El abandono de Sionista sigue replicando: Paraná, una plaza de Liga compleja
|ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Que la Liga Nacional de Basquetbol y/o el TNA son muy poco vendibles no es novedad… Sin embargo, más allá de las insuficiencias y/o deficiencias en cuanto a la gestión de marketing y publicidad desde la misma Asociación de Clubes, Paraná es una plaza complicada. No es de ahora, y ya hemos dedicado innumerables espacios a este tema. Por estas horas se leen, escuchan y ven diversas entrevistas relativas a la negativa de Sionista en continuar como franquicia profesional que nos aguijonean a replantear expresiones.
Hay un factor que no se desmiente y/o que se reafirma desde el grupo directriz que encabezaba el proceso recientemente abandonado: desgaste.
Y sí… el deterioro es lógico. Comprensible. Ahora… lo que sería regio es leer, escuchar, ver una dosis especial de autocrítica.
Quienes hacemos esta web con innumerables carencias, penurias, dificultades y hasta trabas, no logramos salir de un profundo abatimiento por saber que se pudo cambiar el rumbo a tiempo, que no se agotaron las acciones tendientes a provocar esa reacción imprescindible para que TODO el ambiente del básquet comprenda la trascendencia de VALORAR el contar con el magnífico espejo del baloncesto de alto rendimiento.
Anoche escuchamos a Diego Collado -referente del Centro Juventud- decir, a modo de título en nota con Canal 9 Litoral, “el club de Paraná es Echagüe”, hablando de la mayor popularidad de la institución de calle 25 de Mayo por sobre lo que representa, en verdad, Sionista.
No estamos de acuerdo para nada… Y nos remitimos a las pruebas… No fueron tantas las noches en las cuales el estadio “Luis Butta” lució colmado. Sí… obviamente… Hubo veladas radiantes con gimnasio repleto, pero… ¿no estaría bueno profundizar la comparación de lo que fue el básquet de Liga en finales de los ’80, principios y mediados de los ’90, y cómo fue cayendo progresivamente el nivel y brillo de la competencia?
¿Por qué no apelar a la memoria y repasar los nombres criollos y extranjeros para constatar la clara diferencia de jerarquía?
En verdad, ya lo hicimos hace varios años… Y hasta nos ocasiona una recóndita nostalgia rememorar tantas glorias que dejaron sus gotas de transpiración y hasta de sangre en el parqué de “El Gigante de calle 25 de Mayo”.
Y sí, vamos a insistir en lo fácil que “se vendía” (promocionalmente hablando…) la imagen de la Liga desde que Echagüe subió a la “A” hasta su descenso… De hecho que periodísticamente, sin Face, sin Twitter, sin Streaming, sin tantas web especializadas, sin notebooks, sin celus, la cobertura era magnífica incluyendo hasta dos páginas de El Diario, emocionantes transmisiones de radio y grandes espacios televisivos.
Claro que además, esas ilustres figuras no se quedaban recluidas en sus hoteles con la Play o mirando la NBA u otros programas deportivos. Caminaban por el centro, tomaban algo en la esquina del Flamingo, saludaban a la gente, firmaban autógrafos…
Todo cambió… El país cambió. Echagüe sumo demasiadas decepciones, apeló a compra de plazas, casi termina en la quiebra, y justo en su ocaso irrumpió en escena el Proyecto “Equipo de la Ciudad” que concluyó con Sionista en Primera de Liga.
Si bien Echagüe se “refundó” administrativamente como hasta reeditó un nuevo reclutamiento de riquísimas proyecciones, mucho le costó volver a seducir a la gente pese a loables esfuerzos y hasta campañas positivas en Segunda Categoría.
Mientras, Sionista nunca consiguió atrapar al público. Por ahí escuchamos y leímos que “el público acompañó…”. No coincidimos. Para nada… Ni siquiera con entradas gratis o ingreso con carácter solidario se pudo tentar al paranaense a hacer explotar el “Moisés Flesler” fuera de lo que significaron semifinales con Atenas, Permanencia con Monte Hermoso, o participación en Liga Sudamericana.
El básquet de Paraná rara vez llenó “El Templo” de Monte Caseros y Carbó. Contadas veces. Nos sobran los dedos de las manos. Y NO por un tema de “popularidad” sino por NO adoptar las medidas apropiadas, conducentes a que la gente se IDENTIFIQUE. Lo cual va mucho más allá de la filantropía o de una mascota y un anunciador…
Pero así como la AdC ha tenido un muy manejo del mercadeo, Sionista, con una pulcra gerencia extra-competencia, no logró cautivar deportivamente al particular aficionado paranaense. En una década de Liga pese a presencias inolvidables como Edu Villares y Juan Cantero, entre otros, no pudo montar una estructura competitiva atractiva.
Peor aún… La mayoría de sus planteles se integraron o con valores en su etapa de ocaso, o con jugadores que optaron por un bajísimo perfil fuera de la cancha y así, verlos a lo largo y ancho de la ciudad en horarios o actividades extra-deportivas fue un milagro.
No lo expresamos una vez. Fueron innumerables los artículos que dedicamos a la imperiosa necesidad de armar un Departamento a cargo de esa labor.
Y es ineludible o inexcusable acordarse de todas las consideraciones en lo inherente a difusión, más allá de valorar el esfuerzo y capacidad de nuestro querido colega Marcelo Tortul, quizás condicionado -bajo nuestra visión- por un “código de estilo” inculcado -tal vez- vía superior.
Pero sí… Nos jactamos en CENTENARES de reportes o columnas, de sentirnos SOLOS en cuanto al enfoque crítico constructivo. Y seguimos apuntalando esa apreciación.
