El Gobierno dice que tomó recaudos para evitar el embargo del oro, del pago a bonistas y la Fragata Libertad
En medio de juicios millonarios que acechan a la Argentina, el Gobierno determinó que los activos locales en el exterior no corren peligro de ser embargados. Esa fue la conclusión a la que llegaron los técnicos de Javier Milei la semana pasada tras analizar posibles acciones judiciales contra el oro girado al exterior, los fondos que serán enviados a Nueva York para cancelar deuda en enero y la Fragata Libertad, que ya fue embargada.
Los análisis tomaron impulso después de los rumores que circularon sobre el traslado de las reservas del Banco Central a Londres, un movimiento que finalmente fue confirmado por el ministro de Economía, Luis Caputo, aunque sin precisar el destino. “Es una movida muy positiva del Banco Central porque hoy hay oro en el banco que es como si tuvieras un inmueble adentro y no lo podés usar para nada”, sostuvo el viernes pasado.
Según el estudio realizado por diversas dependencias, incluida la Procuración del Tesoro que encabeza Rodolfo Barra, el oro es “inembargable” porque son reservas del Banco Central. “No son deuda o activos del Estado”, señalan. Hoy, según el último dato oficial, la autoridad monetaria posee US$ 4.433 millones de reservas en ese metal.
Caputo explicó que “si tenés ese oro afuera, le podés sacar un retorno y el país necesita maximizar los retornos de sus activos”. “Es mucho mejor dejarlo custodiado afuera donde te pagan algo”, sostuvo. Y Javier Milei dijo que iban a pagar “como sea” la deuda con bonistas y que en caso de no poder refinanciarla, ya cuenta con acuerdos “repo”, un préstamo de corto plazo a cambio de un activo en garantía y que podría hacerse con bonos u oro.
El Gobierno intentó despejar así las dudas en el mercado por el uso de reservas para contener el dólar, lo que gatilló la caída de los bonos la semana pasada. El ruido se inició a partir del pedido de información del diputado del Frente de Todos y titular de La Bancaria, Sergio Palazzo, quien la semana pasada solicitó precisiones sobre el presunto traslado de lingotes por US$ 450 millones los viernes 7 y 28 de junio, hacia Inglaterra.
El otro riesgo que se analizó estos días son los US$ 1.528 millones que Economía se comprometió a enviar al Bank of New York para pagar los intereses de los bonos globales y bonares que vencen en recién en enero de 2025. “El adelanto debería bajar el riesgo país porque no tenés forma de defaultear, no son embargables”, señaló una fuente oficial. “Estamos en proceso operativo, esperamos que sea lo antes posible”, señalaron en otro despacho oficial.
Con todo, la jugada no está exenta de riesgos considerando los juicios abiertos en Nueva York e Inglaterra y el fallo que obliga a la Argentina a pagar US$ 16.000 millones por la estatización de YPF. Desde octubre, los demandantes buscan, entre otros activos, “cualquier oro u otro metal precioso de las reservas argentinas en Estados Unidos o cualquier otro país”, según el expediente que tramita ante la Corte presidida por la jueza Loretta Preska.
“La intención del gobierno es financiera, imagino que evaluó seriamente el envío de activos al epicentro de los juicios, el riesgo es altísimo, es muy tentador para los beneficiarios de fallos intentar embargos en Londres y Nueva York, la idea es sacar los activos de ahí”, señaló Sebastián Maril, director regional de Latam Advisors. Y agregó: “Si hay un intento de embargo, puede generar ruido”. Algo que ya ocurrió con las cautelares interpuestas por fondos buitre.
En tanto, el economista Fausto Spotorno dijo que “el oro estaba acá para protegerlo contra juicios y embargos, pero no se puede usar como las reservas en dólar billete”. “Para poder usarlo tiene que estar en el exterior. Eso le da liquidez y hasta puede generar rentabilidad. Pero podría caer en embargos y hay juicios como los del cupón PIB e YPF”, dijo en redes sociales el exmiembro del consejo de asesores de Milei.
Argentina se vio envuelta desde el 2001 en cerca de 30 confiscaciones, como el avión Tango 01, la residencia del embajador en Washington y otras propiedades en EE.UU, la casa museo de San Martín en Francia, cuentas del Banco Nación y el Banco Central en Nueva York y un satélite argentino. En octubre de 2012, fue el turno de la Fragata Libertad, un buque de la Armada que fue retenido por el reclamo del Grupo NML Capital.
La embarcación partió el viernes en una travesía de 105 días hacia Fortaleza (Brasil), San Juan (Puerto Rico), Baltimore (Estados Unidos), Bridgetown (Barbados), Recife (Brasil), Río de Janeiro (Brasil) y Montevideo (Uruguay). En el Gobierno revisaron el itinerario y aseguran que está fuera de alcance. Argumentan que es un buque de guerra, un bien que al igual que aquellos de carácter diplomático gozan de “inmunidad soberana”.