Fiscales el sobreseimiento de los rugbiers franceses acusados por abuso sexual en Mendoza
La noticia era esperada por la defensa de los rugbiers franceses acusados de abuso sexual durante el paso del seleccionado francés por Mendoza. A tres meses de la denuncia de una mujer de 39 años contra Hugo Auradou (21) y Oscar Jegou (21), los fiscales pidieron el sobreseimiento en la causa.
Con fecha 4 de octubre, los integrantes de la Fiscalía de Delitos Sexuales de Mendoza enviaron a la Justicia de garantías el formulario de requerimiento de sobreseimiento por duda o falta de pruebas.
El pedido para liberar a los rugbiers de la imputación por abuso sexual agravado está firmado por la fiscal Daniela Chaler, jefa de la Unidad Fiscal de Delitos Contra la Integridad Sexual, y el fiscal Darío Nora, quien llevó adelante la causa contra los jugadores galos.
Ahora hay que esperar que la jueza de Garantías Eleonora Arenas fije fecha y hora de audiencia para determinar si accede al sobreseimiento de los imputados.
“En razón de la complejidad de la causa, solicitan una duración excepcional a la audiencia de, al menos, tres horas, como así también arbitre los medios para que en la audiencia se proyecten videos y audios que esta parte va a ofrecer para fundar la petición”, mencionan en el pedido los fiscales.
La audiencia sería la semana próxima, donde deberán estar presentes las partes querellante y denunciados. Auradou y Jegou están en Francia y podrían participar de la audiencia de sobreseimiento de modo virtual.
Qué opinó la fiscalía
El 2 de septiembre pasado, la Justicia mendocina autorizó la salida del país de los rugbiers franceses, que estuvieron 35 días detenidos en Mendoza, más de la mitad en prisión domiciliaria.
Una de las pruebas determinantes para llegar al momento del pedido del sobreseimiento fue el informe pericial de la mujer, de 39 años, que denunció por violación a los rugbiers Auradou y Jégou, quienes recuperaron su libertad y volvieron a Francia, pero seguían en calidad de imputados por presunto abuso sexual con acceso carnal agravado.
La pericia a la denunciante, identificada con las iniciales S.L, coincidió con otras pruebas de la investigación, en base a audios, que ella misma envió a una amiga, y con el relato de testigos.
Fueron dos entrevistas psicológicas-psiquiátricas forenses, abiertas y semidirigidas, realizadas en un doble turno, el 13 de agosto de 2024. Fue convocada la denunciante otras tres veces, pero faltó a la pericia, argumentando problemas de salud.
Respecto a lo que la mujer sostiene en su denuncia, el documento menciona: “Su relato presenta características que dan cuenta de una acomodación del mismo como modo de ir justificando su participación voluntaria en los hechos que se denuncian, tomándose por momentos incoherente y poco sustentable desde el punto de vista lógico, ya que van sumándose detalles que lo vuelven inverosímil y no confiable”.
Cuando los forenses le consultan y le hacen escuchar los mensajes de WhatsApp que compartió con la amiga que la acompañó al boliche, la noche que conoció a uno de los rugbiers y aceptó ir al hotel, describen lo que ocurrió: “Se muestra evitativa, aduciendo que se acuerda muy poco de estos, pero reconociendo la humillación y vergüenza que la invade frente a lo expresado en dichos mensajes de voz, esgrimiendo argumentos pueriles como forma de justificar los mismos”.
La conclusión es que el relato de la denunciante “no reúne criterios de credibilidad ni validez”.
De a poco se fueron cayendo las pruebas contra la denunciante. “La primera versión arrimada por la denunciante se ha visto debilitada con los diversos elementos probatorios que han sido agregados a la causa, que han puesto de manifiesto una serie de contradicciones en cuanto a la mecánica del hecho y a la existencia del consentimiento que resultan de relevancia”, destaca en su resolución el fiscal Nazar.
“Estoy satisfecho con el pedido de sobreseimiento. Es un paso importate para terminar con esta aventura judicial que nos tuvo dos meses con mucho trabajo. Las pruebas incorporadas e incluso las pericias psiquiátricas dieron cuenta de la inexistencia del delito denunciado”, dijo el abogado de los rugbiers, Rafael Cúneo Libarona.