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Javier Milei ordenó a Victoria Villarruel anular las subas salariales de los senadores

Por pedido expreso de Javier Milei, finalmente la vicepresidenta Victoria Villarruel accedió en la tarde de este lunes a acompañar con su firma la resolución que dispone retrotraer el incremento del 30% en las dietas de los legisladores. La vice se resistía a congelar los salarios de los senadores

La resolución ya había sido firmada el viernes por el presidente de la Cámara de Diputados, el libertario Martín Menem. Pero por razones políticas, Villarruel había hecho trascender que no acompañaría la decisión. Aguantó dos días las presiones de la Casa Rosada.

El Gobierno se encuentra envuelto en un escándalo por los salarios de los altos funcionarios tras los aumentos del 48% que tuvieron este mes el propio Miley, Villarruel y el resto de su Gabinete.

El presidente cobró un sueldo de $ 4.068.738,23 en enero, mientras que en febrero pasó a ser de $ 6.025.801,32. Villarruel percibió $ 3.767.339,40 en enero y en febrero aumentó a $ 5.579.429,66.

Finalmente, el Gobierno anuló esas subas. Como fusible, el presidente echó este lunes durante una entrevista por televisión al secretario de Trabajo, Omar Yasín, a quien culpó por los aumentos salariales en el Poder Ejecutivo.

Pero en el medio siguió abierta la disputa con Victoria Villarruel, quien rechazaba bajar las dietas de los senadores. Con los aumentos ahora anulados, sus salarios treparían a cerca de $ 2,5 millones.

En la introducción de la resolución firmada por Villarruel y Menem y que se conoció este lunes al anochecer, se habla de la “profunda crisis que atraviesa la economía de la Argentina producto de las malas políticas de los últimos 20 años” y que eso “hace necesario la recomposición salarial de todos los trabajadores de distintos sectores de nuestra economía nacional”.

Luego se explica que, en ese marco, el pasado 22 de febrero se suscribió una paritaria con los gremios del personal legislativo. Ese acuerdo estipuló una suba salarial del 30% para los empleados del Congreso.

En la resolución, Villarruel y Menem lo que definieron es dejar sin efecto una decisión administrativa de 2011 firmada por el entonces vice presidente Amado Boudou y el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, que engancha de forma automática los incrementos de los sueldos del personal legislativo que se acuerdan en paritarias con las dietas que reciben los diputados y senadores.

En la intimidad, el presidente de Diputados se atribuyó la firma de la resolución conjunta: “Si yo no avanzaba y presionaba, no salía”, les dijo Menem a sus colaboradores.

La vicepresidenta rechazaba dar marcha atrás con las subas de las dietas por una seria de razones. Hablaban de una intromisión del Poder Ejecutivo (por el reclamo del Presidente a que los diputados y senadores se bajasen los sueldos) en el Poder Legislativo, de la real pérdida del poder adquisitivo de los salarios de los senadores frente a la alta inflación y de que hasta el Gobierno había otorgado aumentos a sus funcionarios, decisión que finalmente se revió este lunes.

La decisión de no subir las dietas genera irritación entre los senadores. Y eso es justamente lo que menos necesitaría Villarruel: en el Senado oficialismo tiene una enorme debilidad y el peronismo es la primera minoría, con 33 senadores propios (le faltan apenas 4 para el quórum).

Frente a la presión de la oposición, finalmente Villarruel convocará a una sesión especial para este jueves para tratar el polémico mega decreto de reformas de Milei. En el peronismo -y también en la oposición dialoguista y en el propio oficialismo- dicen que habrá quórum y que están los votos para aprobar el rechazo al DNU.

De ocurrir, será un golpazo para la Rosada: a ningún presidente en ejercicio le votaron en contra hasta ahora un decreto.

Para esa sesión, el peronismo planea llevar una carta bajo la manga: en caso de contar con el número que exige el reglamento para tratar proyectos sin despacho de comisión -dos tercios de los senadores-, buscará avanzar con un proyecto de coparticipación del Impuesto al Cheque, algo muy resistido por la Rosada.

Y algo más se agregaría tras la resolución de retrotraer las subas de las dietas: algunos proponen también tratar sobre tablas un proyecto del senador peronista José Mayans para equiparar los salarios de los tres Poderes del Estado, órganos extrapolares, organismos descentralizados de la Administración Pública Nacional y empresas y sociedades del Estado. La iniciativa habla de “equidad”.

Mayans propone fijar un tope máximo a la percepción de haberes de las máximas autoridades del sector publico nacional. Fija que las remuneraciones no puedan superar los 20 salarios mínimos “por todo concepto”. Para funcionarios de menor jerarquía, el proyecto estipula el equivalente a 15 mínimos. Desde este mes, el salario mínimo es de $202.800.

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