FIBA World Cup: a parar el frenético ritmo filipino
|Atrás quedó el revés ante Croacia. La agenda mundialista no permite detenerse mucho en lo ocurrido pues hay que ponerse a trabajar de inmediato en planificar lo que viene y hoy, desde las 12.30 Argentina buscará la rehabilitación ante el peculiar seleccionado filipino. Los asiáticos necesitan sacar una victoria pues están 0-2 y la eliminación sería casi un hecho de sufrir el tercer traspié. Dirigirán en el Palacio de los Deportes de San Pablo (Sevilla) Juan Carlos González (España), Ibija Belosevic (Serbia), y Carlos Julio (Angola). Transmiten TyC Sports, la TV Pública, Direct TV y DxTV.
Los dos necesitan ganarse. Uno para ratificar pergaminos, evitando cruce complicado en la siguiente etapa, y otro para demostrar que el mundo debe respetar este crecimiento poco promocionado de un básquet del cual se sabe poco en cuanto a su Liga Profesional.
El Alma superó con facilidad a Puerto Rico, pero cayó ante Croacia. Filipinas hizo sufrir al límite a Croacia y después sucumbió ante Grecia.
Julio Lamas sabe que está en deuda en cuanto a administración de sus recursos. Ante los croatas algunas decisiones y omisiones desde su órbita favorecieron al conjunto europeo.
Hubo jugadores que gozaron en demasía de la confianza del coach. El Mundial es largo y Scola estuvo 37’ en el campo como Campazzo 32.
En un segundo grupo, Nocioni 28, Herrman 28 y Prigioni 28.
Mientras que, D’Elia solo entró 3’, Mata fue y vino sin constancia al igual que Safar y un Leo Gutiérrez que cuando calentaba la mano, pasaba al banco.
Otra nota curiosa es la CERO participación de Nicolás Laprovittola cuando se denota que hay problema en la discontinuidad de ritmos, como en la inconsistencia en el liderazgo, sea por parte de Prigioni como de Campazzo con altibajos o luces y sombras muy marcadas.
Ahora, Julio Lamas debe imponer una estrategia en la que prime el orden sobre el ritmo caótico que seguro propondrá su colega Vincent Reyes, y mucha incidencia tendrá la rotación de los hombres a disponer en cancha en pos de no sentir tanto desgaste por el ir y venir febril de los insulares del sudeste asiático.
Filipinas y algo de su particular historia basquetbolística
Se puede considerar la década de los 50 como la época de oro del baloncesto filipino a nivel de selecciones obteniendo en el Mundial de Brasil 1954 la medalla de bronce.
En 1975 se produce el cisma en el baloncesto filipino. Cansados del amateurismo impuesto por la Federación Filipina de Baloncesto (BAP) en una liga que movía grandes cantidades de dinero entre apuestas y patrocinadores, los mejores equipos dejan la liga federativa y crean una competición profesional paralela.
Nació la PBA (Philippine Basketball Association) y los mejores jugadores filipinos se pasan en bloque a la PBA. Eso supone un golpe durísimo para el equipo nacional ya que en aquel momento la FIBA no permitía jugadores profesionales en sus torneos.
La enormemente debilitada selección filipina hace un ridículo espantoso en el Mundial celebrado en su país, perdiendo los 8 partidos que juega y recibiendo una paliza tras otra.
La travesía en el desierto dura hasta 1986. Junto al bronce en los Juegos Asiáticos, se imponen en el AsiaBasket, lo que les da el pasaporte para el Mundial. Sin embargo la política se iba a cruzar en el retorno a la alta competición de los filipinos.
La caída en desgracia y subsiguiente expulsión del país del presidente-dictador Ferdinand Marcos se lleva por delante al máximo dirigente de la BAP y se decide no participar en el Mundial de España.
En 1989 la FIBA decide admitir a los pros en sus campeonatos. La vuelta de los mejores jugadores a la selección parece abrir una época de esperanza con una medalla de plata en los Juegos Asiáticos de 1990. Pero todo queda en un espejismo.
Las luchas internas de la BAP y la PBA por controlar el equipo nacional hacen que se envíen sucesivamente bloques de jugadores amateurs y profesionales a los torneos internacionales. La falta de continuidad y la incertidumbre traen unos resultados deportivos desastrosos.
En la década de los 2000 los problemas políticos en el baloncesto filipino llegan a su punto álgido con ambas facciones intentando ganarse el reconocimiento exclusivo de la FIBA por separado.
