Franco Colapinto se subió por primera vez al Alpine A525 y dio el primer paso hacia su debut en Imola
Después de meses de trabajo en el simulador de Enstone y varias pruebas con el monoplaza de 2023, Franco Colapinto finalmente se subió por primera vez al Alpine A525, el auto con el que dará sus primeros pasos en pista en un fin de semana de Fórmula 1. Este jueves, en el circuito de Imola, el piloto argentino vistió por primera vez el mono azul y rosa de Alpine para meterse en la butaca más esperada de su carrera.
El momento llegó pasadas las 17 horas de Italia (mediodía en Argentina). Colapinto cambió su atuendo habitual de piloto reserva por el equipo completo y se dirigió al box para encontrarse con su auto, que llevará el número 43 en lugar del habitual 7. Pero al llegar, el monoplaza aún no estaba en el garaje.
Mientras el equipo de prensa de Alpine aprovechaba la espera para tomar algunas fotos, Franco divisó su auto siendo empujado por los mecánicos por la calle de boxes. Lo observó con atención, con la emoción de quien ve materializarse un sueño. Sin presencia de fanáticos –que hasta hacía unos minutos estaban allí pidiendo por él– pero bajo la mirada de la prensa argentina, el joven de 21 años se acercó por primera vez a su auto de carrera. Eran las 17.25.
Cinco minutos más tarde, tras intercambiar algunas bromas con sus mecánicos, se bajó sin quitarse el casco, fue a buscar los guantes que aún no tenía puestos y volvió a meterse en el cockpit. A pesar de que no pudo encender el motor ni recorrer el trazado de seis kilómetros del Autódromo Enzo e Dino Ferrari, Colapinto ya había dado el primer paso rumbo a su debut.
Este viernes, a las 13.30 hora local (8.30 en Argentina), tendrá lugar la primera práctica libre del Gran Premio de Emilia Romagna, donde Franco comenzará su segunda etapa en la máxima categoría del automovilismo.
En un jueves sin actividad oficial en pista, pero cargado de compromisos comerciales y mediáticos, el piloto cerró el día con una vuelta al circuito en bicicleta, repasando cada curva de un trazado que conoce y que invita a soñar con un debut entusiasta, como aquel vivido en Monza hace ocho meses, a tan solo 300 kilómetros de distancia.