Falleció Juan José Sebreli, el controvertido crítico, sociólogo y escritor de obras notables
|El prestigioso escritor y sociólogo Juan José Sebreli murió este viernes a los 93 años, según confirmaron desde su entorno. El también crítico literario estaba internado desde hace tres días en el Hospital Italiano tras sufrir una descompensación.
El miércoles de la semana pasado había estado presente en la Biblioteca Nacional para la presentación del libro “El incansable polemista”, junto a los escritores Jorge Fernández Diaz y Marcelo Gioffré.
Sebreli, que formó parte del primer grupo de existencialistas en la Argentina junto al filósofo y novelista Carlos Correas y al psicoanalista Oscar Masotta, recibió numerosos reconocimientos a lo largo de su extensa trayectoria. Entre otros, en 2015 fue declarado ciudadano ilustre por la Legislatura porteña por “la importancia e influencia” de su obra.
El filósofo también fue distinguido con dos Premios Konex de Platino a las Letras en 1994 y 2004. En 2018 recibió en el Senado de la Nación la mención honorífica “Senador Domingo Faustino Sarmiento”, el título más destacado que otorga la Cámara Alta.
Su obra literaria comenzó en la década del 60 y se extendió hasta sus últimos años. Sociólogo, filósofo, historiador y crítico literario, dejó más de 30 libros, todos en el género del ensayo, y centenares de disertaciones académicas.
“Buenos Aires, vida cotidiana y alienación” (1964), considerada la obra pionera de la sociología de la vida cotidiana en la Argentina, fue su primer suceso. Sebreli también fue uno de los intelectuales que lanzó el polémico manifiesto anticuarentena bajo el título de la “Infectadura” que, si bien abarca todos los matices polémicos, estaba en la línea de pensamiento que Sebreli mantuvo en las últimas décadas.
“Fue el mayor ensayista argentino, tal vez compartiendo ese podio con Sarmiento. Abordó casi todos los temas que se podían abordar. Fue un tipo que nunca resignó su rectitud, nunca tuvo un pliegue por agarrar un puestito, por aceptar una prebenda “, contó el escritor Marcelo Gioffré, uno de sus mejores amigos.
“Fue un gran amigo que le gustaban los ritos. En una época caminábamos por Buenos Aires y él me iba enseñando los distintos estilos arquitectónicos. Era una persona completamente despistada en la vida común y silvestre de todos los días que podía llegar a cometer errores increíbles. Y, sin embargo, en las cosas abstractas era un genio absoluto”, recordó.
Lo cierto es que Sebreli se sentía cómodo navegando en su doble rol de intelectual- provocador, al que podría agregarse –aunque tal vez él no se lo había propuesto ni imaginado- el de comunicador.
Juan José Sebreli se constituyó en referente, en un principio en el campo de la Sociología, pero en los últimos tiempos con toda la amplitud que brindan los medios, abordando múltiples temas. Principalmente la política (fue un ferviente “antipopulista”, incluyendo entre sus fobias al peronismo y al kirchnerismo), pero también la filosofía, el arte, los cambios urbanos, la religión, la sexualidad y todos los temas que hacen a la vida cotidiana.
Nacido en Buenos Aires (29 de diciembre de 1930, de sus primeros tiempos se recuerda su participación en la mítica revista “Contorno”, que dirigió Ismael Viñas desde 1953 y donde también escribían Masotta, León Rozitchner, David Viñas, Ramón Prieto y Noé Jitrik entre otros.
A Sebreli se le reconoce la introducción en el país de las ideas del filósofo ruso Alexandre Kojéve y del filósofo vietnamita Tran Duc Thao. También fue traductor de personalidades como Simone de Bauvoir y el filósofo marxista Georg Lukáks. Junto a los escritores Manuel Puig, Blas Matamoro y Néstor Perlongher fue uno de los fundadores, en 1973, del Frente de Liberación Homosexual, del que posteriormente se alejaría.
Sobre sus líneas de pensamiento, Sebreli afirmó: “Mi propuesta, al principio inconsciente y ahora reflexiva, era fusionar filosofía y sociología, una filosofía sociológica y una sociología filosófica. Siempre hubo tres temas que me obsesionaron: la razón (como tema filosófico), la ciudad y la vida cotidiana (como temas sociológicos)”.
A pesar de que adhirió a Cambiemos en el último período, siempre se consideró un “outsider” en términos políticos: “No creo en el intelectual orgánico, creo en el intelectual comprometido en el sentido de Sartre, que no debe estar con ningún bloque”, sostuvo.
“Yo por lo menos siempre he sido independiente y lo seré. Las intervenciones en grupo que he tenido siempre terminaron mal. Ese es un problema personal mío, a mí me gusta manejarme solo y mantenerse alejado de los partidos. Debe comprometerse políticamente, debe decidirse por uno o por otro, pero no dentro de un partido. Un político no puede decir toda la verdad y un intelectual debe decir toda la verdad”.
Sobre el rol de los intelectuales en los tiempos actuales, Sebreli opinaba: “Somos sobrevivientes de otra época. Primero, el intelectual no está en su mejor momento. Es un problema mundial: el lugar del intelectual libre lo ocuparon, por un lado, los periodistas de investigación, y, por otro lado, los académicos. De mi generación la mayoría se están muriendo, yo soy como un sobreviviente de Varsovia”.
No dejaba pasar oportunidad de atacar al peronismo: “En nuestro país, lo que importa es el régimen hegemónico que hemos tenido desde la década del 40. Yo no soy de los que creen que el kirchnerismo fue malo y el peronismo es algo rescatable. Yo creo que el kirchnerismo es una rama podrida del tronco peronista. Por eso hay que ir a la raíz, que lleva ya más de medio siglo”.
Y si la emprendió con el peronismo, tampoco dudó en hacerlo con los ídolos: “Comediantes y mártires / Ensayo contra los mitos” es uno de sus textos más polémicos y allí aborda las figuras de Evita y Gardel, el Che y Maradona. Aseguró que el único entre ellos por el que sentía cierta simpatía era por Gardel: “Fue un gran cantor, creó un estilo y fue el que menos se involucró en política. De los otros tres no rescato a ninguno. Maradona se mueve en ámbitos que me son completamente ajenos. No frecuento las salas vip de las discotecas, ni las canchas de fútbol. Es un ídolo que he tomado con absoluta distancia”.