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Francisco ya está en Chile

El Papa Francisco ya está en Chile, donde aterrizó esta tarde para una visita pastoral. Fue recibido en el aeropuerto por la presidenta Michelle Bachelet. Se trata de la sexta visita del Papa a América Latina.

 

El avión de Alitalia que trasladaba al Sumo Pontífice y a su comitiva desde Italia aterrizó a las 19.13 en el aeropuerto internacional de Santiago. Durante el vuelo, el papa confió a la prensa su temor a que “un incidente” desencadene una guerra nuclear en algún lugar del planeta. Y advirtió: “Realmente tengo miedo. Estamos al límite. Basta un incidente para desencadenar la guerra.

 

Además, a modo de advertencia, distribuyó a los 70 periodistas que lo acompañan una foto tomada en Nagasaki tras la explosión en 1945 de la bomba atómica con la leyenda “fruto de la guerra”, escrita de su puño y letra, en la que se ve a un niño con el cuerpo de su hermano muerto en la espalda en una fila para cremarlo.

 

Una vez en suelo chileno, la presidenta Bachelet y tres pequeños le entregaron un ramo de flores al pie de la escalerilla del avión junto a miembros de la Conferencia Episcopal chilena y otras autoridades. El fuerte viento hizo que Francisco se quitara el solideo al salir del avión.

 

Luego asistió a la performance de una orquesta juvenil que interpretó un par de canciones mientras Francisco los escuchaba y sonreía.

 

A las 19.35, el Papa se subió a un auto azul, que se puso en marcha escoltado por una decena de autos oficiales, rumbo a la parroquia San Luis Beltrán, en la comuna de Pudahuel. De copiloto con el vidrio abajo, Francisco recorrió las calles de Santiago tras salir del aeropuerto y saludó a feligreses que tenían lágrimas en los ojos por la emoción de haberlo visto de cerca.

 

 

A las 19.53, llegó a la parroquia, donde tuvo un momento de oración ante la tumba de monseñor Enrique Alvear, ex obispo de Santiago, fallecido en 1982 y conocido como el “obispo de los pobres”.

 

Luego se puso en marcha nuevamente y recorrió las principales arterias capitalinas hasta llegar a la avenida Brasil, cerca del centro, donde abordó el papamóvil a las 20.17.

 

Minutos más tarde, el Papa arribó a la plaza Italia, punto céntrico de la capital chilena, donde se registraron algunas protestas contra su visita. Esto es consecuencia del enojo de una parte de la sociedad con los abusos sexuales que se registran en la Iglesia y el consecuente reclamo de “acciones, no perdones” contra los sacerdotes que los cometieron.

 

Este es el primer viaje de un papa a Chile en tres décadas y, según un reciente estudio, se trata de la población más desconfiada con la iglesia Católica dentro Latinoamérica lo cual, en gran parte, es resultado de los abusos sexuales que se producen en el seno de la iglesia. Así, hoy el 60% de los chilenos se identifican como católicos, pero según un informe de la encuesta regional Latinobarómetro, la confiabilidad hacia la institución ha descendido a un 36% y han aumentado los evangélicos, ateos y agnósticos.

 

“En Chile hay obispos que han encubierto y que deberían estar en la cárcel o deberían estar destituidos y le pedimos al papa concretamente en Chile, acciones, no perdones”, lanzó Juan Carlos Cruz, integrante de la Fundación para la Confianza.

 

“Hemos dado un paso más. Ya no es el tiempo de que el Papa pida perdón por los abusos, sino que es un momento en que tiene que tomar acción. Eso es lo que nosotros le pedimos al Papa, que no sea cobarde”, dijo a The Associacted Press el periodista Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de Karadima.

 

La violencia registrada en Chile por la llegada de Francisco es inédita en el país de cara a la visita de un papa. Además de las protestas, seis iglesias fueron atacadas recientemente y se lanzaron amenazas al pontífice, una de las cuales decía que la próxima bomba estallaría en su sotana.

 

En relación al contexto en el que se da la gira, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, opinó: “Creo que no será un viaje fácil, pero será uno realmente apasionado”.

 

Desde allí continuó su camino hasta la calle Providencia, donde se ubica la Nunciatura Apóstolica, lo que será su residencia durante los tres días al país. Allí, decenas de personas lo recibieron para darle la bienvenida.

 

Mañana iniciará la jornada con un discurso a las autoridades políticas del país trasandino, incluidos Bachelet y el presidente electo que asumirá el 11 de marzo, Sebastián Piñera. Además, después de una reunión con la presidenta, el Sumo Pontífice celebrará la primera de tres misas masivas.

 

Las autoridades esperan que cerca de 1,2 millones de personas -buena parte de ellas, argentinas, bolivianas y peruanas- se acerquen para ver al papa, que será resguardado por unos 18.000 policías.

 

“Su visita es una bendición para los migrantes. Ojalá su voz le dé más sensibilidad a los chilenos con todos los que llegamos”, dijo Carolina, una venezolana de 24 años.

 

El Papa vivió cerca de un año en Chile durante su juventud y admitió que tiene una cercanía especial con el país en el que permanecerá hasta el jueves -visitará también las ciudades de Temuco e Iquique- para luego continuar su gira a Perú.

 

Francisco, que se ha erigido en defensor de los indígenas del continente, denunciará en Temuco los abusos sufridos por la comunidad mapuche, una minoría cada vez más radicalizada que reivindica sus tierras ancestrales y sus tradiciones. El jueves en Iquique, importante lugar de tránsito migratorio, concluirá su visita con otra misa en una playa a orillas del océano Pacífico.

 

Finalmente, terminará su gira en Perú: un país que está marcado por la convulsión política y social por el indulto al expresidente Alberto Fujimori, que había sido condenado a 25 años por corrupción y crímenes de lesa humanidad.

 

En el trayecto desde Italia rumbo a Chile, Francisco sobrevoló el espacio aéreo argentino y como es tradición del protocolo del Vaticano, envió un telegrama de salutación al presidente Mauricio Macri, expresándole sus mejores deseos y bendiciones y con un pedido a todos sus compatriotas: “Por favor, no se olviden de rezar por mí”.