Elecciones en Tucumán: votos hechos cenizas
|En la escuela Luis F. Nougués, un grupo de entre 400 y 500 personas quemaron 13 urnas del establecimiento. Dura respuesta de Gendarmería. “Esto no sirve más”, le dijeron a Tatiana Medici Godward cuando le quitaron la urna de la mesa 1.331 de San Pablo. Ella era la presidenta y había intentado continuar con el escrutinio provisorio por todos los medios. Pero cuando se le hizo insostenible, quiso resguardar los votos, los sobres y los telegramas, pero fue en vano. La horda que se había apropiado de la escuela Luis F. Nougués de esa localidad destruyó casi todo resquicio de lo que fue la voluntad popular.
Los incidentes que terminaron con la quema de al menos 13 urnas comenzaron alrededor de las 20. Los gendarmes y policías que estaban custodiando la escuela sacaron a todos los que no eran autoridades de mesa ni fiscales. En la puerta del establecimiento aguardaban entre 400 y 500 personas, que pertenecían a distintos acoples (para la comuna de San Pablo y Villa Nougués se habían presentado 26 candidatos a delegados comunales).
El rumor de que un candidato estaba teniendo una ventaja sobre los otros habría sido el detonante de la irrupción, contó un gendarme que estaba en la escuela y que recibió una pedrada en su cara. El malón empezó a empujar la puerta, y los gendarmes y los policías se vieron ampliamente superados. Primero fueron enormes piedras lanzadas por arriba del portón, y luego lograron ingresar.
“Aproximadamente a las 21.30 empezamos a escuchar gritos, bombas y tiros. Me fijo por la ventana del cuarto oscuro y la escuela había quedado vacía. A las 21.45 eran más fuertes los ruidos y ya habían entrado personas a la escuela, desconocidos y algunos oficiales de la Policía. Gritos, bombas, tiros. Con los fiscales pusimos un ropero contra la puerta para que no pase la gente y tratamos de contar los votos lo más rápido posible. En un momento entró una pedrada por la ventana, nos comenzamos a asustar y después entró una segunda pedrada, reventando los vidrios. Estábamos todos muy asustados, nos decían que salgamos todos, que era todo un desastre. Por el miedo salimos. En la urna pusimos votos contados, sobres, todo lo que se pudo y apenas salimos una persona me sacó la urna de las manos”, relató Medici Godward.
El prosecretario de la Junta Electoral, Carlos Vidal, explicó que en la escuela Luis F. Nougués había 14 mesas de las 28 habilitadas en San Pablo. De ellas, 13 habían sido quemadas. La única que había sido rescatada fue anoche trasladada a la sede de la Junta Electoral. “Hubo 13 personas que eran autoridades de mesa y cuatro gendarmes y policías que tuvieron que ser asistidos en el hospital de San Pablo”, contó Vidal. A 100 metros de allí, en el Instituto San Pablo Apóstol no terminaron el escrutinio.
Allí funcionaban las otras 14 mesas del pueblo. Los presidentes y fiscales, ante el rumor de que la horda luego atacaría ese establecimiento, habrían abandonado sus tareas. “Hay urnas cerradas que no sabemos si han sido abiertas para contarlas porque tienen doble faja, otras telegramas sin llenar”, describió Vidal, que llegó alrededor de las 23 con cuatro colaboradores.
En el medio, entre la quema de las urnas y la llegada de los representantes de la Junta Electoral, un camión que trasladaba unos 20 gendarmes llegó al lugar y, despacito, el personal de la fuerza de seguridad se acercó al hospital de San Pablo, ubicado en la acera de enfrente. De pronto cambiaron la actitud e irrumpieron por la fuerza.
Corridas, tiros al aire de, supuestamente, balas de goma y el sonido de vidrios rotos. Gritos desesperados del grupo que estaba en el hall del hospital. Los gendarmes repartieron “palazos” y a los empujones despejaron el lugar, pero no detuvieron a nadie.
No hubo una autoridad que justificara el accionar. “En el hospital estaban las personas heridas cuando entraron a quemar las urnas, y el personal de la fuerza de seguridad que había recibido las pedradas”, aportó Vidal, en una explicación insuficiente.
¿Qué pasará con la elección en San Pablo? “Es una decisión que tendrá que tomar la junta”, aclaró el prosecretario. Lo único certero es que la decisión que pudieron haber tomado los votantes de la comuna quedó hecha cenizas en los pasillos de la escuela Luis F. Nougués.