El Diario volvió a salir pero impreso en Rosario
El n° 36591 de El Diario de Paraná llegó cerca de las 9 y media de la mañana a los kioscos paranaenses. En realidad, fue una edición de 16 páginas que sorprendió por su reducido tamaño, y un pobre contenido periodístico a un costo de $ 5, más un recargo de 0.40 por envío al Interior. Lisa y llanamente, increíble. Con todo el respeto que se merecen sus empresarios, era para ofrecerlo gratuitamente. Carta Abierta de los trabajadores y un Off The Récord que da anuencia a nuestra visión.
Mientras que “Canillitas” y kiosqueros no ocultaban su fastidio, trabajadores gráficos de El Diario quemaban cubiertas a modo de protesta en la esquina de Buenos Aires y Pellegrini.
Ellos nos trajo a la memoria que el primer paro que se registra en el seno del periodismo argentino se remite a 1919, en el diario La Prensa, siendo liderado el reclamo por los obreros gráficos y constituyéndose en la primera lucha en defensa de los derechos de los profesionales de los medios de comunicación.
Por su parte los trabajadores de prensa de la empresa paranaense, dieron a conocer una Carta Abierta en la cual expresaron:
“Reunidos en el marco de un estado de asamblea permanente, reiteramos la profunda preocupación ante la falta de pago en tiempo y forma de nuestros haberes del mes de septiembre.
A raíz de este conflicto, generado por la empresa, los días martes y miércoles no se publicó el matutino, producto de un paro de actividades realizado por los trabajadores gráficos, amparados en los legítimos derechos laborales.
En una reunión mantenida el martes por la noche, Luis Guevara, gerente de Sociedad Anónima Entre Ríos –editora de El Diario– y representante del titular de la mayoría accionaria, Ramiro Nieto, prometió que en el día de la fecha se abonaría el 50% de los salarios, cosa que técnicamente no sucedió. A esto se suma la situación de los trabajadores precarizados que hace más de dos meses que no perciben sus haberes, lo que agrega mayor zozobra y malestar en las familias.
Ante este escenario, donde no se ha efectivizado el pago de salarios en tiempo y forma, los trabajadores de prensa respaldamos la medida de fuerza que vienen realizando los compañeros gráficos y evaluamos las próximas medidas gremiales a adoptar.
En este marco, queremos hacer saber a la sociedad que la no edición de El Diario en los días anteriores es absoluta responsabilidad de la patronal, aun teniendo al alcance los medios para solucionar el conflicto.
Asimismo, queremos alertar sobre la preocupación que genera en las familias de los trabajadores la profundización de una evidente y deliberada política de vaciamiento de los activos patrimoniales de la empresa, sumado al vaciamiento intelectual, hechos que han sido denunciados y están siendo investigados en la justicia provincial e involucran a la familia Etchevehere y al ex titular de la mayoría accionaria, Walter Grenón”.
Reflexión
Cabe formular una vez más un interrogante: ¿seguirán los empresarios sin formular la más mínima, la más básica declaración que ayude a esclarecer la situación? ¿Tan quimérico es aguardar una versión oficiosa de parte de la Patronal?
El silencio, el mutismo no es sinónimo de mesura y/o de discreción. En este delicado caso, con tan claras denuncias por parte de los empleados, se erige en evasión, en un recurso o subterfugio para nada fecundo, para nada edificante.
La empresa queda así notoriamente en desventaja ante la opinión pública y en especial se profundiza la pérdida de credibilidad del producto periodístico.
No es espurio reconocer las vicisitudes económicas-financieras, como menos ilegítimo resulta dar a conocer cuál es la REAL situación interna de la estructura de Redacción en lo concomitante a cantidad de Personal, responsabilidades, competencias, y cuáles son los números vitales que generan el déficit.
De hecho, apelando al off the récord en pos de evitar susceptibilidades, eludir el afectar sensibilidades, uno de los más avezados trabajadores nos confesó junto a uno de los kioscos de la Peatonal: “esto no es de hoy. Viene de hace varios años cuando se combinaron la venta de la empresa, el desembarco del empresario santafesino (Grenón), y ciertos vínculos con el Estado provincial. La Redacción ya estaba desfasada como una vez vos dijiste en tu página, con una cantidad de periodistas deportivos que nada tenía que ver con el mismo suplemento creado allá por mediados de los ’90. No puede ser que haya un periodista para Paraná, uno para Belgrano, otro para el fútbol local, dos o tres para Patronato, uno para básquet local, uno para Echagüe y Sionsta, y así es imposible que la empresa tenga números que no sean en rojo. Para colmo llegaron más recomendados desde la Casa de Gobierno. Acá si querés que esto funcione no hay otro remedio que achicar el personal, aparte de readecuar la parte tecnológica para estar a la altura de los que debe ser un diario de tanto prestigio”.
Y concluyó con una predicción poco halagüeña: “vos sabés desde hace cuántos años estoy en El Diario. Jamás se vivió esta situación. Hubo épocas de recorte, de vacas flacas, de algunos días de demoras para cobrar, de conflictos gremiales internos, de cambios en la Redacción pero nunca se ha vivido lo de ahora. Yo los entendería si quieren reducir el personal, o si quieren pedir exclusividad. Temo decirlo, me duele decirlo, pero me parece que quieten vaciar todo y eso no está bueno”.
La Carta Abierta es muy clara, pero estos conceptos son más transparentes aún. Mientras, desde la Patronal, el silencio se convierte en descortesía y opaca la cada vez más oscura imagen de la centenaria Empresa, una de las más prestigiosas de la República.
Vale la pena recordar dos máximas: “A veces, el silencio es la peor mentira”; y “El silencio es el partido más seguro para el que desconfía de sí mismo”.