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Imposible olvidarlo: hoy, Néstor Kirchner cumpliría 62 años

Néstor Carlos Kirchner nacido en Río Gallegos, el 25 de febrero de 1950, cumpliría hoy 62 años. Su gobierno generó un estilo que rescató la política del descrédito en que había caído, privilegió la militancia y jerarquizó la figura presidencial y su autoridad. Con el tiempo, la historia le otorgará el lugar que merece por las transformaciones profundas que promovió.

 

Todos le reconoceremos los logros concretos de su gestión, como: el crecimiento económico; el desarrollo de la industria nacional y la importante contracción de la tasa del desempleo; las mejoras salariales en la mayoría de las actividades, que han superado las proyecciones inflacionarias; el auge del consumo y el crédito; la ampliación de los beneficios jubilatorios para personas que no habían hecho aportes.

 

Además, la función activa del Estado desplazando al “mercado”; el discurso reivindicativo, nacional y popular, frente a las grandes corporaciones empresariales y a organismos internacionales como el FMI; la renovación de la Corte Suprema; el desendeudamiento con el Fondo Monetario Internacional; la política de Derechos Humanos y la nulidad de las leyes de obediencia debida: la integración regional… Por esto, ya tiene su lugar en la historia, con toda justicia.

 

Significó un cambio total respecto al nefasto modelo neoliberal que se implantó con el golpe militar de 1976, se profundizó en la década de los 90 con el menemismo, explotó con la crisis de 2001 y terminó con el gobierno radical de la Alianza.

 

Néstor Kirchner ha marcado un antes y un después. Es parte fundamental en la realidad argentina, vive en el corazón de su pueblo, porque puso nuevamente en marcha un proyecto político peronista transformador que forjó nuevos derechos, en la pelea por la igualdad de oportunidades y la equidad social, en la lucha permanente de la causa nacional y popular por: la Soberanía Política, la Independencia Económica y la Justicia Social.

 

Con aciertos y errores, nos dejó como legado la restitución de la política y la militancia; nos dejó como garantía un proceso de soberanía política e independencia económica iniciado en 2003, ratificado y continuado por la presidenta Cristina Fernández y sostenido por la maravillosa militancia Juvenil que todavía en cada acto lo viva y nos conmueve con su memoria inalterable.