La FIBA reacciona suspendiendo a Filipinas y no permitiéndoles participar en campeonatos internacionales en 2001 y posteriormente de 2005 a 2007.
Para solucionar el problema se crea la SBP, un órgano consensuado que regirá los destinos del equipo nacional desde entonces. Readmitidos por la FIBA, la estabilidad vuelve poco a poco al equipo nacional que vuelve a contar de manera habitual con sus mejores jugadores.
La segunda plaza en el campeonato AsiaBasket 2013 al calor de su público les ha permitido salir del túnel y volver a la élite, algo largamente esperado por una hinchada totalmente volcada con su equipo.
Uno x uno
Lewis Tenorio es el base con juego de estilo playground. Se escurre entre las defensas con facilidad y busca primero el pase, aunque no duda en tirar si le dejan un metro. Jugador de rachas, que crece si las cosas le van saliendo bien pero hace tiros forzados o pierde balones si se desconcentra. Es capaz de cambiar el ritmo del partido y de echarse el equipo a la espalda. No tiene un gran espíritu defensivo es el típico líder que puede ganar o perder un juego por virtud o defecto propio.
Jayson Castro William es el base relevo. Rápido, habilidoso con la pelota y con un buen primer paso, va sin miedo hacia el aro a pesar de su 1.76 de estatura. Buen tirador de lejos y de los mejores defensores del equipo, su selección de tiro no siempre es correcta y a veces cae en el “yo contra el mundo”.
Gabe Norwood será casi seguro el “3” titular. Uno de los jugadores con mejor físico de la plantilla, Su tiro exterior es muy irregular, pero penetra con enorme potencia. Defensor intenso, se suele encargar del jugador exterior más destacado del rival.
Otro ejemplo de la falta de talla de los filipinos es el ala-pívot Ranidel de Ocampo, de apenas 1.96 m y que juega alejado de la canasta. Tiene un magnífico tiro de 3, quizás el segundo mejor del equipo tras Chan, y arma el brazo con rapidez para ser un jugador interior. Juega muy lejos del aro para amenazar desde la línea de 3, complementándose bien con Blatche, al que le crea espacios. Corre bien la pista y es inteligente, con buen movimiento de pies las contadas veces que postea.
El interior de Brooklyn Nets Andray Blatche es la estrella. Sobresale con sus 2.11, físico privilegiado, y excelente mano, pero … es muy inconsistente en lo mental. Otro valor del estilo Tenorio… Puede hacerte ganar o perder un juego en un cierre parejo.
Jeff Chan es el escolta nato. Un buen jugador que goza de estrategias diseñadas para un tiro liberado suyo. Altura razonable para su posición, aguanta bien en defensa. Necesita mucho de sus compañeros para que le creen las libertades para resolver desde el perímetro.
Jimmy Alapag es el gran capitán del equipo. Ya no es tan rápido y eléctrico como antes, pero lo compensa con experiencia y confianza en sí mismo. Buen tirador de 3, sus compañeros le buscarán en los momentos difíciles.
Marc Pingris es pura energía y entusiasmo. Su falta de altura y físico para su posición (ala-pívot, 1.96 m) sin tener rango de tiro, lo hace muy vulnerable a rivales que le superan ampliamente en talla y peso. Eso sí, mientras está en cancha fricciona, desgasta, luce por su solidaridad.
Capaz de jugar de base o de escolta, Paul Dalistan es uno de los mejores tiradores de larga distancia del equipo, y cuando está en pista tiene mucho protagonismo en ataque. Buen penetrador, es de los de tirar primero y pasar después. Con más facilidad que sus compañeros para crearse sus propios tiros, a veces tiene lagunas durante el partido en las que pierde balones y falla muchos tiros. No es un buen defensor. Viene avalado por un buen papel en la FIBA Asia Cup de hace unos meses y a pesar de ser novato puede jugar bastantes minutos.
Japeth Aguilar puede ir de ala-pívot, pero a veces no le queda más remedio que jugar de 5 por su altura (2.08), la mayor de los nacionales junto con Fajardo. Longilíneo y atlético, es el único (aparte de Blatche, claro) que puede jugar por encima del aro. Acaba bien el contraataque y define cerca del aro con comodidad, aunque le falta tiro exterior. En defensa es muy blando, pero tapona con facilidad.
