Gustavo Labriola presentó al gobernador Bordet su primera obra “Los Libros y el Cine”
“Con mucha alegría recibí a Gustavo Labriola quien me regaló su primera obra ‘Los Libros y El Cine’ donde recorre las películas y los libros que han marcado su vida. Además de un gran profesional y un funcionario comprometido, Gustavo es muy buen lector y un cinéfilo apasionado”, reveló mediante la Red Social Facebook el gobernador Bordet.
“Es muy grato ver el cuidado con el que Gustavo repasa obras fundamentales del cine y la literatura. En sus páginas recoge muchos de los temas sobre los que charlamos en todos estos años de amistad. Agradezco su sensibilidad y afecto porque nos enriquecen a quienes lo conocemos”, consignó el mandatario entrerriano.
Antonio Gustavo Labriola es concordiense, egresado de la UNER con el título de Contador Público en 1984, luego de haber brindado asesoramiento a empresas en materia impositiva, laboral, administrativa y contable, como haber cumplido funciones en la Justicia y entes oficiales concordienses, fue designado como secretario de Hacienda en el Ministerio de Economía, Hacienda y Finanzas del Gobierno Entre Ríos.
“Los libros y el cine” es el primer libro de Antonio Gustavo Labriola. Dice el autor en el prólogo que “los libros y el cine ocuparon desde siempre un lugar fundamental en mi vida. Me permitieron crecer, en todo sentido. Posibilitaron que cuente con un criterio de análisis crítico y una mirada abarcadora respecto a la condición humana. Desde el inicial y lejano Mark Twain pasando por Albert Camus, Jerome Salinger, Federico García Lorca, Antonio Machado, Hiraki Murakami, Sándor Márai hasta los más recientes como Pierre Lemaitre, Eric Vuillard o Carlos Ruiz Zafón. Como también desde Charles Chaplin, Buster Keaton, Vittorio de Sica, Federico Fellini, Woody Allen, la “Nouvelle Vague” hasta Jim Jarmusch, Laurent Cantet o los Hermanos Dardenne”.
“En estos escritos va un relato parcial como es parcial la memoria y en ella anidan todos aquellos libros y aquellas películas que han impactado mi corazón y que me han forjado, permitiéndome evolucionar. Lejos de mi intención se encuentra cualquier pretendida erudición o análisis profesional de los libros o los films. El propósito sustancial es recordar, y rescatar libros y películas que me han hecho mucho bien. Bien valió la pena, desandar los recuerdos e involucrarme con el pasado, debo decir, sin temor a equivocarme ni a exagerar, que, leyendo y viendo cine, he sido feliz”, concluye Labriola en su prefacio.