#HayPlata… Un manejo de recursos que se reitera gestiones tras gestiones

No es responsabilidad exclusiva de tal o cual gestión de Gobierno… Lamentablemente, nos toca reflexionar hoy, pero esto viene desde hace muchos años… Lo que es más, Cuestión Entrerriana tiene 15 años de vida y siempre ocurrió. ¿Podrán Rogelio Frigerio y Rosario Romero cambiar esta tendencia contradictoria?

Distintos proveedores del Estado, tanto provincial como municipal, coinciden en resaltar una ambigüedad: se presentan en licitaciones, o exponen sus propuestas, proyectos, ideas, servicios, y se encuentran con un obstáculo infranqueable: el tristemente célebre #NoHayPlata.

Y nos ocurre a menudo a quienes tenemos la responsabilidad de informar, de divulgar acciones de Gobierno, de entrevistar a funcionarios, a autoridades, y/o hasta de emitir una opinión, invitando a la reflexión de nuestros auditorios.

Por eso, sufrimos en carne propia a esa muralla inexpugnable que casi siempre apunta a mirar por el espejito retrovisor de “La Herencia” o de “lo que dejaron”.

Y pasan los secretarios o secretarias de Comunicación de turno y nada cambia, nada se transforma… Por ahí mejoran (o no…) las relaciones en el trato con el proveedor, pero lo que no muta es el discurso repetitivo y/o peor… las excusas.

Proveedores de distintos rubros o reparticiones sufren pagos dilatados o rechazos de sus prestaciones… Y por qué no poner de relieve que hasta el propio empleado del Estado aguanta se les pague sus salarios un 7 u 8 cuando debe abonar servicios, tarjetas, etc a principios de mes.

Pareciera que no queda remedio el soportar serenamente, afrontar estoicamente la necesidad de depender -en cierto modo- del Estado para mantener un producto o subsistir laboralmente, frente a la sanata del #NoHayPlata, que a la vez suele dar lugar inapropiadamente a la incontestación, la cual se erige en descortesía, y hasta al trato no edificante.

La dicotomía más paradójica es acometer nuestro compromiso de difusión y ver cómo SÍ HAY PLATA para reconocidos personajes de la Prensa nacional, de la Cultura, del Arte, de la Música, etc, etc…

Es inverosímil o directamente inadmisible, pretender hacernos creer que ciertas visitas ilustres llegan a Entre Ríos o a Paraná con espíritus altruistas y sus presencias tienen un carácter filantrópico.

¿Y está mal contratarlos y pagarles por sus talentos? ¡Para nada! ¡Bienvenidos, bienvenidas a todas las personalidades que puedan conocer y replicar las bondades de nuestra Provincia y/o de nuestra Capital!

Lo que estaría muy bueno es exponer a la Comunidad, cuánto cuesta seducir a esas celebridades.

Solo así, de esta forma, uno puede discernir con otro grado de comprensión el por qué a uno nacido y criado en estos pagos (sea periodista, artista, actor, músico, etc…) se le espeta hasta con tonos histriónicos, mordaces, -por ejemplo- que: “Tu propuesta está muy lejos de lo que podemos pagar”.

No obstante, también vale preguntar… Estas o estos famosos, ¿cómo cobran por sus eximios servicios? ¿Dos meses después? ¿O será que sus actuaciones, alojamiento, gastronomía y otras bonificaciones son acordadas y cumplimentadas anticipadamente?

Rogamos, obviamente, sean bien interpretadas estas palabras… Nos place, nos enorgullece que ciertas estrellas de distintos ámbitos otorguen sus jerarquizados valores a la sociedad entrerriana y/o paranaense. Nos colma de satisfacción y entendemos como loable se los interese y contrate.

Pero no descuidemos lo autóctono, lo local, lo de la región.

Cambiemos, modifiquemos la postura. Primero los paranaenses, los entrerrianos. Sepamos valorar los esfuerzos, capacidades, aptitudes y actitudes de quienes habitamos este bendito suelo, y el primer paso es que desde las esferas gubernamentales pertinentes, se nos comience a tratar y esencialmente a VALORAR distinto.

Pongamos punto final al #NoHayPlata. Cerremos ese capítulo absurdo. Obremos con franqueza y honestidad moral. Si hay plata para algunos, modificar el rumbo y redistribuir la plata para todas y todos. Es un buen momento para repensar estas líneas. No da para enojarse, o fastidiarse.

Demostrarán sabiduría y astucia al analizar lo procedido, ejerciendo una profunda autocrítica y transformando la metodología. Si no se contestaron mensajes, contestarlos; si no se pagaron servicios en tiempo y forma, pagarlos; si hubo intercambio de pareceres infértiles y hasta destrato, no reiterarlos.

Es muy simple: llegó la hora de cristalizar el hablar, contestar, -OPORTUNAMENTE- respondiendo sin contradicciones o pretendiendo explicar lo inexplicable. Las pruebas están a la vista.

Tan solo es hora de dar un brusco viraje para evitar que ya no se trate de una disconformidad o hasta de un sentimiento de muchos que hasta hoy se trasunta en cafés, cortaditos, foros, mails o grupos de whatsapp.

Quizás… uno de estos días el Pueblo, o el propio empleado estatal quiera saber de qué se trata y pida que se rindan los números de la manera más transparente que la legalidad le permita reclamar, y allí se disipen todas las dudas sobre si había o no plata en las arcas gubernamentales.