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Francisco les mandó 50 rosarios a militares detenidos por delitos de lesa humanidad

Francisco les envió hoy más de cincuenta rosarios a militares presos en cárceles del país o en su domicilio acusados de delitos de lesa humanidad, a través del obispo castrense, Santiago Olivera, a quien recibió en audiencia privada en la biblioteca pontificia del Palacio Apostólico.

 

“Algunos me reclamaban por qué a Milagros Sala sí y a ellos no y el Papa no solo me bendijo y entregó más de cincuenta rosarios para que sean enviados a los militares que están presos en la cárcel de Campo de Mayo, de Ezeiza o están en sus casas detenidos, para que sigan rezando, sino también grabó un audio para todos los miembros de mi diócesis”, destacó Olivera en diálogo con los colegas de La Nación.

 

El obispo castrense contó que durante la audiencia, que duró 45 minutos, la conversación giró sobre todo en torno de la realidad del ámbito castrense. “En marzo van a ser tres años que el Papa me nombró como obispo castrense y hablamos de mi cargo y de mi servicio, que no es fácil vista la historia reciente de la Argentina y de la necesidad de que siga trabajando por el encuentro, la justicia y la verdad, sin perder de vista las situaciones de muchos militares detenidos injustamente”, subrayó Olivera.

 

En este sentido, destacó que coincidieron en considerar que “no son justicia” las prisiones preventivas “exageradas” que aún pesan sobre muchos exmilitares acusados de crímenes de lesa humanidad, de edad avanzada. “El abuso de la prisión preventiva es injusto no solo para los políticos, sino también para los militares”, subrayó el obispo castrense.

 

En un foro que hubo a fines de octubre en el Vaticano, en efecto, Olivera denunció las injusticias que viven en la Argentina muchos exmilitares. En una ponencia con datos y estadísticas y evocando diversos casos que conoció de cerca, habló de “mala praxis judicial” en los llamados juicios de lesa humanidad y cuestionó “prisiones preventivas” que se transforman en cadenas perpetuas.

 

“Hay casos emblemáticos de militares detenidos que, varios años después, fueron absueltos y hay mucha gente que sufre”, destacó. “Y con el papa también hablamos de la posibilidad de que familiares de militares presos o que han sido víctimas de la subversión puedan ser recibidos por él, que se manifestó dispuesto a oír y acompañar esta problemática”, adelantó.

 

Se trata de un gesto significativo que refleja la disponibilidad como pastor universal de sobrevolar cualquier división política de parte del papa, que en el pasado recibió a personalidades como Estela Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo y Hebe de Bonafini, principal referente de Madres de Plaza de Mayo, entre otros familiares de desaparecidos y víctimas de la dictadura.

 

Durante la audiencia se habló solo indirectamente del nuevo gobierno de Alberto Fernández, que justo ayer cumplió un mes. “No hablamos para nada de la realidad nacional, pero le conté que ya tuve una entrevista muy buena con el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, con quien quedamos que en febrero vamos a vernos con el presidente Fernández, que es mi primer feligrés como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas”, afirmó Olivera, ante una pregunta. El obispo castrense incluso contó que, tras un pedido, está llevando una foto del papa que el presidente quiere poner en la capilla de la Quinta de Olivos.

 

Durante la reunión también se recordó a los veinte soldados argentinos en misión de paz en Chipre que el miércoles pasado Olivera acompañó a la audiencia general en el Vaticano, que compartieron mate con el Pontífice. Además, de las causas de algunos candidatos a la santidad argentinos que el obispo castrense sigue debido a su función paralela de delegado episcopal para las causas de los santos. Aunque el tema principal fue la tarea pastoral del obispo castrense.

 

“El papa me alentó a seguir adelante, me dijo que estaba contento con mi trabajo y mi servicio, me aconsejó un camino sinodal para la diócesis castrense y me regaló su solideo después de que yo le diera otro, para que quede junto a la estatua de la Virgen de Luján que estuvo en Malvinas que hace unos meses restituyó el obispo castrense inglés”, contó Olivera.

 

¿Cómo lo vio al papa? “Muy bien, conocedor, animado, simpático, muy cordial”, respondió.