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Etchevehere organiza un foro con un hombre de Lula, fanático de Cristina y Maduro

La presencia en la Argentina -a fines de noviembre próximo- del titular de la Oficina de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Graziano Da Silva, seguramente no pasará inadvertida en la política y mucho menos en el campo.

 

Es que la Secretaría de Agroindustria, que conduce Luis Miguel Etchevehere, no tuvo mejor idea que encargarse de la organización de un foro internacional para debatir el futuro de la agricultura y la alimentación en América Latina y el Caribe.

El evento se realizará del 20 al 23 de noviembre en la ciudad de Buenos Aires y calculan que tendrá un costo aproximado de u$s 100 mil, una cifra nada despreciable en el marco del ajuste que incluyó alrededor de mil despidos en la cartera de Paseo Colón.

 

“Ser anfitriones nos permite fortalecer nuestras relaciones internacionales y consolidar nuestro rol como productor de alimentos”, dijo Etchevehere. “El mundo ha reconocido la apertura que estamos realizando en el camino del relacionamiento político”, agregó.

Graziano -que conduce la FAO desde 2011 y renovó mandato en 2015 hasta 2019- es un dirigente político oriundo de Brasil que responde directamente al ex presidente Lula Da Silva y juega abiertamente a favor del candidato del PT, Fernando Haddad.

 

En 2014, necesitado del voto de la Argentina para renovar su mandato por cuatro años más, Graziano cerró un acuerdo con el Gobierno y, literalmente, “kirchnerizó” la FAO elogiando, e incluso premiando, la lucha contra el hambre y la pobreza de Cristina.

De hecho, en junio de 2015 en una conferencia que organizó la FAO en Roma, Cristina se animó a decir que en la Argentina el índice de pobreza “está por debajo del 5%” y el de indigencia en 1,27% “convirtiendo al país en uno de los más igualitarios del mundo”.

 

Graziano, lejos de sorprenderse por las cifras que brindó la ex presidenta ante un auditorio colmado de mandatarios de las principales potencias del mundo, aprovechó para fotografiarse con Cristina y celebrar las políticas agroalimentarias de la Argentina.

Pero esto no fue todo. En 2013, ya con todas las alarmas encendidas respecto a una incipiente crisis humanitaria, Graziano -a través de la FAO- premió la lucha contra el hambre y la pobreza del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

 

Fanático de las políticas chavistas, Graziano aseguró que “Venezuela redujo a la mitad el hambre en 20 años” y en los últimos meses nada dijo acerca del aumento de la pobreza (que ronda el 90%) y la salida de más de 4 millones de venezolanos del país.

Por todo esto en la Casa Rosada han tenido especial cuidado de mostrarse con Graziano. Pero Etchevehere decidió romper la cautela quizá un tanto desesperado por la falta de protagonismo político desde la degradación de su ministerio a secretaría.

 

A fines de septiembre pasado el secretario de Agroindustria mandó a su directora nacional de Alimentos y Bebidas, Mercedes Nimo, a una reunión con el representante de FAO Chile, Joao Intini, para ultimar detalles del evento en noviembre.

Tanto fue la importancia que le dio Etchevehere al foro de la FAO que en la presentación del evento estuvo acompañado por su jefe de Gabinete, Santiago del Solar; el secretario de Agricultura, Guillermo Bernaudo; y el subsecretario, Luis Urriza.