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Fuerte condena del papa Francisco al aborto: “¿es justo cancelar una vida humana para resolver un problema?”

Aunque no se refirió a la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo en la Argentina, un duro golpe al tratarse de su madre patria, el papa Francisco volvió este domingo a dejar en claro su rechazo más absoluto al aborto, en una entrevista que concedió a la emisora televisiva italiana Canale 5.

Al reiterar que “nadie se salva solo” y su crítica a la cultura del descarte en general -de niños, enfermos, ancianos, pobres y refugiados-, volvió a considerar que la práctica del aborto -rechazada desde siempre por la Iglesia Católica-, no es un tema “religioso” sino “humano”.

“No nos olvidemos de una brutalidad que sucede en nuestra cultura: la cultura del descarte. Lo que pierde utilidad se descarta. Las personas que no son útiles se descartan, se descartan niños, no queriéndolos o mandándolos al remitente cuando se ve que tienen alguna enfermedad, o simplemente cuando no son queridos. Antes del nacimiento, se cancelan de la vida”, lamentó el ex arzobispo de Buenos Aires, en el marco de una reflexión sobre la importancia de acompañar, cuidar y ser cercanos, como caminos para superar la actual crisis provocada por la pandemia de coronavirus.

El papa, que le confesó al vaticanista de Canale 5, Fabio Marchese Ragona, que lo entrevistó en la residencia de Santa Marta, que en verdad no quería hablar del tema aborto, “pero me tiraste la lengua”, fue más allá. “Algunos dicen ‘bueno si pasa algo así, se puede hacer, la religión nos entenderá’. Pero atención, el problema del aborto no es un problema religioso, es un problema humano, pre-religioso, es un problema de ética humana”, indicó. “Luego las religiones siguen o no siguen, pero es un problema que un hombre, también un ateo, debe resolver en su conciencia”, agregó, mientras se difundían imágenes de las manifestaciones en favor y en contra de la legalización del aborto en la Argentina. Y contó que él suele hacerle tres preguntas a quien le plantea este problema. “¿Yo tengo derecho a hacer esto? Es una respuesta científica: a la tercera, casi cuarta semana, está el adn, están todos los órganos del nuevo ser humano que está en el vientre de la mamá, es una vida humana. Hago esta pregunta. ¿Es justo cancelar una vida humana para resolver un problema, sea cual sea el problema? No, no es justo. ¿Es justo alquilar un sicario para resolver un problema, uno que mata esta vida humana? Este es el problema del aborto científicamente y humanamente. No mezclemos las religiones, sino la conciencia humana”, sentenció.

En la entrevista, en la que reveló que la semana próxima se vacunará conta el coronavirus en el Vaticano -como se anticipó- preguntado sobre cómo puede el mundo volver a pararse luego de un año tan trágico como el 2020, marcado por la pandemia, el papa contrapuso a la cultura de la indiferencia y del ‘sano menefreghismo”, que “no es sano”, la cercanía. “La indiferencia nos mata porque nos aleja. La palabra clave para superar la crisis es cercanía”, dijo, al subrayar también la importancia de que la dirigencia política piense en el bien común y en la unidad, antes que el conflicto, en este momento crucial.

“La clase dirigente tiene derecho a tener puntos de vista distintos, derecho a imponer la propia política del partido, pero en este tiempo, se debe jugar por la unidad, siempre. En este tiempo no hay derecho a alejarse de unidad”, aseguró. “Pero si los políticos subrayan más el interés personal, no el común, arruinan esto. En este momento la clase dirigente no tiene derecho a decir ‘yo’, debe decir ‘nosotros’ y buscar unidad frente a la crisis. Un político, un pastor, un católico, un dirigente, que en este momento no tiene capacidad de decir ‘nosotros’ en lugar de ‘yo’, no está a la altura situación. Se llama egoísmo”, dijo. “Los conflictos en la vida son necesarios, pero en este momento deben irse de vacaciones y debe subrayarse la unidad del país, de la Iglesia, de la sociedad. Es momento de paz, de sembrar todos el bien común. Le digo a todos los dirigientes, sean pastorales, políticos, empresarios, que cancelen por un tiempo la palabra ‘yo’ y decir la palabra ‘nosotros’. Si pierdo la oportunidad, la historia te dará otra”, insistió.

Preguntado sobre cómo cambió su vida cotidiana debido a la pandemia, sin perder su sentido del humor, el papa Francisco reconoció cambios e hizo entender que podría suspender su viaje a Irak, anunciado para marzo próximo. “Ante todo, estoy enjaulado. Luego me calmé, tomé la vida como viene, se reza más, se habla más, se usa más el teléfono, se hacen reuniones para resolver problemas… La pandemia ha coloreado también la vida del Papa y yo estoy contento. Cuando hice oraciones públicas, cuando fui al crucifijo milagroso y cuando hice el 27 de marzo la oración contra la pandemia o el via crucis (en solitario), estas cosas furon una expresión del dolor que se siente y una expresión de amor a toda la gente, que te hace ver caminos nuevos para ayudarnos los unos a los otros”, dijo. Y agregó: “sí, tuve que cancelar viajes… Papúa Nueva Guinea, Indonesia, son viajes que fueron cancelados, porque en coinciencia no puedo provocar aglomeraciones. Ahora no sé si el próximo viaje se hará. Sí ha cambiado la vida, una vida cerrada. Pero el Señor nos ayuda siempre a todos”, concluyó.

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