016, y esos datos le quedaron en sus bases informáticas.

Además de la información patrimonial preexistente, y de consumos de tarjetas de crédito, de ingresos declarados y de cuentas bancarias, se incorporaron en aquel momento nuevas fuentes como datos de compañías de seguros, brokers inmobiliarios, guarderías náuticas, y de habilitación de construcciones, entre otras.

 

El mismo blanqueo no permite investigar evasión hacia atrás respecto de los bienes sincerados, pero sí dio a la AFIP mucha información que puede usar para medir la actividad profesional que en realidad están desarrollando los abogados y contadores que ahora estarán bajo la lupa, y por la que estarían evadiendo IVA y Ganancias.

 

A muchos, esta fiscalización sobre lo que de verdad facturan podría hacerles caer la calificación de buenos cumplidores que permitía obtener la ley del blanqueo, confirmando las declaraciones juradas de los impuestos de Ganancias y sobre los Bienes Personales de 2014 y 2015, algo sobre lo que la AFIP siempre alertó que mantenía todo el poder de investigación.