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Justina tiene 12 años y espera urgente un corazón para poder seguir viviendo

Familiares y amigos de Justina Lo Cane, la niña que encabeza la lista del Incucai para recibir un trasplante de corazón, realizaron este jueves un abrazo solidario en la puerta de la Fundación Favaloro, donde se encuentra internada, para generar conciencia sobre la importancia de donar órganos.

 

Cuando Justina entró en la lista de espera en el Incucai, le pidió a su familia lanzar una campaña para concientizar sobre la importancia de donar órganos. Su papá, Ezequiel, la ayudó a crear la campaña “Multiplicate por Siete” que se viralizó con el hashtag #LaCampañaDeJustina que se viralizó rápidamente y sumó el apoyo de artistas, deportistas y personalidades de distintos ámbitos.

 

Paola, la mamá de Justina, aseguró que “Justina está en un momento muy crítico, conectada a un aparato que la mantiene con vida”, y agregó que “es un camino de muchas piedras”. Así como Justina ideó esta campaña para ayudar a todos los que se encuentran en su misma situación, ahora “es el momento de pensar en ella. Pido que la ayuden”, urgió la madre.

 

A Justina le detectaron cuando tenía un año y medio una cardiopatía que podía agravarse con los años. Y eso sucedió a fines de julio pasado.

 

“Aún recuerdo, terminando las vacaciones de invierno en casa, cuando se descompensó. El 31 de julio pensé la llevamos la compensan y listo. Pero la realidad nos golpeó duro, más duro que al año y medio. Justina no podía seguir viviendo con su corazón, necesitaba un trasplante. Llegó la internación, y Justi pintaba corazones llenos de esperanza, se interesaba por otros chicos, como ella a la espera de un órgano, siempre optimista, y yo con ella”, cuenta su mamá en una carta difundida en la cuenta de Facebook de La Campaña de Justina.

 

Justina está internada desde el 7 de septiembre pasado cuando fue ingresada de urgencia en terapia intensiva de la Fundación Favaloro. Dos días más tarde cuando todos sus órganos comenzaron a fallar debió ser conectada a un ECMO, soporte cardíaco y respiratorio, y desde entonces aguarda al tope de la lista de Emergencia Nacional del Incucai por un corazón que le permita seguir con vida.

 

Esta es la carta de Paola, la mamá de Justina:

 

“Les pido que nos ayuden”

 

Mi hija está internada en la Fundación Favaloro a la espera de un trasplante de corazón. Su estado es crítico, día a día su cuerpo se debilita, cuesta más verla sin que los ojos se me empañen.

 

Al año y medio le descubrieron a Justi una cardiopatía, fue un momento doloroso, pero con la medicación, el verla crecer y disfrutar la vida, aun alertada por los médicos de que esto podía suceder, pensé o quise pensar que ella siempre estaría bien. Pero hace tres meses todo cambió.

 

Aún recuerdo, terminando las vacaciones de invierno en casa, cuando se descompensó. El 31 de julio pensé “la llevamos, la compensan y listo”. Pero la realidad nos golpeó duro, más duro que al año y medio. Justina no podía seguir viviendo con su corazón, necesitaba un trasplante. Llegó la internación, y Justi pintaba corazones llenos de esperanza, se interesaba por otros chicos, como ella a la espera de un órgano, siempre optimista, y yo con ella.

 

El 7 septiembre entró de urgencia a terapia intensiva, el 9 de septiembre estaba en un quirófano luchando por su vida. Todos sus órganos se descompensaron. Los médicos lograron estabilizarla, conectada a un ECMO. Aunque sufrió una trombosis en su pierna derecha, de la que recuperó todo salvo los dedos de su pié. Que se los tuvieron que amputar.

 

Ella pelea poco a poco y sigue adelante, en estado crítico, cada día más. Ha superado todo tipo de inconvenientes.

 

Lleva tres meses en cama. Su piel tiene ampollas. Le duele el cuerpo, el alma. Cuesta contagiarle esperanza, pero ella es una leona y se aferra a la vida. Lucha. Espera.

 

Estoy desesperada, como toda madre lo estaría. Porque la veo ahí, en esa cama, le cambiaría el lugar y daría mi vida por volver a verla despertar en casa, rodeada de sus amigas, escuchando música y pintando.

 

Justina hizo que muchos se inscriban como donantes de órganos en el INCUCAI. Les agradezco enormemente a todos los que verificaron y se registraron. A todos los que difunden su campaña. A todos los que rezan, envían buena energía. Pero necesito que todo se multiplique, una y mil veces más, que todos seamos donantes de órganos, que todos piensen en ella.

 

Y especialmente te pido a vos, de mamá a mamá, si te toca vivir el dolor más terrible de perder un familiar, acordate de mi hija Justina y de todos los que esperan. Podés tener el gesto de amor más grande que pueda existir y multiplicar ese familiar en 7 vidas.

 

El 9 de diciembre Justina cumple 13 años, sueño con ese día recuperándose en casa con el corazón ya trasplantado. Necesito creer en esa imagen, necesito saber que mi hija después de tanto sufrimiento va a tener un final feliz.

 

Se los suplico. Desde el lugar que les toque y como puedan piensen en ella.

Muchísimas gracias

Paola, la mamá de Justina.