Fluviales: No cuesta nada ser más claros e informar adecuadamente
|ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Hemos sido profundamente críticos con el sistema de Transporte de Pasajeros entre Paraná y Santa Fe. Fuimos puntuales con casos o coyunturas probadas de modo irrefutable y hasta adjuntamos documentos gráficos. Por eso nos da bronca que, reclamos fáciles de tratar y solucionar, sigan sin enmendarse.
Los empresarios de Transportes Fluviales pareciera que están solo para recaudar y los que ponen la cara son los choferes. Algunos son muy amables, cordiales, listos para atender bien al pasajero y exhiben intenciones de brindar soluciones provisionales.
Otros, no disimulan la mala onda, la disconformidad, la insatisfacción por ese deber o porque desde la misma empresa no se hacen cargo de innumerables errores y/o carencias.
No es sensación… Es una realidad indiscutible. Hay choferes a los cuales no les importa en lo más mínimo la razón y/o el derecho de quienes abonan su pasaje y solo desean llegar a destino sin sorpresas mayúsculas.
¿Costará mucho si la empresa NO LO HACE, agarrar una hoja, tomar un fibrón y exponer un improvisado cartel que diga POR DÓNDE ENTRA y/o si va directo a cada Terminal o cumple paradas?
Siglo XXI. Año 2015. Sobra tecnología para que cada unidad tenga en su frente marquesinas led o pasa mensaje letreros led que no cuentan más que 4 mil pesos y en las mismas indicar por dónde circulará. Eso es DEBER, COMPROMISO, de la Empresa.
Ahora, si en el caso de Fluviales, no existe intención de INVERTIR para la satisfacción del cliente, listo… que al menos el chofer se evite discusiones infecundas con los pasajeros y proceda a lo del papel y la fibra. Rudimentario, primitivo, elemental, okey… pero al menos se evita que un usuario se suba al micro tras hacer larga cola, y una vez arriba reciba la noticia adversa que ese micro no lo dejará en el sitio esperado.
“Yo no tengo la culpa”, dicen algunos. Otros hacen mala cara, incurren en malos gestos y te dicen con la mirada que te bajes del colectivo. La verdad es que “LA TIENEN ATADA” como dicen todos en ambas terminales, y como “LA TIENEN ATADA” hacen lo que se les antoja pues desde la órbita gubernamental, desde esferas políticas se les permite hacer lo que quieren. NO HAY REGLAS, NO HAY CONTROLES, NO HAY MULTAS, NO HAY SANCIONES. El pasajero… bien, gracias…