Falleció Roberto Giordano

Murió Roberto Giordano, conocido por cortarles el pelo a las modelos y actrices más famosas y por organizar los populares desfiles del verano en Punta del Este, durante la década del 90.
Leonardo Roberto Giordano falleció a los 79 años, en el sanatorio Mater Dei, de la Ciudad de Buenos Aires. Fue un verdadero emperador en el ámbito de los coiffeurs de la moda rioplatense. A lo largo de los años, Staff Güemes Peluquería, como se llamaba su empresa, llegó a tener 25 sucursales diseminadas por los shoppings más glamorosos del país, y del exterior: instaló peluquerías en Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia y hasta Francia. Llegó a tener 500 empleados a cargo.
Autor de una frase célebre para los argentinos, “No me peguen, soy Giordano“, llegó a cuidar las cabelleras de figuras como Mirtha Legrand, Valeria Massa o la exprimera dama Zulema Yoma, que ejerció su cargo de honor en el cénit de la carrera del peluquero.
La de Giordano era la exuberancia que reinó en la década de 1990 en el país, con el menemismo. Su salón de la calle Güemes casi Bulnes, en Palermo, la central desde la cual su imperio estilístico se expandió, llegó a tener dimensiones considerables: doscientos metros cuadrados sólo en planta baja. La estética de su época dorada: cerámicos blancos, sillones negros, espejos cuadrados, plantas desperdigadas por los distintos ambientes.
Sin embargo, el inicio y el fin de su vida distaron de la exuberancia, y tuvieron más un talante de recato. Nació en Quilmes, en 1945. Su madre, Isabel Pepe Rodriguez, era ama de casa; su padre, Ludovico Giordano, un inmigrante italiano que trabajaba como electricista. La familia, que se completaba con dos hijos más, vivía en una humilde casa de chapas con el baño afuera.
Su afición por las tijeras, según declaró, lo heredó de su abuelo paterno, que era un sastre oriundo de Sicilia. De ese linaje aprendió también aquella máxima que repetiría luego como un mantra a sus empleados: “Hay que trabajar de sol a sol“.
En 1983, con su negocio en pleno ascenso, tuvo una epifanía inspirada en sus colegas franceses: organizó su primer desfile de modas en Pinamar, que luego se trasladó a Punta del Este y se repitió cada verano. Giordano fue un visionario, creando una forma diferente de presentar las colecciones y atrayendo a personalidades del espectáculo como Jean Claude Van Damme, Sofía Loren, Roberto De Niro y Alain Delon.
Su vida estuvo marcada por el lujo, las relaciones con la alta sociedad y escándalos mediáticos, pero también por un oscuro giro en su carrera. En 1995, sufrió una brutal agresión a manos de la barrabrava de River Plate, lo que le provocó una triple fractura de fémur.
En 2007, el colapso comenzó a visibilizarse con denuncias de evasión impositiva y trabajo en negro en su empresa, lo que llevó a la clausura de sus peluquerías. En 2011, la quiebra fue decretada por la Justicia Comercial, con una deuda de 2,5 millones de dólares. Su estructura empresarial fue acusada de operar a través de sociedades fantasma.
En 2020, Giordano fue procesado por insolvencia fiscal fraudulenta por un monto de 30 millones de pesos y se le prohibió la salida del país. En ese momento, la farándula argentina se preguntaba si se lo había tragado la tierra. Este viernes, la oscuridad más profunda de su vida lo alcanzó. Como en los rituales de magia negra que practicaba, la historia de Giordano se cerró con la misma intensidad que su apogeo.
“¡No me peguen, soy Giordano!”