Escándalo en el PAMI: sólo en Buenos Aires, el gobierno de Javier Milei nombró a más de 80 concejales, excandidatos y familiares en cargos jerárquicos

El análisis de los procesos políticos en Argentina permite observar un fenómeno recurrente: el desfasaje entre el discurso oficial y las decisiones concretas. Esta contradicción se acentúa cuando las administraciones adoptan posturas dogmáticas, como sucede actualmente con el gobierno de Javier Milei, que enarbola el estandarte del ajuste mientras multiplica los nombramientos políticos.
En febrero de 2024, el Ejecutivo anunció con énfasis la desvinculación de gerentes en el PAMI como parte de su plan de reducción del gasto público. Sin embargo, lejos de nombrar personal de planta permanente, se produjo un reemplazo masivo de cargos jerárquicos por dirigentes afines, solo en Buenos Aires fueron al menos 82.
La lista de nuevos funcionarios incluye familiares, referentes locales, candidatos y hasta personas sin experiencia en salud: desde una repostera y un técnico en control de plagas hasta hijos y parejas de dirigentes libertarios. A nivel político, La Libertad Avanza selló acuerdos con el PRO, principalmente con el sector que responde a Patricia Bullrich, facilitando más designaciones.
En términos de números, bajo la conducción de Esteban Leguizamo, el PAMI anunció una reducción del 24% en rangos jerárquicos, del 75% en Secretarías y Dirección Ejecutiva, del 33% en Gerencias y casi 20% en Subgerencias. Paralelamente, se establecieron nuevas restricciones en el acceso gratuito a medicamentos para jubilados, afectando a quienes superan los $390.000 mensuales, poseen prepaga o vehículos recientes.
Sin embargo, mientras se aplicaban estas medidas de ajuste, el Boletín Oficial del PAMI reflejaba una secuencia ininterrumpida de designaciones políticas que continúan hasta hoy. En distritos como Junín, el constante recambio de autoridades deja en evidencia las internas libertarias. Allí, el puesto quedó en manos de Patricio Ojeda, vinculado a Claudio “Gordo Dan” Parisini, otro nombre fuerte en el armado político.
Lourdes Belén Saín, quien fue desplazada de la oficina de PAMI en Lobería, explicó públicamente: “Es un puesto político, siempre fue así. A dedo llegamos, a dedo nos vamos”, y denunció acuerdos entre La Libertad Avanza y el PRO para repartirse cargos en PAMI y ANSES.
Buena parte de las designaciones fueron promovidas por Sebastián Pareja, armador de La Libertad Avanza en Buenos Aires, hoy subsecretario de Integración Socio-Urbana. Su ascenso se consolidó al reemplazar a Carlos Kikuchi en la relación con Karina Milei. Pareja, con un pasado ligado al menemismo y al monzoísmo, es señalado como “un clásico puntero del conurbano” que supo trasladar su estructura a las filas libertarias.
Así, el PAMI se convirtió en una herramienta de contención política en los 135 municipios bonaerenses, replicando una lógica conocida como militancia rentada. En paralelo, en la Ciudad de Buenos Aires también se realizaron nombramientos similares bajo la influencia de la legisladora Pilar Ramírez, otra figura cercana a Karina Milei.
La impronta de Pareja es visible en designaciones como la de Esteban Hoyos Camean, director regional de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela, y en las acciones de sus armadores Ramón Vera y Fabricio Fabián Martínez. De los 82 nombramientos identificados, las secciones Primera y Quinta concentran 16 cada una, mientras que la Segunda y Tercera suman 12, la Cuarta y Sexta tienen 9, y la Séptima, 8.
Un patrón que se repite es el nombramiento de ex candidatos libertarios de 2021 y 2023, así como concejales en funciones como Pablo Di Salvo, Palito Carnevale o Silvia Di Leo, quienes asumieron roles en el PAMI sin dejar sus bancas.
También abundan los familiares de dirigentes: María Daniela Canziani, esposa del dirigente Gustavo Sano, en Mercedes; o Nora Graciela Aguirre, pareja del referente Daniel Del Curto, en Berisso. Este último rompió con el espacio libertario, denunciando “corrupción, coimas y barras bravas”.
Otros nombramientos llamativos incluyen a hijos de referentes como María Sol Varela en Merlo o Fabricio De Francesco en Hurlingham, y figuras sin antecedentes en salud: Fernando Lavornia Cesar, ex técnico agropecuario y fumigador en Benito Juárez, o Beatriz Mera, repostera y ahora jefa del PAMI en Lincoln.
En muchos casos, dirigentes fueron trasladados entre distritos como Ignacio Grego, de Trenque Lauquen a Carlos Tejedor, para cubrir espacios estratégicos.
El reparto de cargos también benefició al PRO, con nombres como Claudia Cienfuegos en Brandsen, Néstor Vallejo en Berazategui o Mauro Arranz en Presidente Perón. En algunos lugares, como Mar Chiquita, libertarios y macristas consensuaron el nombramiento de Cristian Calomarde, reflejo de la fusión entre ambas fuerzas en la provincia.
En definitiva, el caso del PAMI bonaerense ilustra cómo las estructuras del Estado se utilizan para premiar lealtades políticas, reafirmando una práctica que persiste más allá de los discursos de cambio.
Fuente: Ámbito – Julián Maradeo