En la Ciudad de los Cables, la Municipalidad da el peor ejemplo
ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Ya hemos hablado y testimoniado con fotos de carácter irrefutable, sobre la invasión del espacio aéreo paranaense, por cables de toda envergadura y obviamente de diferentes servicios. Recorriendo la Peatonal de norte a sur incorporamos a nuestra carpeta de imágenes otras postales de cómo se ve calle San Martín o mejor dicho, cómo se aprecia el cielo sobre éstas tierras entrerrianas. Y… ¡Vaya sorpresa!!! La propia Comuna no da el ejemplo.
Sabemos que algunas empresas, entre ellas ENERSA, se encuentran cableando la ciudad vía subterránea, con el fin de ir eliminando el tendido de cables aéreo, en pos de corregir esa tendencia de tantas décadas, en suministrar toda clase de servicios a domicilios, comercios y hasta oficinas públicas de modo improvisado, afectando frentes, invadiendo balcones o rodeándolos como si fueran las cuerdas de un ring.
Alentado por un limbo jurídico, el desorden tiende a crecer menospreciando todo lo bueno que se intenta hacer por preservar el Medio Ambiente. En las postales que tomó nuestra inquieta cámara, se observa una andanada de cables de un grosor increíble que constituyen además una seria amenaza para la seguridad, amén del detrimento de la estética.
La ciudad de Paraná se convirtió en una selva de postes y cables, bajo responsabilidad de empresas que operan con la connivencia de la Municipalidad sin buscar las ecuaciones técnicas y económicas para proteger al vecino.
Y vale la pena observar detenidamente las últimas notas gráficas que recabáramos: de manera increíble, si uno pasa por la Peatonal, a la altura del Instituto del Seguro, puede verificar que un cable pasa desde la Oficina de Turismo Municipal hasta la pared del edificio del IAPSER, alimentando el mismo a dicha repartición comunal.
El mismo, por escasos centímetros, queda al límite de ser tocado y veremos que puede suceder con una fuerte tormenta. Más allá de ese cruce antiestético… ¿No pudo apelarse a otra solución? Sin hesitar que es una muestra cabal de la PRECARIEDAD del cableado que afecta a los paranaenses aunque pocos (¿o nadie?…) se quejen.
