En el País de Cambiemos… Sacaron un hipotecario UVA, se les disparó más del 45% la cuota y están desesperados
|Las quejas son reconocidas por el propio Gobierno de Macri: en el lapso de un año, el valor de las cuotas de los hipotecarios UVA trepó, en promedio, un 45 por ciento. Y semejante disparada golpeó de lleno el bolsillo de los tomadores de estas líneas, en un contexto en el que las subas salariales se ubicaron apenas por encima del 26 por ciento.
Este cuadro de situación generó que proliferaran grupos de afectados en ciudades como La Plata, Córdoba, Mendoza, Rosario, Mar del Plata y Resistencia, entre otros puntos distribuidos en toda la Argentina. Así surgieron los “autoconvocados” por los créditos UVA.
A nivel nacional, el número supera a los 3.000 afectados y el número crece semana a semana. El objetivo de estas asambleas es exigir medidas que aminoren el ritmo de ajuste de las cuotas que, según advierten, en los últimos meses comenzaron a volverse casi impagables para muchos compradores de viviendas.
Anticipan que, de no aplicarse un freno a la indexación y de profundizarse la escalada inflacionaria, el contexto derivará en un escenario de morosidad generalizado, con todo lo que esto implica para el segmento bancario.
En el macrismo vienen tomando nota de estos movimientos y sus cuadros técnicos aseguran que están avanzando con medidas concretas.
Una de ellas consiste en un mecanismo pensado para aquellos tomadores que deban enfrentar un pago mensual que supere en un 10% el avance de su ingreso en igual lapso.
Según datos provistos por el Banco Central, con cifras a noviembre, unos 35.000 deudores que pueden solicitar al banco la activación de esta cláusula gatillo para que se establezca el tope en la actualización de las cuotas, de modo que no supere por más de 10 puntos la mejora salarial.
Otra alternativa es solicitar una extensión del plazo de pago de hasta un 25% del lapso total de repago, medida ya prevista en las condiciones originales de estas líneas.
Los grupos de afectados consideran que estas medidas son paliativos y exigen algo más: que la tasa de variación de las obligaciones mensuales no supere el indicador de actualización de las remuneraciones.
“En la provincia de Buenos Aires hay otros proyectos en tratamiento que contemplan medidas de resguardo. Es lógico que esto esté sucediendo dado que en su momento se incentivó a las familias para que tomaran este tipo de créditos. El problema fue que las condiciones cambiaron de manera casi instantánea. Por eso hoy hay miles de familias con una situación financiera muy complicada”, sostuvieron ante iProfesional voceros de Autoconvocados UVA de la provincia de Buenos Aires.
“Que se esté hablando de 35.000 familias que entrarían dentro de los que pueden beneficiarse con las nuevas medidas implica un reconocimiento por parte de los bancos y del Gobierno. Es un cambio positivo porque antes minimizaban los efectos de las subas de las cuotas”, añadieron, para luego reclamar más ayuda.
Respecto de una de las decisiones oficiales, que comprende permitir la extensión de los plazos de pago, hay tomadores de créditos que lo consideran un simple “parche”, al tiempo que aseguran que no cambia en nada el impacto que la suba de las cuotas viene teniendo en los bolsillos.
Aunque con matices, entre los colectivos distribuidos en el interior del país prevalece la idea de que una solución con “beneficios reales” consistiría en modificar la forma en que se define el monto de las cuotas. Así, en el caso de los hipotecados, apuntan a que el valor de los pagos guarde relación directa con las paritarias salariales.
Casos reales
iProfesional reunió casos de autoconvocados, quienes dieron a conocer el siguiente detalle:
-Malena y Matías. Crédito a 28 años, escriturado el 15 de diciembre de 2017. La cuota inicial de enero de 2018 era de $6.783. En diciembre pasado terminaron saldando $9.873. El monto de la hipoteca, en tanto, pasó de los $1.082.000 a los actuales $1.603.458.
-Débora y Pablo. Plazo a 20 años, escriturado el 20 de diciembre de 2017. Primera cuota, correspondiente al 5 de febrero de 2018: $6.959. Cuota correspondiente al 5 de enero de 2019: 10.035 pesos. La hipoteca trepó de los 930.000 pesos a los 1.365.832 pesos de este enero.
