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Inseguridad y desempleo: principales preocupaciones del paranaense

La inseguridad (28 %) y el desempleo (26 %) se mantienen como los problemas que más afectan a los paranaenses, una constante en las mediciones realizadas durante los últimos años. Se reparten un 46 % la inquietud generalizada la crisis económica (y concatenado, las grises perspectivas socioeconómicas), las serias dificultades en cuanto a atención para la Salud, la educación cada día más perjudicada por la disconformidad del docente en cuanto a las condiciones en que desarrollan su labor y la corrupción cada vez más enquistada en el poder político.

El sondeo se recabó como ya es habitual en el Centro Cívico, zona Parque Urquiza, Costanera, adyacencias del IOSPER, Plazas de Mayo, Alvear y Sáenz Peña, sectores de Peatonal San Martín, Terminal de Colectivos, accesos a Coto, Wall Mart y Carrefour.

Fueron quinientas las personas entrevistadas y de las mismas 140 consideran que Paraná es una ciudad cada vez más insegura, entendiendo que los peligros por ilícitos ya no son potestad de distintas zonas marginales o de áreas carenciadas sino que los riesgos se han extendido.

De las 140 es muy interesante observar que 60 entienden que ven gente muy extraña en los últimos años, en una palabra, forasteros de dudosa procedencia y con imágenes que despiertan incertidumbre y hasta temor sobre sus desenvolvimientos.

De esas 60, 46 entienden que una solución es establecer controles camineros más rígidos, disponer de un destacamento con celosa custodia en la Terminal el cual sirva de “filtro” para analizar profundamente quienes llegan a Paraná y por cuánto tiempo se quedan, como darle más atención a los operativos en distintos barrios que año a año se van llenando de “turistas” que en sus plazas de origen mínimamente tienen ordenes de captura.

Otras 50 evidenciaron su preocupación por el clima de escasas garantías que ofrecen las calles céntricas.

En tanto que de los 30 restantes se destacaron 20 coincidencias con lo peligrosa que está la noche, sintetizándose un pedido mayoritario: más control en zona de boliches, especialmente en el Puerto y rotonda contigua.

Vale la pena subrayar que un 67 % de éstas 140 personas entienden que no falla la Policía sino las leyes y el obrar de la Justicia.

Pocas fuentes laborales serias

Un 26 %, o sea 130 personas, esgrimieron notoria preocupación por la falta de empleo estable y hubo una fuerte crítica hacia los gremios, en especial al Sindicato de Comercio, porque no alcanza con las indemnizaciones o el “ajuste a derecho” de los empleadores o patronales sino lo que todos buscan es ESTABILIDAD.

También vale resaltar que de esas 130, un 46 % sean empleados de la Administración Pública con contratos de obra o servicios en algunos casos con antigüedad de 4 o 5 años sin solución a sus pedidos de efectividad.

A su vez, un 34 % de los encuestados tenía relación con la docencia (maestros, profesores, preceptores, cocineros de comedores escolares) y matizaron que necesitan otro empleo para mantener sus grupos familiares. Conmovedor: cuatro de esas maestras, una a la tarde es niñera, otra empleada doméstica, una cuida enfermos y otra es enfermera en un nosocomio céntrico.

Otro índice apreciable: un 54 % tributó acotaciones en cuanto al rechazo a tantas Asignaciones y Planes en vez de gestar ofertas laborales serias, promover emprendimientos, apoyar fuertemente a la idea de surgimientos de nuevas Pymes a partir de una sólida inversión en el establecimiento de líneas crediticias que impulsen a la concreción de buenas ideas.

Crisis y escaso consuelo

Setenta personas (14 % de las 500 encuestadas) se refirieron a la crisis económica y a las pocas perspectivas de cambio.

En éste subgrupo, un 57 % puso blanco claro a la falta de planes de vivienda que no impliquen moradas lejos de la ciudad o de rudimentarias características de edificación, sino la posibilidad de acceder a líneas crediticias para edificar lo que uno desea sin que ello implique lujos o residir en el Parque Urquiza.

El 43 % tuvo unísona coincidencia: no se llega a fin de mes con la Canasta Básica y cada día que transcurre es inevitable meterse en créditos para el solo hecho de lograr ir viviendo con la mayor dignidad por unos meses “y ver qué sucede más adelante…”. Unanimidad absoluta hubo en el repudio a las mediciones del INDEC, rotulándolas de “provocación” o “burla”.

Interesantísimo fue el aporte de 12 madres, quienes ya no saben que hacer con los altos costos por hacer estudiar a sus hijos, poniendo énfasis en que desde las Escuelas se pide cada vez más útiles, libros o materiales para tareas prácticas, como el deber tener que poseer computadoras para hacer trabajos especiales en sus casas.

Cabe manifestarlo sin vacilaciones: de las setenta, cincuenta y siete no confían en un cambio de las condiciones a la brevedad.

Salud en alerta

Sesenta y cinco personas (13 % del sondeo) se refirió a las dificultades existentes en cuanto a costos relativos a la salud.

De esa cantidad, un 62 calificó como pobre la atención para la salud en hospitales y sanatorios y hubo una reflexión masiva en cuanto a la necesidad de al final tener que viajar a Buenos Aires porque acá “la capacidad de los profesionales o la falta de recursos tecnológicos no cubren la demanda ante casos de gravedad”.

Y está bueno poner énfasis en algo: de las sesenta y cinco, el 69 % criticó fuertemente la atención en las guardias (considerada pésima) y el precio de los medicamentos; mientras que, un 25 % adujo que desde el Gobierno hay mucha lentitud en el proceso de llevar solución a distintas coyunturas, poniendo blanco en las trabas diversas que se suscitan en el IOSPER, como el plus cada vez más caro y ya casi imposible de afrontar que fijan los médicos y la imposibilidad de denunciarlos pues sino te quedás sin el médico de cabecera.

Del mismo modo, una minoría recalcó que ya no se puede acceder y/o cumplir con los abonos de las prepagas.

Maleducados

Cincuenta y cinco (11 %) de las personas sondeadas creen que la Educación vive una de sus peores etapas por la situación de los docentes en cuanto a condiciones laborales, medidas gremiales, estados de las escuelas, conductas que llevan alumnos de sus hogares, padres cada vez más desligados con ésta problemática, escuelas que exigen a los alumnos materiales o útiles cada vez más caros, o -como ya enunciamos renglones más arriba- confección de tareas prácticas especiales y uso irreversible de la informática.

Hubo un 43 % de mamás y papás preocupados por la pérdida de valores que muchos chicos traen de sus casas y la “pasiva” actitud de los establecimientos educativos que están “atados de manos” ante problemáticas de indisciplina, agresividad o rebeldía de ciertos alumnos “intocables”.

Corrupción enquistada

Finalmente, 40 personas (el 8%) considera que la clase política está “en otra cosa” (frase usual), que no hay vocación de servicio y que solo hay un propósito uniforme de enriquecerse a través de sus funciones, sin pensar y actuar en cuanto a las verdaderas necesidades del Pueblo.