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Día de la Memoria: duros discursos contra el Gobierno nacional

Un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976, que marcó el inicio de la dictadura cívico-militar, fue recordado hoy con diversos actos, movilizaciones y actividades en todo el país. El escenario central en la ciudad de Buenos Aires fue la Plaza de Mayo y calles aledañas, donde confluyeron organizaciones de derechos humanos, agrupaciones políticas y sociales.

 

En el acto central, que comenzó cerca de las 17, la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto fue la principal oradora. “Llevamos 42 años buscando a nuestros nietos desaparecidos y ya hemos resuelto 127 casos. Pero faltan cientos. Somos muchas las familias que necesitamos saber dónde están y qué se hizo con estos hijos”, dijo.

 

Luego pidió: “Necesitamos la ayuda de toda la sociedad para encontrarlos. Hasta que el último no aparezca la identidad de todos y todos está en duda. Ya no hay tiempo para secretos familiares guardados bajo siete llaves. Detrás de ese rumor puede estar la identidad de nuestros nietos”.

 

Carlotto también se refirió al posible arresto domiciliario de condenados por delitos de lesa humanidad y aseguró: “No permitiremos ni un retroceso en Memoria, Verdad y Justicia. Ni un paso atrás, ni un genocida suelto”.

 

La movilización no estuvo exenta de un alto contenido político y críticas al Gobierno. Tras la liberación de Carlos Zannini y Luis D’Elía, sobre el escenario principal se pidió por la libertad del resto de los que consideran “presos políticos”, también se reclamó justicia por Santiago Maldonado y hubo cuestionamientos a las políticas de seguridad de la actual gestión.

 

Varios reclamos, un escenario

 

Este año, el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, en homenaje a las víctimas de la junta militar que tomó el poder 42 años atrás, reunió en un sector de la Plaza de Mayo a los organismos en torno a una misma consigna: “la unidad” en la acción y en los reclamos, la aspiración de lograr una asistencia “masiva” en las conmemoraciones que se realizarán en todo el país.

 

Pasadas las 13, en la ciudad de Buenos Aires, la Avenida de Mayo se convirtió en el principal punto de encuentro, enmarcado por las fumarolas de los puestos de choripán, panchos, empanadas y hasta pochoclo que se alternaban con las mantas y stands que ofrecían remeras, libros, banderas, artesanías y calcomanías.

 

Esas prendas contaban sus propias historias. Si años atrás lo que dominaban eran los estampados con las consignas “Juicio y Castigo” o “Memoria, Verdad y Justicia”, las remeras y banderas mostraban este mediodía una multiplicidad de lemas: muchas contra Mauricio Macri, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich , y la política de seguridad de Cambiemos, otras tantas defendían a Cristina Kirchner.

Desde “Son 30.000”, “Fuera Bullrich”, “Algo habría hecho” (con las caras de Santiago Maldonado o Facundo Ferreira, el niño baleado por la policía en Tucumán) y también el canto “M.M.L.P.Q.T.P”, que se repitió en algunos sectores de la movilización.

 

En la pantalla gigante en el escenario principal se leía: “Marchamos contra el ajuste, la represión y la impunidad. Por una democracia sin presas y presos políticos ni genocidas sueltos”.

La Plaza y el corredor de la Avenida de Mayo estuvieron desde temprano dominadas por jóvenes, grupos de estudiantes y familias completas que recorrían los stands o hacían picnics en el suelo. Murgas, actores y el rock de los parlantes completaban la escena.

 

Sobre las diagonales Norte y Sur y en la Avenida de Julio, en cambio, ganaban peso los grupos más organizados y convocados por los partidos políticos y organizaciones piqueteras. Era el lugar de los bombos, redoblantes y colectivos.

 

El primer acto, convocado por Abuelas de Plaza de Mayo y las Madres de la Línea Fundadora y otros organismos de derechos humanos, comenzó a las 14.35, con el tradicional llamado: “¡30.000 desaparecidos, presentes!”, seguido por un repaso de las marchas y actos en todo el país.

 

 

La convocatoria a la movilización estuvo a cargo tanto del colectivo integrado por Abuelas y Madres de Plaza de Mayo línea fundadora, el CELS, Hijos y la APDH (entre otros), como en la del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, nutrida por agrupaciones de derechos humanos, políticas y sociales de izquierda.

 

La concentración en la ciudad de Buenos Aires tiene particularidad de realizarse en el espacio delimitado entre el Cabildo y la Pirámide de Mayo, por las obras de remodelación de la Plaza que desde noviembre realiza el Gobierno porteño y en conformidad con lo acordado con los organismos de derechos humanos.

 

“En este 24 de marzo, el llamado a la unidad resulta necesario por el reclamo de la libertad de los presos políticos, para denunciar los retrocesos en las políticas de Estado de Memoria, Verdad y Justicia, la lentitud en los procesos judiciales y la pretensión del gobierno del otorgamiento indiscriminado de las domiciliarias a los genocidas”, declararon en un comunicado 13 organizaciones de derechos humanos.

 

Entre los firmantes se destacan Abuelas de Plaza de Mayo; Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas; Asamblea Permanente por los Derechos Humanos; HIJOS Capital; Liga Argentina por los Derechos del Hombre; Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos; y el Centro de Estudios Legales y Sociales, entre otros.

 

Por su parte, si bien volvió a marchar en forma independiente, desde el Congreso Nacional hacia la Plaza de Mayo a partir de las 15, el colectivo Encuentro Memoria, Verdad y Justicia llamó a “conseguir la máxima unidad de acción en las calles” y denunció un “salto en la política represiva y de impunidad desplegada por el gobierno nacional”.