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Francisco no vendría a la Argentina al menos hasta 2020

El Santo Padre no vendría a la Argentina hasta por lo menos 2020, cuando en el sillón de Rivadavia estará sentado el presidente de la República elegido en las elecciones de octubre de 2019.

 

El tema había quedado fuera de la “agenda abierta” del encuentro en el Vaticano entre Francisco y los cuatro obispos de la nueva cúpula de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) de esta mañana a las 11, que duró una media hora. El pontífice, según algunas fuentes, había conversado por separado con monseñor Oscar Ojea, presidente de la CEA y obispo de San Isidro, y algún otro episcopal del grupo.

 

Otra versión indica que Jorge Bergoglio reunió reservadamente a sus cuatro interlocutores en la casa de Santa Marta, el hotel interno donde aloja el pontífice, en un extenso diálogo sin testigos ni expectativas.

 

Esto ocurrió después de que los miembros del cúpula concelebraron en la misa matutina que Francisco celebró en la capilla de Santa Marta. En esas conversaciones quedó claro que nada ha cambiado desde que el portavoz pontificio, Greg Burke, dijo hace unos meses que “no está previsto” un viaje de Papa a su patria en 2018.

 

Aunque una decisión imprevista de Jorge Bergoglio puede cambiar las cosas, cabe deducir que si la grieta-abismo entre los argentinos se mantiene en 2019, el clima de exasperación estará al orden del día en los diez meses de campaña y elecciones al rojo vivo de octubre.

 

Además de monseñor Ojea, en la audiencia que se desarrolló en un clima de gran cordialidad y afecto, participaron el vicepresidente de la CEA, cardenal arzobispo de Buenos Aires Mario Poli; el vice segundo y obispo de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo, y el secretario general y obispo de Chascomús, monseñor Carlos Malfa.

 

El clima fue de hermetismo, tanto que no se difundió el comunicado que había previsto la Conferencia Episcopal. Escenario del diálogo fue la biblioteca privada del Papa en el Palacio Apostólico, reservado a las audiencias con personalidades de mayor nivel que recibe el pontífice.

 

Los cuatro episcopales argentinos visitaron también a los responsables de diez dicasterio (“ministerios” de la Curia Romana, el órgano central de gobierno vaticano) y fueron interiorizados de los temas más importantes.

 

Además, fueron recibidos por el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin. Ojea, el cardenal Poli, Colombo y Malfa estuvieron con el secretario del Sínodo Mundial de Obispos, cardenal Lorenzo Baldisseri, quien les informó acerca de los progresos en la preparación del Sínodo dedicado a los jóvenes, que se celebrará este año, y la asamblea mundial que tendrá lugar el año próximo, en el primer Sínodo Panamazónico.

 

En la noche del viernes, los altos prelados argentinos realizaron una emocionante ceremonia en la basílica de San Bartolomé, dedicada a los nuevos mártires. Encabezados por monseñor Ojea, los cuatro rodearon el altar dedicado a los nuevos mártires latinoamericanos y entregaron el cáliz y la patena con que celebraban la eucaristía tres sacerdotes palotinos, asesinados por un comando de la dictadura militar el 4 de julio de 1976. Junto a los padres Alfredo Kelly, Pedro Dufau y Alberto Leaden, fueron también masacrados a balazos los seminaristas Emilio Barletti y Salvador Barbeito.

 

Mañana domingo, por la noche, está previsto que los cuatro miembros de la directiva de la Conferencia Episcopal participen de una ceremonia religiosa en recuerdo del cardenal Eduardo Pironio, al cumplirse veinte años de su fallecimiento.