Gary David es uno de los jugadores más justos de físico y talento del equipo. Siendo un “3” de menos de 1.90 y nula explosividad, su participación será marginal. No es buen tirador y sufre mucho en defensa.
Otro ala-pívot que mide “lo normal” para alguien en esta posición en un campeonato del mundo (2.08) es June Mar Fajardo. Aporta fuerza e intensidad en el rebote y en defensa, y en ataque es limitado pero rinde, haciendo buenos números en la PBA pero anotando mucho menos con la selección.
Su gusto por el trabajo sucio sin acaparar la bola ataque y su vehemencia le pueden dar muchos minutos como escudero de Blatche. Debe tener cuidado con las faltas para que su paso por la pista no sea efímero.
¿Y cómo juegan?
La principal característica del equipo filipino es correr, correr y correr. Una vez con el balón en las manos, ya sea tras recuperación o canasta contraria, suben el balón a toda velocidad e intentan hacer jugada antes de que el rival se coloque, sin miedo ninguno a tirar a los pocos segundos de posesión. La parte negativa de este estilo es que pierden bastantes balones y a veces selección de tiro dista mucho de ser ideal, convirtiéndolos en un equipo de rachas.
Intentarán imponer un ritmo alto de juego que lleve el partido a la anarquía para que el rival no pueda pensar y aprovechar las ventajas en los emparejamientos. Su juego de ataque es coral pero poco estructurado, en el que lo mismo lanzan un triple en carrera que dan 3 pases dentro de la zona.
Esto es a la vez su mejor arma y su mayor debilidad. No siguen el patrón de juego al que estamos acostumbrados con equilibrio dentro-fuera y búsqueda de las mejores opciones, sino que es bastante más imprevisible. Meten pocos balones al poste, algo que la presencia de Blatche podría cambiar. Tiran mucho de media y larga distancia, abusando a veces del tiro de 3.
A la hora de atacar en estático, una jugada que repiten constantemente es una penetración del base que, en lugar de tirar, se para en el medio de la zona y saca el balón hacia alguno de sus compañeros, que están en movimiento constante y algo aleatorio.
La llegada de Blatche les da más opciones en ataque estático y hará de anclaje del juego interior. Por lo visto hasta ahora, el estadounidense va a acaparar mucho juego, ya sea recibiendo al poste o en la línea de 3 para intentar una entrada o pararse y tirar.
El gran reto de los filipinos es ser capaces de utilizar las muchas virtudes de Blatche pero sin que ello les haga renunciar a sus señas de identidad. A la vez Andray tiene que ser paciente y seguir metido en el partido si la bola no le llega después de varios ataques seguidos.
¿Defienden?
El equipo filipino defiende prácticamente siempre en individual. La falta de altura y físico es un enorme hándicap y sufren mucho en la mayoría de los emparejamientos, especialmente en las posiciones de “3” y “4”.
La defensa no está demasiado trabajada a nivel colectivo. Se producen despistes con frecuencia en los bloqueos, con rotaciones inexistentes o tardías que no producen segundas o terceras ayudas.
Defienden mucho con las manos, tanto los interiores como los exteriores. Si los árbitros dejan jugar roban muchos balones, pero si deciden sancionar ese tipo de contactos les puede afectar mucho en la intensidad defensiva.
Su balance defensivo es mediocre y no cierran bien el rebote. Si el rival carga el rebote ofensivo suelen llevarse muchos.
Conclusión…
Contra los croatas, Argentina tuvo un bajón pronunciado en la segunda mitad del tercer cuarto y no alcanzó a revertir la tendencia.
El head coach de la CABB deberá evaluar a consciencia si es tan conveniente el tándem Prigioni-Campazzo ante un oponente como el filipino, y hallar el estilo más congruente para frenar tanta dinámica de un rival que puede ser muy molesto.
Croacia no es una POTENCIA, pero su talla, sus fundamentos, sus conceptos, y su sentido de la practicidad, lo hacen acreedor a la chapa de favorito a ser uno de los 4 clasificados de la Zona.
Pero NO es un CUCO. Y aun así Argentina no halló la fórmula para contrarrestar sus centímetros y lo bien que los utilizan para liberar zonas, espacios y/o ángulos.
Luego de ese examen desaprobado por jugadores y cuerpo técnico, esperemos que se haya dado la indispensable charla esclarecedora en cuanto a proporción de responsabilidades propias, amén de las innegables virtudes ajenas.
Fotos: Gentileza FIBA.com.-