Guardias pediátricas: no hay que esperar una tragedia para reflexionar
Siesta paranaense de lunes. Fuerte golpe en la cabeza de un pre-adolescente de 13 años jugando al básquet. Padre desesperado que parte al Sanatorio La Entrerriana para evaluar gravedad del traumatismo. Negativa de la Guardia en dicho nosocomio por no haber pediatras y traslado a otro Instituto. ¿Cuál es el límite de lo “legal”? ¿Y el aspecto humano? ¿No se erige el acto en una especie de abandono de persona?
La secretaria de Guardia del prestigioso establecimiento Privado de Salud pre-citado pidió las disculpas del caso con total amabilidad y respeto: “éste Sanatorio no tiene Guardia Pediátrica y más allá que su hijo sea alto, hasta los 15 requiere de atención mediante un Pediatra. El único que atiende acá es el Dr. Nasta pero solo lo hace con sus pacientes habituales y en éste momento no se encuentra por lo cual debería dirigirse o al Sanatorio del Niño o Clínica Modelo que sí tienen Guardia para Niños”
De nada sirvió explicarle que el “niño” de 1m82 y más de 70 kilos había sufrido un golpe fuertísimo sacudiendo su cráneo en el piso y soportaba desde el golpe un profundo dolor, mareo y la vista se le había quedado por segundos “en blanco”.
Le sugerimos que quizás fuese peligroso volver a introducirlo a un auto y llevarlo a otro nosocomio, pero no… Sin perder la cordialidad y la respetuosa conducta, la responsable administrativa de la Guardia cumplió con “la norma” y dejó partir al pre-adolescente sin siquiera una revisación básica para descartar riesgos primarios y que luego sí, sea derivado a otra clínica.
Luego, ya en la misma puerta de la Clínica Modelo, la comedida intervención del Dr. Daniel Mendoza y otro especialista en Neurología (si no fallamos el Dr. Sergio López Otero) descartaron cualquier coyuntura de honda dificultad recomendando reposo por 48 horas en observación.
Solo fue un susto, pero nos quedamos con el sabor amargo de lo acontecido. Y nos preguntamos, si no sería conveniente que desde el Sanatorio La Entrerriana, habida cuenta de sus distintas inversiones en concepto de publicidad, se propenda a INFORMAR que allí no se cuenta con Guardia Pediátrica.
No obstante, siendo uno de los nosocomios de mayor jerarquía en la provincia y hasta de la Región, con médicos de indiscutible prestigio y capacidad como HUMANIDAD, ¿¿¿no vale la pena reajustar el “Protocolo” y dar anuencia a que desde la Administración de las Guardias se AVALE que haya una MÍNIMA ATENCIÓN PREVENTIVA, la cual posteriormente DERIVE al Centro pertinente al niño golpeado/enfermo???
Guardamos INMENSO APRECIO Y RESPETO por varios de sus profesionales como autoridades, por ello es que nos DOLIÓ lo acontecido. Y nos PREOCUPA hasta el grado de la CONSTERNACIÓN, de la ATRIBULACIÓN, que lo suscitado pudo involucrar hasta una TRAGEDIA pues, GUSTE O NO lo que aquí se refleja, se RECONOZCA O NO lo ocurrido, se actúe o no con AUTOCRÍTICA, NO SE ATENDIÓ A LO QUE ELLOS MISMOS CALIFICARON SEGÚN SU EDAD: UN NIÑO. Dios no quiso que concluya dramáticamente en un ABANDONO DE PERSONA.
Confiamos, creemos, estamos convencidos que las autoridades del Sanatorio La Entrerriana TOMARÁN EN CUENTA ésta sugerencia pues sabemos de sus desvelos por tributar una tarea con el mayor esmero y dedicación del personal profesional médicos, técnicos, oficinistas y trabajadores operativos, generando procesos funcionales, que propician una adecuada planificación, organización, dirección y control de los servicios de salud de manera eficiente, con el objetivo de brindar a la población una atención integral, humanizada y de calidad.
Concebimos desde hace décadas al Sanatorio La Entrerriana como una institución que garantiza con solidez el cumplimiento de sus obligaciones, mereciendo siempre la confianza plena de sus usuarios a través de la satisfacción de las necesidades de los mismos.
En ésta ocasión, sentimos que algo falló, y NO RESPONSABILIZAMOS de ello a la administrativa. Ella sólo RESPETÓ -quizás de modo TAJANTE- una NORMA que NO ELABORÓ y que, URGENTE, DEBE SER ANALIZADA y MODIFICADA.