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En el Congreso de la Nación todo el mundo está feliz…

Mientras el gobierno les ofreció a los docentes nacionales un aumento del 17 por ciento, los diputados y senadores nacionales picaron en punta y se anticiparon a las subas salariales que se prevén para este año. Desde enero cobran sus dietas con un aumento de 21,8 por ciento, por lo que ahora reciben 36.382 pesos mensuales, a los que se deben sumar otros 10.000 pesos por mes por gastos de representación.

 

Esta suba de 21,8 por ciento en las dietas promete traer polémica, ya que supera en casi dos puntos el porcentaje con el que el Gobierno aspira a cerrar este año las paritarias . Además, supera por casi 5 puntos el 17 por ciento que el gobierno les ofreció a los docentes nacionales.

 

Las autoridades parlamentarias aclararon  que el aumento es producto del acuerdo paritario que se alcanzó en marzo del año pasado con los gremios legislativos. El incremento se aplicó automáticamente para los empleados, pero se postergó para diputados y senadores hasta el 1° de enero de este año.

 

La razón de ese diferimiento en el pago fue que a principios del año pasado el presidente del Senado, Amado Boudou, y el de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, habían duplicado los ingresos de los legisladores nacionales, que treparon a casi 40.000 pesos mensuales.

 

El fuerte descontento social que provocó esa medida inhibió a Boudou y a Domínguez de aplicar, ese mismo año, el aumento del 21,8 por ciento del acuerdo paritario en las dietas. Por eso lo postergaron hasta ahora.

 

Cada legislador recibe desde enero una suba de  6500 pesos en promedio en sus dietas. Esto lleva a un ingreso de bolsillo de  46.382 pesos mensuales, sumados los gastos de representación.

 

A esta suma se le deben agregar el plus por desarraigo que perciben aquellos que viven en el interior del país y los 40 tramos terrestres y aéreos que reciben por mes, los cuales pueden ser canjeados por dinero en efectivo si no se utilizan. Cada tramo terrestre cuesta 220 pesos, mientras que el aéreo, 530 pesos.

 

La cuestión de las dietas ha sido desde siempre un tema tabú en el Congreso. Sabedores de que cualquier alza en sus ingresos es motivo de polémica pública, los legisladores consultados  aceptaron opinar, pero en estricto off the record .

 

“Se trata de un aumento diferido; si se lo compara, el 21,8 por ciento es inferior al promedio del 24 por ciento que se otorgó a los otros gremios el año pasado. Además, los legisladores pagan la máxima escala por el impuesto a las ganancias (35 por ciento) y no se instrumentó ninguna suba en los demás conceptos, como pasajes y desarraigo”, enfatizó una fuente oficialista.

 

En la oposición también se justificó la suba. “Era previsible; se había acordado el año pasado. Pero todo lo que recibimos de aumento se lo «come» el impuesto a las ganancias”, se quejó un diputado de la UCR.

 

Este último aumento en las dietas ya se veía venir desde el año pasado. Cuando se resolvió duplicar las dietas legislativas, Boudou y Domínguez establecieron por resolución que el ingreso mensual de los legisladores debía ser un 20 por ciento superior al del director de máxima categoría del Congreso. Así, se garantizó que ningún legislador cobrara menos que un empleado parlamentario. Para preservar esta brecha, era necesario aplicar en las dietas el 21,8 por ciento de aumento producto del acuerdo paritario, sostienen.

 

Además, la ley de presupuesto 2013 fue más que beneficiosa para el Congreso. En efecto, ambas cámaras recibirán a lo largo de este año un aumento promedio del 40 por ciento en sus partidas, muy por arriba del 25 por ciento otorgado a los demás rubros.

 

Según la norma, al Senado se le destinarán unos 1297 millones de pesos (45 por ciento más) y a la Cámara de Diputados, otros 1611 millones (35 por ciento más).

 

Esta suba millonaria no sólo incluye el aumento de las dietas, sino también la posibilidad de incorporar en ambas cámaras unos 1000 empleados más, según se aprobó también en la ley de presupuesto. Sin embargo, por el momento se inició el proceso contrario, es decir, la salida de numeroso personal en edad de acogerse a la jubilación. En el caso de la Cámara de Diputados, no está prevista la toma de nuevos empleados, enfatizó Domínguez el año pasado.

 

Asimismo, el presupuesto del Congreso servirá para solventar el ambicioso plan de obras que ya comenzó en la Cámara de Diputados, y que contempla una remodelación de los despachos, salas de comisión y ascensores, durante años abandonados a la desidia. Por otra parte, se encaró un proceso de modernización informática, incluyendo el recinto.

 

Este último aumento en las dietas legislativas anticipa una intensa controversia. Máxime cuando está por arrancar la discusión paritaria en todos los gremios.

 

El de los docentes ya comenzó y está lejos por ahora de un acuerdo: el gobierno ofreció el 17 por ciento de suba, muy lejos de las pretensiones de los maestros, que reclaman un 30 por ciento de aumento en el salario básico. El piso de 22 por ciento que acaban de percibir los legisladores será un argumento que utilizarán no sólo los docentes, sino también el resto de los sindicatos.