Lo que es más… Hasta inocultable bronca nos generó ver la transformación (LUEGO DEL DESCENSO…) que se plasmó en la línea editorial de otros colegas, algunos que apreciamos inmensamente, cuando pudieron decir todo lo que dicen ahora, ANTES, OPORTUNAMENTE.
Y seguimos sustentando la perspectiva en lo relativo a que la prensa tiene su ENORME influencia en lo que PUDO ser Paraná como plaza de Liga Y NO FUE.
Si se daba un CONSENSO en el vigor y RIGOR periodístico, se podría haber penetrado con un mensaje más REVOLUCIONARIO la CERRADA posición dirigencial en su momento de Echagüe como la del propio Sionista.
Es como que JAMÁS se entendió que SOMOS PARTE del “negocio” y que a veces el ojo del analista IDÓNEO aguza los sentidos absolutamente distinto que un dirigente, que un entrenador, que un jugador.
Más aún, cuando hay una trayectoria, cuando hay MUCHOS años de jugar, de enseñar, de ver básquet.
Por ello creemos que, amén de lo MAL que está nuestro básquet profesional, persiste una confusión terrible del directivo, del coach, del basquetbolista acerca de la atribución, del influjo que tiene el periodista, como el saber descifrar la excelencia que adquiere lo publicitario, lo propagandístico.
Así estamos… Así estuvimos…
¿Cómo pretender apoyo, interés, cuando solo conformás equipos para “seguir participando” o de acuerdo a lo que podés pagar contra otros que te DOBLAN o TRIPLICAN en los sueldos y/o condiciones ofrecidas?
¿Cómo seducir a sponsors, a auspiciantes, al público, si cada temporada será más de lo mismo?
¿Cómo atraer cuando los jugadores “no venden” esa intervención?
¿Cómo no desgastarse con estadios semivacíos y campañas que siguen sin producir emociones positivas?
¿Cómo no “sufrir” campañas cuando las “grandes” franquicias que siempre pelean títulos, reciben de gobiernos, gremios o “peculiares” mecenas, subsidios que -reiteramos- superan holgadamente al presupuesto propio?
Ahora… Las copas, los campeonatos, los éxitos conquistan también esas subvenciones. Implican un coqueteo con la gente que va a la cancha con otra pretensión o ilusión.
Sin ir más lejos… En una década de Liga, más los años de Torneo Nacional de Ascenso… ¿Cuántos jugadores proyectó Sionista de su cantera? Ahora… Y en todos estos años de TNA, incluyendo temporadas sin descenso, ¿cuántos jugadores proyectó Echagüe de su semillero?
Pero es muy loco… El propio Diego Collado hoy habla en Canal 9 Litoral junto a Andrés Martino del “consentimiento” de Benjo y Marcelo Svetliza a las pretensiones de los jugadores profesionales, pero fueron diez temporadas (¡!) seleccionando jugadores que venían acá, pasaban con pena y sin gloria, para luego descollar en otros equipos en los que -paradójicamente- llegaban a estar 3 o 4 meses sin cobrar y sin todos los privilegios que acá se les concedía de acuerdo a sus exigencias, muchas veces insólitas.
¿Hoy se hace público ese asentimiento? ¿No es algo tarde y hasta contradictorio? ¿Diez temporadas en las cuales no se pudo revertir tanta anuencia y/o amparo para terminar desgastados?
O sea… El desgaste tiene íntima relación con la negligencia propia de no comprender por un lado el lado “oscuro” del profesionalismo y pretender dar todo, cuando se recibía POCO de muchos que vistieron la casaca “Celeste”…
Aunque también fueron diez temporadas en no discernir la idiosincrasia de una ciudad confusa, ininteligible.
De un básquet local discordante que hasta supo ver a Echagüe y Sionista como “roba jugadores”…
¿O no ven dirigentes de ambas entidades cuántas personas se sientan en plateas o tribunas a VER PERDER a Echagüe y Sionista??? SIEMPRE PASÓ… y sigue pasando. ¡Es algo QUE TIENE SOLUCIÓN!!! Solo hay que ABRIR EL JUEGO…
Pudieron servir tantos años para no solo forjar regencias prolijas. Y ojo… también hablamos de un Echagüe que hoy, gestionado minuciosa y/o ejemplarmente, refuerza el propósito de “participar sin hipotecar la casa…”.
Avalamos, refrendamos el criterio de no prometer lo que no se puede cumplir, pero también nutrimos la certeza en cuanto a que si no se aspira al éxito con clara ambición, difícil es transmitir, irradiar convencimientos a auspiciantes y público.
De eso se trata el profesionalismo. De lo contrario ¿para qué se juega sino es para ganar y pelear bien arriba, por una copa, por una proyección internacional o por un Ascenso???
Ahora… ¿Y si se imita la idea de formar y promover nuevos valores? Ahí está el ejemplo de Bahía Basket… ¿No se puede lograr eso de nuevo en Paraná?
¿Por qué armar equipos con “lo que se puede” y no seleccionando lo mejor de la Provincia o nuevas promesas del resto del país que quieran fraguarse desde una vieja plaza como la de la Capital provincial, dando la vida, dejando todo en cada contienda, valorando a pleno la chance que se les tributa?
Ya es tiempo de pensar diferente y ejecutar distinto. No alcanza con ser escrupulosos en las cifras, o en el otorgar condiciones profesionales impecables a los contratados.
Hay mucho más por hacer… Se puede… No hay que dudarlo. Solo hay que bajar un poco la altivez, el orgullo, y comprender que así como hay plazas incentivadas por políticos, gremialistas o empresarios en cierta forma “polémicos”, acá también se puede cristalizar un NEGOCIO conveniente a TODOS, si nos ponemos de acuerdo en equilibrar las patas de la mesa.