-Rubén. UVA a 30 años. Escriturado el 24 de abril de 2018. Su hipoteca pasó de $2,1 millones a los $2,6 millones actuales. Así, la primera cuota pasó de $11.060 pesos a un monto superior a los $14.500 en diciembre.
“Todos hemos recortado gastos en diferentes niveles para poder balancear un incremento salarial que quedó lejos. El problema es que no solo subieron las cuotas de los hipotecarios. Terminaron incrementándose todos los precios, a raíz de la inflación. Esto generó que se deteriorara considerablemente el poder adquisitivo”, indicaron a iProfesional desde una de las organizaciones de asambleístas.
“Además del aumento que pega sobre la cuota, la deuda total se eleva casi a un ritmo diario por las actualizaciones que recibe UVA. De esa forma, lo que termina pasando es que cuanto más pagamos, más estamos debiendo. Los créditos en este contexto se están volviendo impagables”, remarcaron desde la asamblea de La Plata.
Se desploma la demanda
Según estimaciones oficiales, desde el comienzo de enero de 2016 hasta la actualidad fueron otorgados unos 167.000 créditos hipotecarios. El ritmo era de 1.300 líneas mensuales, en promedio, para 2016. Y, a partir de 2017, hasta el primer tramo del año pasado, se elevó hasta las 7.000. El pico, en tanto, se alcanzó en marzo último.
Sin embargo, devaluación mediante, la demanda se desplomó: durante la época de bonanza, se habían adjudicado préstamos por $14.000 millones. En cambio, en diciembre pasado, la demanda cayó hasta los $2.600 millones menos, un desplome del 81%.
Como consecuencia del contexto económico adverso, las operaciones de compraventa de inmuebles en la Ciudad de Buenos Aires se derrumbaron casi 46% en noviembre último (el dato más reciente disponible).
Y, en el caso de las operaciones realizadas con créditos hipotecarios, la baja fue más notoria: 88%.
Pese a todas estas cifras, en el Gobierno confían en que, estabilidad del dólar mediante, la demanda de créditos hipotecarios deje de caer y pasen a nivelarse en torno a las 3.000 operaciones mensuales.
Sin embargo, son numerosas las variables que determinarán el futuro de este instrumento que facilita el acceso a la vivienda. La evolución del dólar y de la inflación, así como la incertidumbre política, conforman un cóctel que hace difícil prever el futuro de estas líneas.
José Rozados, CEO de Reporte Inmobiliario, precisó que, aun con la espiral inflacionaria de 2018, diciembre cerró con cuotas que demandan alrededor del 30 por ciento de lo que perciben los deudores, en promedio.
“El inconveniente se hará mucho más evidente si el índice de precios no se reduce. Si la inflación se mantiene elevada a lo largo de este período, el escenario se hará más complicado. También hay que ver cómo inciden otros factores, como los problemas que hay con el empleo. Hoy la situación no es crítica, pero hay que ir monitoreando”, afirmó el experto.
Un especialista con llegada al Gobierno se pronunció en el mismo sentido: “Estamos en un contexto en el que se van estabilizando las cosas. Pero la situación puede volverse más complejas si no se desacelera el índice de precios y no se recupera el poder adquisitivo”.
“Hay confianza en que este año la inflación empezará a mostrar una mayor estabilidad. Y esto debería traducirse en una mejor situación para los deudores”, acotó.
Sin embargo, la visión de los analistas y empresarios dista del panorama que planteaba Cambiemos hace unos años.
En abril de 2017, cuando presentaba créditos a 30 años, el Presidente destacaba que haber solucionado el problema del default y bajado el costo de vida significó que la Argentina volviera “a tener acceso al crédito internacional y que bajara la tasa de interés”.
“Cada vez que sigamos bajando la inflación, más baja va a ser la tasa de interés y más certidumbre habrá en que ese alquiler se transforme en el ahorro que se materializa en esa casa”, apuntó el mandatario.
Sin embargo, el tiempo pasó y hoy son más los deudores preocupados por cómo afrontar el pago mensual que los que intentan suscribir un hipotecario UVA.