El Banco Central sigue vendiendo y sus reservas no paran de caer

La racha vendedora de reservas del Banco Central (BCRA), la más negativa por los montos involucrados en cinco años y cinco meses, tuvo un nuevo capítulo hoy, cuando la entidad tuvo que desprenderse de otros US$109 millones para que se puedan cursar las operaciones cambiarias validadas para el día en la plaza oficial.
Fue al cabo de una rueda en la que se operaron US$428,4 millones y en la que los importadores o las personas jurídicas que debieron atender el pago de compromisos financieros pudieron comprar el billete a $1071,75, es decir, apenas $0,25 centavos por encima del cierre que el billete había registrado el viernes pasado.
Fue el valor convalidado por el ente monetario para atenerse a la pauta de ajuste mensual del 1% que indica que debería cerrar el mes el lunes próximo en torno a los $1075,40.
De esos datos se desprende que de las arcas oficiales salieron el 25,5% de las divisas operadas en la jornada por el mercado oficial, un porcentaje menor al promedio (superior al 40%) registrado en la semana previa, pero que parece confirmar que este mes sería el de peor desempeño para el BCRA en materia de intervenciones, dado que, a falta de cuatro ruedas para su cierre, muestra un saldo negativo de US$689 millones. Es un monto cuatro veces superior al peor rojo mensual que había registrado hasta aquí, en julio del año pasado.
Por lo pronto, al cabo de las últimas siete ruedas, el BCRA ya perdió US$1313 millones en este tipo de operaciones, una suma 31,3% superior a los US$1000 millones con que había reforzado su tenencia a comienzos de año, al pactar un préstamo con bancos internacionales. Esa asistencia, que negoció a lo largo de cinco meses, se esfumó en cinco días.
“La racha vendedora actual es la más negativa desde octubre de 2019. El mercado espera novedades desde Washington, con el foco no solo en montos, sino en lineamientos de política cambiaria”, hizo notar al respecto el economista Nery Persichini, de GMA Capital.
El dato es relevante porque muestra cabalmente el vuelco de campana que tuvo el mercado al generalizarse las dudas sobre la continuidad del crawling peg al 1%, en un momento en el que había apuestas millonarias sobre su continuidad, al menos, hasta las elecciones.
Eso provocó una oleada de ventas de bonos y letras en pesos (lo que elevó sus tasas de rendimiento y puede complicar los planes oficiales para refinanciar la deuda en pesos, dinero que financió a su vez la demanda de dólares y mantiene presionados al alza a los precios de los dólares libres.
En paralelo, los que debían demandar divisas por la plaza oficial aprovecharon para anticipar sus compras y los que tienen que liquidarlas, demoran todo lo posible sus ventas ante el riesgo de poder estar asumiendo pérdidas difíciles de digerir en un contexto de márgenes operativos más apretados para el agro.