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El precio de la carne sigue aumentando

El Gobierno nacional impuso medidas restrictivas para la exportación de carne con la idea de generar un control de precios internos, pero entre que la medida ya había fracasado en el pasado y la poca colaboración por parte de grandes cadenas frigoríficas, el resultado se sostiene: precios carísimos.

Se realizaron controles aduaneros e impositivos a más de 150 frigoríficos, catalogados como los de mayor envergadura del país. Al respecto, se lograron identificar distintas maniobras de subfacturación, o incluso falta de declaraciones de operaciones en 9 de cada 10 comercios inspeccionados, según lo que sostuvo la directora general de Aduana, Silvia Traverso, durante una entrevista que brindó a la agencia de noticas Télam.

Lo que se puede concluir, así, es que entre las medidas restrictivas para la exportación de carne (que impactaron de manera negativa en los precios) y el mal comportamiento de grandes cadenas de frigoríficos, el resultado es el mismo: precios cada vez más altos e inaccesibles.

La funcionaria explicó que entre las medidas aplicadas a los establecimientos donde se detectaron irregularidades, destaca la suspensión por 30 días a los embarques al exterior. “Desde el Gobierno venimos analizando el desempeño del sector de la carne. Hay una parte del Gabinete que evalúa cómo se desenvuelve el mercado interno y otra, donde participa la Aduana, con la mirada en lo que sucede en el comercio exterior”.

Además, agregó: “Denunciamos a 19 frigoríficos que realizaron operaciones fraudulentas en la exportación de carne con irregularidades que llegan a los 6 millones de dólares. Son frigoríficos que intentaron evadir impuestos e ingresar menos divisas al mercado cambiario de las que correspondía”.

Según describió la funcionaria, entre los mecanismos utilizados por estas cadenas frigoríficas existía, por ejemplo, la declaración de estar exportando huesos, es decir, alimentos o productos no aptos para el consumo humano. Sin embargo, pudieron comprobar que, por el contrario, sí era mercadería apta para el consumo humano, los cuales están gravados por una alícuota mayor. Esto implicó además que el valor de mercado de la exportación declarado fuera más bajo que el real, con el perjuicio en la entrada de dólares al país.

A estos controles y medidas dispuestas por Aduana, “se suman las fiscalizaciones iniciadas por la DGI, también dependiente de la AFIP, sobre los 150 frigoríficos de mayor envergadura del país donde se identificaron maniobras de subfacturación o no declaración de operaciones en nueve de cada 10 de los establecimientos controlados”, señaló Traverso.

Finalmente, la funcionaria aseguró que los controles que se hacen en el comercio exterior no sólo son una vez concretadas las operaciones: “Estamos fortaleciendo también las capacidades de gestión de riesgo, siguiendo las buenas prácticas recomendadas por la Organización Mundial de Aduanas (OMA), con miras a reforzar el desarrollo de la información anticipada, útil para facilitar el comercio exterior pero sin desatender los controles”.

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