Etapa crítica de evacuación en Diamante: para el intendente “no es sorpresivo”

El intendente de Diamante, Lénico Aranda se refirió a la situación que se vive en la localidad por el deslizamiento de la barranca. El mandatario de dicha Comuna afirmó que teniendo en cuenta las características de las barrancas “siempre se hizo un seguimiento” de su estado y recordó que “el gran corrimiento fue entre los años 1975 y 1978, donde se llevó todo lo que había de la costanera de Diamante”. Por ese motivo, señaló que es que este inminente desbarrancamiento “no es sorpresivo” para los diamantinos y agregó que se precipitó por la gran bajante del río.

 

“Desde hace aproximadamente un mes venimos trabajando por el desprendimiento o marcado de barranca en aquel entonces, en la zona del Cristo Pescador. Se hizo un relevamiento y luego de la visita de geólogos y de Defensa Civil de la provincia y de Diamante, se valló el lugar y se entró en la etapa crítica de evacuación por riesgo para los viven allí”, aseveró, añadiendo que “informes de geólogos del CONICET dan cuenta que hay 130 metros de barranca con peligro inminente de desprendimiento”, situación que se produce por causas naturales.

 

“Nuestra barranca tiene la misma topografía que la de Santa Elena, La Paz, el Parque Urquiza de Paraná y la falla llega hasta Victoria”, remarcando que “desde la vuelta de la democracia con la presidencia de Alfonsín se hizo un proyecto con el BID para la estabilización de barrancas en varias etapas. La primera era el pilotaje que está detrás de Cargill en el puerto; después se logró un crédito no reintegrable que comprendía dos etapas, una se hizo desde el piloteo hasta Sargento Cabral que son varios metros y la segunda etapa no se cumplimentó”.

 

“Las barrancas son arcillosas y húmedas, hay muchas vertientes y el sistema de estabilización que tienen es por drenaje”, indicó.

Consultado sobre las familias que viven en el lugar, Aranda dio cuenta que hay 50 mayores y 45 menores de edad cuyas vidas están en riesgo y se los está evacuando. Desde el municipio se ofreció un lugar para dar alojamiento a los damnificados y se los desaloja con todas sus pertenencias. Aun así “hay un jefe de familia que se quiere quedar y por ello estamos firmando un acta que se hace responsable” de la situación. Cinco familias ya fueron ubicadas en casas de familiares.

 

Una vez que se produzca el deslizamiento o caída, se deberá evaluar en qué estado quedó el lugar y si las familias podrán volver a habitar sus hogares.

“Cuando empezamos a decir que había riesgo de vida, la gente no lo tomó en serio porque la falla, se veía apenas arribas, pero iba por abajo. Hay huecos de un metro de ancho y 40 de profundidad. Realmente es preocupante lo que se ve. Hay casas afectadas a unos cuatro o diez metros”, dijo el Intendente. “Caerse se va a caer, el derrumbe podría darse en este momento o en un mes”, concluyó.