El Parlamento francés destituyó al primer ministro Michel Barnier

Francia sin Gobierno. La Asamblea Nacional optó por un voto de censura que derrocó al primer ministro Michel Barnier y su gabinete por 331 votos, a causa de su aplicación de un polémico presupuesto para enfrentar el enorme déficit, y la ley de seguridad social. El presidente Emmanuel Macron, nunca más debilitado y acosado.
Una moción de la ultraizquierda de la Francia Insumisa, que coincidió con la de la nueva árbitra del Parlamento, la diputada Marine Le Pen y su partido de ultraderecha Reagrupación Nacional.
Eran las 8 de la noche cuando, después de votar fuera de la sala de la Asamblea, los legisladores franceses decidieron desalojar al primer ministro y ex negociador del Brexit, Michel Barnier del palacio de Matignon.
Así se convirtió en el primer ministro con el más corto mandato de la V República. Un día histórico en Francia. Es la primera vez desde 1962 que un primer ministro cae por un voto de censura.
Para ser adoptada, la moción de censura debía ser votada por 289 diputados al menos. Juntos la extrema derecha y la extrema izquierda suman 332 en una Asamblea Nacional, donde nadie tiene mayoría absoluta. Una República parlamentarista.
Al mismo tiempo aterrizaba en Paris el presidente Emmanuel Macron, que acortaba su visita oficial a Arabia Saudita. El gran interrogante de este miércoles inquietante es el futuro del gobierno, cuando Francia espera el sábado al presidente electo norteamericano Donald Trump y 50 jefes de Estado a participar en la reinauguración de la catedral de Notre Dame, tras su incendio. Habrá cumbres casuales sobre Ucrania, Oriente Medio y la OTAN. Macron proyecta nominar un primer ministro en 24 horas.
El debate
Eran las 16.44 cuando se inició el debate del voto de censura de la Francia Insumisa, a cargo de Eric Coquerel, diputado de St Denis.
Coquerel, presidente de la Comisión de Finanzas, defendió la moción de censura. “La mayoría del pueblo está detrás de esta moción que yo porto”, que evocó “el honor de defenderla”. La FI denunció un “gobierno ílegítimo”. “Ustedes caerán en el deshonor”, dijo. Ellos buscan elecciones presidenciales anticipadas y la renuncia de Macron.
Frente a él, el primer ministro Barnier escuchaba imperturbable. Tuvo derecho a responder.
Vestida de negro, la diputada Marine Le Pen describió el gobierno como “de apariencias” y dijo que la Asamblea va a censurar “esta ilusión óptica”. “El fin de un gobierno efímero”, con cada vez más impuestos y menos servicios sociales.
“El presupuesto tomó de rehén a Francia”, denunció Marine Le Pen. “Francia tendrá un presupuesto” con un nuevo gobierno, continuó.
Le Pen lamentó “el sectarismo” y el “dogmatismo” de Barnier, que le “prohíbe hacer la menor concesión”. El ahora ex primer ministro negoció con ella hasta el último minuto.
“La censura es necesaria para poner fin al caos”, anunció Le Pen. “El verdadero responsable de esta situación es Emmanuel Macron”, denunció. Llamó “a una gran alternativa”. Ella votó la moción de la izquierda.
Fue el turno de los socialistas en el hemiciclo. El diputado Boris Valloud de los socialistas le reprochó al primer ministro que fue Marine le Pen su interlocutor y no los socialistas.
“Barnier, ningún diálogo con la izquierda. El poder no está más en el Eliseo, ni en Matignon. Está acá en la Asamblea Nacional. Nosotros podemos cambiar el presupuesto, el primer ministro y cambiar la vida”, indicó. “Este moción de censura es para gobernar, no para negociar con la ultraderecha. Para dar un gobierno estable en Francia”, dijo el diputado socialista.
La advertencia de los conservadores
Los Republicanos conservadores estuvieron representados por Laurent Wauquiez. Acusó a Reagrupamiento Nacional y la Francia Insumisa de preferir “el caos a la responsabilidad”. “La censura es un juego minable”, señaló, cuando acusó a la izquierda y la ultraderecha “de abrir una caja de Pandora y la inestablidad institucional”.
Wauquiez llamó a Le Pen a “repensar” el voto de censura porque son “las instituciones las que están en riesgo”. “Aun está a tiempo”, manifestó varias veces.
“Usted portará la responsabilidad delante de los franceses porque ellos se acordarán que usted encendió la mecha”, la denunció.
Recordó que “el desorden, la crisis institucional” serán la resultante.
Gabriel Attal, ex primer ministro y líder de Ensemble por la Republica, añadió que “los franceses no escuchan más a los políticos porque Francia está enferma”. Y alertó: “Lo que exigen los franceses es menos ruido y más acción”.
“El primer ministro Barnier no es de nuestra familia política. Pero hicimos la decisión de sostenerlo por que es el interés de nuestro país”, aclaró. “Este voto de censura es un error delante de la historia”, dijo Attal.
Barnier se despide
Una ovación despidió a Michel Barnier en su último discurso al Parlamento, en un ambiente eléctrico. Vestido de azul marino, con una corbata azul Hermés, el primer ministro se mostró muy “emocionado” por su actitud y su recepción.
“Un momento de verdad, de responsabilidad. Pero es complicado acá”, puso de relieve.
“Madame Le Pen, nosotros no tenemos la misma idea de soberanía ni la misma idea de patriotismo”, le dijo Barnier en su último discurso, en defensa de su presupuesto, dirigiéndose directamente a la líder de Reagrupación Nacional.
Después de describir el contexto complicado de las finanzas públicas, Barnier juzgó que la verdad llamará a todo gobierno que sea . “La deuda será siempre ahí” alertó. “Esta moción volverá todo más grave”, alertó.
“Nuestro país atraviesa una crisis profunda moral, cívica, económica”, describió.
Posteriormente, Michel Barnier recibió a los ministros de su gobierno en Matignon, a la espera de la votación de las mociones de censura.