Incendio y derrumbe en Barracas: nueve muertos
Un incendio sin control en un depósito de archivos de papel ubicado en el barrio porteño de Barracas terminó en tragedia: nueve personas, entre bomberos y agentes de la Guardia Civil, murieron al derrumbarse una pared en la que trabajan para acceder al lugar, confirmaron fuentes oficiales.
El fuego se inició a las 8.15 en un depósito de archivos, ubicado en Azara 1245, por causas que se investigaban. El horror se desencadenó momentos después, cuando un grupo de bomberos que aparentemente intentaba derrumbar un gran portón para ingresar a apagar las llamas quedó sepultado por una pared de unos siete metros de altura que, sin piedad y sin aviso, se les vino encima. Todos quedaron atrapados. Además de las nueve víctimas fatales, otros siete heridos en estado de gravedad tuvieron que ser trasladados a hospitales porteños para ser atendidos de urgencia.
Entre los fallecidos, según informó el secretario de Seguridad de la Nación Sergio Berni, hay seis fallecidos de Policía Federal Argentina, dos de Defensa Civil y uno de Bomberos Metropolitanos Voluntarios Vuelta de Rocha. En tanto, los heridos permancen internados. “Hay cuatro en el Hospital Churruca, dos en el Penna, uno en el Argerich y otro fue dado de alta del Ramos Mejía”.
En declaraciones a la prensa, Berni indicó que “se ubicó a los empleados a cargo del sistema antiincendios de la empresa”. Momentos posteriores al siniestro, se creía que estaban desaparecidos bajo los escombros.
“Nos encontramos con muchos cuerpos tapados por escombros, con politraumatimos gravísimos. La mayoría murió en el lugar”, detalló esta mañana el titular del SAME, Alberto Crescenti.
Después de caerse la primera pared, otras tres cayeron en pleno rescate. Todo el personal de Bomberos concentró los esfuerzos en remover los escombros y rescatar a quienes habían quedado atrapados. Hubo escenas de angustia y desesperación. Rescatistas lloraban sin consuelo al enterarse que sus compañeros habían sido víctimas fatales del derrumbe.
El secretario de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, que se encuentra en el lugar, consideró que “la situación es compleja y hay que verificar si no hay personas entre los escombros. No se descarta que haya más personas, parecería que no, se trabaja con mucho cuidado en la remoción de escombros”.
El operativo estuvo constituido por la Superintendencia de Bomberos (100 hombres, cuarteles 1 y 2); la Superintendencia de Seguridad Metropolitana (50 hombres trabajando en tránsito y seguridad); Bomberos Voluntarios de San Telmo (2 autobombas y 20 hombres); Bomberos Voluntarios de La Boca (3 dotaciones, entre 10 y 30 hombres cada una); el Departamento de Asistencia a las víctimas de la PFA; un helicóptero de la Policía Federal; el jefe de la PFA, comisario general Román di Santo; el SAME (30 ambulancias); y personal de Defensa Civil.
“La mayoría de los vecinos estábamos descansando cuando empezamos a escuchar pedidos de auxilio. Los bomberos estaban intentando abrir una puerta con una amoladora cuando se les vino la pared encima”, relató un testigo.
Minutos después del primer derrumbe, otra pared cayó y provocó zozobra entre los equipos de emergencia. Entre lágrimas, bomberos y personal de la Ciudad de Buenos Aires trabajan para terminar de sofocar las llamas.
El ministro de Seguridad de la Ciudad, Guillermo Montenegro, también participó de las tareas en el predio ubicado en la calle Azara 1245. El depósito del siniestro pertenece a la empresa Iron Mountain. En su página web se presenta como una compañía de gestión y custodia de archivos, escaneo, digitalización y recuperación de datos, entre otras tareas.
Iron Mountain es una empresa de origen norteamericano, líder en soluciones de administración, protección y almacenaje de información para instituciones financieras. Cotiza en Wall Street y tiene presencia en 35 países. Tal es el grado de relevancia de la compañía, que varios bancos confían sus datos para que se realicen allí copias de seguridad. La gigante IBM es uno de sus clientes.
“Tenían un excelente sistema de protección contra incendios”, aseguró Berni. Y comentó que la Justicia ya realiza las primeras pesquisas para averiguar el origen del fuego.
La fiscal a cargo del caso es Marcela Sánchez. Las autoridades judiciales esperaban que cese el fuego para comenzar a hacer los peritajes del predio, que contaba con una habilitación por parte del Gobierno de la Ciudad de noviembre de 2007, según indicó un comunicado que difundió la web Fiscales.gob.ar.
Poco antes de la medianoche, la Federación Bonaerense de Bomberos Voluntarios envió diez dotaciones de cisternas pertenecientes a cuerpos de la zona sur, para reabastecer a las autobombas que combaten el fuego en el depósito de Barracas.
Fuentes de la entidad comentaron que aún quedan “varias horas” de labor por delante, ya que hay que remover con palas mecánicas una gran cantidad de papel e inundar el lugar: “Es un incendio medio complicado”, sostuvieron.
Los bomberos trabajan por grupos y cambian cada una hora. Cuando hacen el pase, no menos de tres de ellos tienen que ser asistidos por inhalación de humo, señalaron medios que cubren las tareas de extinción de las llamas desde el lugar.
Explicaron, además, que las dificultades para lograr poner fin al incendio yacen en la gran cantidad de papel que hay en el depósito, que se dedica a conservar información clave de numerosas instituciones. “Cuando remueven las cenizas vuelven a despertarse focos de incendio, lo que demuestra que aún hay elementos de combustión “, graficaron.
Alrededor de las 3 de la madrugada diluvió en la Ciudad pero las lluvias tampoco sirvieron para dar por terminadas las tareas. Por el contrario, generó temor entre los bomberos debido a la posibilidad de derrumbe de una pared. Esa situación hizo que los efectivos vallaran la zona para evitar que vecinos se acerquen al lugar.