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DÍA DEL DIRIGENTE DEPORTIVO: NOBLEZA, OBLIGA…

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- En homenaje a José Pepe Amalfitani, ex presidente y orgullo de Vélez Sarsfield y reconocido por todo el ambiente deportivo del país por sus cualidades como directivo, se celebra hoy, 14 de mayo, en Argentina el Día del Dirigente Deportivo. Amalfitani falleció el 14 de mayo de 1969, tras una prolongada enfermedad. 

Marca registrada de Amalfitani eran su honradez y sus valores morales; también su carácter fuerte y pasional. Y su picardía para conseguir donaciones y mano de obra para beneficio del crecimiento de la infraestructura de Vélez.

El personaje de baja estatura y ojos vivaces que centellaban detrás de unos gruesos anteojos defendía como un león herido el dinero del Club Atlético Vélez Sarsfield, su refugio desde su niñez en Villa Luro,

Fue presidente de Vélez en dos oportunidades, breve el primer período y muy extenso el último. Su estreno en el cargo máximo fue entre 1923 y 1925. Su carácter duro encendió chispas de discrepancia con colegas y socios y lo mantuvieron afuera del club durante un tiempo.

Pero no resistió ver a su Vélez en un momento delicadísimo –el peor de su historia– y regresó, cargado de fuerza y determinación, con el equipo descendido a Primera B y sin estadio por haber perdido su mítico Fortín de Villa Luro. El fantasma de la desaparición acechaba…

Amalfitani no se amedrentó ante el tremendo panorama. Volvió ser elegido presidente en 1941-extendiendo su mandato hasta su muerte en 1969– y en un terreno pantanoso y despreciado en Liniers consiguió levantar el nuevo estadio y las instalaciones deportivas y culturales. Ofreció su patrimonio personal como garantía. Y alternaba sus actividades profesionales -fue comerciante, periodista, maestro mayor de obras y gastronómico- con su trabajo incansable en el club de sus amores.

“Cada chico ganado a la calle es un título obtenido” y “El cemento es mudo pero elocuente”, repetía con firme y contagiante convicción. Esas frases quedaron con parte de sus legados.

Son famosas las anécdotas de la época que cuentan como Pepe Amalfitani lograba que camiones desviasen su recorrido y descargaran escombros para el rellenado del pantano. O su gestión para una donación de material en desuso de los cercanos Ferrocarriles, incluyendo una antigua locomotora, para tapar esa superficie fangosa y donde muy pocos pensaron que se podría levantar una sede deportiva.

En homenaje a su monumental tarea en la dirigencia, la AFA decretó que el 14 de mayo sea considerado el Día del Dirigente Deportivo.

Al margen de Don Pepe…

No es la primera vez que lo rubricamos… El verdadero objetivo de un dirigente amateur es generar las condiciones para que quienes forman parte de la institución puedan desarrollarse íntegramente, siendo gestor o mediador, instrumento para el crecimiento de la actividad deportiva.

Un dirigente es también un conductor y a veces un líder. Honestidad, capacidad, creatividad, transparencia, tenacidad y coraje son requisitos insoslayables de su tarea.

El dirigente comprometido margina tiempo de su rol profesional, de su espacio en familia, de su descanso o recreación personal para implicarse en su tarea, arriesga su imagen y a veces su patrimonio para beneficiar a su entidad.

Tiempo atrás, cumpliendo funciones en esferas gubernamentales, leí ésta comparación entre la vid y el dirigente deportivo… Observen atentamente:

“El dirigente deportivo, es como la vid, es la guía madre que da vida a la planta. Las nutrientes, de dónde saca fuerzas, son al compromiso solidario y su inquebrantable voluntad.

El respaldo, donde se apoya la planta, es su propia fortaleza, la de su familia, las familias de los deportistas y a veces unos pocos empresarios.

Los frutos, son los racimos de deportistas, fuertes y vigorosos que da todos los años.

El premio se da, cuando algunos de sus retoños, a través del esfuerzo y del trabajo se conviertan en un generoso vino premiado que recorre el país y el mundo.

Si el éxito se alcanza, se dirá que el buen vino es consecuencia, de la calidad de la madera del tonel, del enólogo, del sol, del frío, de la tierra y de todo el entorno que dio calidad a esa cosecha, nadie se acordará de la vid.

Pero, cuando la cosecha es mala, la culpa es de la vid, que no tuvo la capacidad de dar una cosecha de buena calidad.

Nadie se acordará que la planta soporta y alimenta en soledad y desde siempre, cosecha tras cosecha, los racimos que fugazmente pasan por su vida y luego desaparecen.

Mientras tanto, la leñosa planta seguirá sola, humilde y en silencio, a veces sin hojas y soportando plagas, pero manteniendo en su terquedad el espíritu y la voluntad, de producir todos los años nuevos racimos.

Sus uvas podrán ser de menor o mayor calidad, podrán llegar a ser buen vino o no, pero la vid dejará la vida en el intento de dar un buen fruto.

Transcurridos los años seguramente nadie recordará el viñedo de donde surgió ese exquisito y exitoso vino y mucho menos la humilde vid que le dio vida.

Estos olvidos ‘que en soledad duelen’ no son solo el patrimonio de los racimos que pasan como la levedad de una brisa en la extensa vida de una vid.

Mientras tanto, humildemente y en silencio, la vid seguirá produciendo todos los años nuevos racimos, en la soledad del desierto, donde su voz, sus gritos, y sus gemidos solo son escuchados por el viento”.

Un humilde homenaje al dirigente deportivo que en silencio y desde siempre es el soporte y la vida del deporte en la Argentina.

También están los otros… los de las declaraciones altisonantes, los de las proyecciones ambiciosas, los que aman los flashes y la luz de las cámaras, los que adoran la condescendencia de sus amigos íntimos de la prensa o los que repelen, denuestan o vilipendian al mensajero crítico; son los irónicos, los mordaces, los que no están dispuestos a ceder ni un centímetro de poder y siempre se rodean por fieles, leales lugartenientes que van a estar listos para recoger el legado y seguir la misma línea.

Ellos, tarde o temprano, demuestran sus apetitos egocéntricos, narcisistas, ni que hablar de sus intereses particulares… Basta tan solo repasar sus obras, sus herencias, lo que dejan; y a la postre, queda en claro cuánto usufructuaron del deporte.

Aunque, a veces, suele ser tarde para darse cuenta de lo mal que hicieron, del daño que generaron, del perjuicio ocasionado.

Casi nadie lo mide, porque estamos en la Argentina. Un país con una valoración distintiva, con una subjetividad singular, con una memoria muy peculiar, especial…