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Francisco reforma el Código de Derecho canónico en cuanto a sanciones sobre delitos económicos y contra la dignidad humana

La Oficina de Prensa de la Santa Sede publicó este martes 1 de junio la constitución apostólica Pascite gregem dei (apacentad la grey de Dios) con la que el papa Francisco reforma el libro VI del Código de Derecho Canónico.

“El nuevo texto aporta modificaciones de diverso tipo al derecho hasta ahora vigente, y sanciona algunos nuevos tipos penales. De modo particular, muchas de las novedades presentes en el texto responden a la exigencia cada vez más extensa dentro de las comunidades de ver restablecida la justicia y el orden que el delito ha quebrantado”, escribió el papa en la constitución apostólica firmada por el pontífice el 23 de mayo, solemnidad de Pentecostés.

El pontífice destaca que “para responder adecuadamente a las exigencias de la Iglesia en todo el mundo, resultaba evidente la necesidad de revisar también la disciplina penal promulgada por San Juan Pablo II, el 25 de enero de 1983, con el Código de Derecho Canónico”.

“Era necesario modificarla de modo que permitiera su empleo a los Pastores como ágil instrumento saludable y correctivo, y que pudiese ser usado a tiempo y con caritas pastoralis, a fin de prevenir males mayores y de sanar las heridas causadas por la debilidad humana”, añadió.

Por ello, en 2007 el papa Benedicto XVI “encomendó al Pontificio Consejo para los Textos Legislativos la tarea de emprender la revisión de la normativa penal contenida en el Código de 1983”.

En esta línea, este Pontificio Consejo se dedicó a “analizar concretamente las nuevas exigencias, a identificar los límites y las carencias de la legislación vigente y a determinar posibles soluciones, claras y sencillas” y agregó que este estudio se ha realizado “en espíritu de colegialidad y de colaboración, solicitando la intervención de expertos y de pastores, y confrontando las posibles soluciones con las exigencias y la cultura de las diversas Iglesias locales”.

Tras la redacción de un primer borrador del nuevo Libro VI del Código de Derecho Canónico, fue enviado a todas las Conferencias Episcopales, a los Dicasterios de la Curia Romana, a los Superiores Mayores de los Institutos Religiosos, a las Facultades de Derecho Canónico y a otras Instituciones eclesiásticas, para recoger sus observaciones.

Después de recibir las sugerencias de numerosos canonistas y expertos de derecho penal de todo el mundo, se modificó el texto del borrador de acuerdo con las sugerencias recibidas y el borrador final del nuevo texto se estudió en la Sesión Plenaria de los Miembros del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos en febrero de 2020 y se realizaron otras correcciones. Luego, el texto fue entregado al papa.

Sobre la disciplina penal, el Santo Padre indicó que “debe ejercerse como concreta e irrenunciable exigencia de caridad ante la Iglesia, ante la comunidad cristiana y las eventuales víctimas, y también en relación con quien ha cometido un delito, que tiene necesidad, al mismo tiempo, de la misericordia y de la corrección de la Iglesia”.

En esta línea, el papa Francisco subrayó que es “necesaria la aplicación de las penas” y que “la negligencia del Pastor en el empleo del sistema penal muestra que no está cumpliendo recta y fielmente con su función” tal como lo han señalado las recientes cartas apostólicas en forma de “motu proprio” “Como una Madre amorosa”, del 4 de junio de 2016; y “Vos estis lux mundi”, del 7 de mayo de 2019.

“La caridad exige, en efecto, que los Pastores recurran al sistema penal siempre que deban hacerlo, teniendo presentes los tres fines que lo hacen necesario en la sociedad eclesial, es decir, el restablecimiento de las exigencias de la justicia, la enmienda del reo y la reparación de los escándalos”, advirtió el Papa.

Asimismo, el Santo Padre recordó que “la sanción canónica tiene también una función de reparación y de saludable medicina y busca sobre todo el bien del fiel, por lo que representa un medio positivo para la realización del Reino, para reconstruir la justicia en la comunidad de los fieles, llamados a la personal y común santificación”.

Además, el Papa explicó que el nuevo texto del libro VI del Código de Derecho Canónico “aporta modificaciones de diverso tipo al derecho hasta ahora vigente, y sanciona algunos nuevos tipos penales. De modo particular, muchas de las novedades presentes en el texto responden a la exigencia cada vez más extensa dentro de las comunidades de ver restablecida la justicia y el orden que el delito ha quebrantado”.

De este modo, el papa destacó que el texto abarca “algunos aspectos fundamentales del derecho penal, como por ejemplo el derecho a la defensa, la prescripción de la acción criminal y penal, una más clara determinación de las penas, que responde a las exigencias de la legalidad penal y ofrece a los Ordinarios y a los Jueces criterios objetivos a la hora de individuar la sanción más adecuada para aplicar en cada caso concreto”.

Asimismo, el Santo Padre señaló que el nuevo libro VI del Código de Derecho Canónico “ha seguido también,’servatis de iure servandis’, el criterio de reducir los casos en los que la imposición de sanciones queda a discreción de la autoridad” con el fin de “favorecer la unidad de la Iglesia en la aplicación de las penas, sobre todo respecto de los delitos que provocan mayor daño y escándalo en la comunidad”.

Por último, el papa esperó que el nuevo texto sea “un instrumento para el bien de las almas y sus prescripciones, cuando sea necesario, sean puestas en práctica por los pastores con justicia y misericordia, conscientes de que forman parte de su ministerio, como un deber de justicia –eminente virtud cardinal–, imponer penas cuando lo exija el bien de los fieles”.

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