Desbaratan banda de ladrones de motos
La División Robos y Hurtos realizó dos allanamientos en Paraná que permitieron, en el primero ubicar un aguantadero de motos robadas; y en el otro localizar un taller mecánico donde se realizaba la parte operativa para desarmar, adulterar y blanquear motos.
Los procedimientos se realizaron entre el sábado y domingo en el barrio Las Piedras y en un galpón de Rondeau al 800.
En el primero, una casa abandonada y precaria, el personal de la Dirección de Investigaciones de la Policía entrerriana localizó una moto que tenía pedido de secuestro por haber sido robada tiempo atrás, como así también algunos repuestos.
Con la correspondiente autorización judicial, luego se avanzó con el allanamiento en un taller de pintura de motos en Rondeau al 800. Allí los investigadores se sorprendieron por la estructura existente, ya que del simple pintado de motos, se descubrió la faz operativa de lo que se estima la parte medular del robo de motos en la zona este de Paraná.
En el galpón había herramientas de precisión y convencionales, con capacidad para coordinar una asociación ilícita que se trata de desbaratar. Allí se localizaron 11 motos enteras y otras desarmadas, pero se ubicaron además cerca de 500 repuestos y partes.
En la requisa se descubrió que la mayoría de las motos contaba con pedidos de secuestro por haber sido sustraídas en la capital entrerriana, otras con sus numeraciones adulteradas, suprimidas e incluso algunas con numeraciones ya suplantadas.
Se destacó que en el lugar se concentraba el accionar delictivo de distintos tipos de ilícitos relacionados con el robo de motos.
Se aclaró que se encontraron motos sin adulterar, pero con pedido de secuestro por haber sido denunciadas, otras con sus números suprimidos lo que torna difícil determinar su procedencia, pero que de igual manera constituye delito.
Cabe señalar que estadísticas oficiales marcan que en Paraná, por día, roban cerca de cinco motos, de las cuales poco menos de la mitad son recuperadas.
Además, se detectaron motos con numeraciones ya suplantadas, con números puestos para salir al mercado con otra identidad sin requerimiento de secuestro, lo que llevará a investigar cómo se ingresaba la moto al mercado y con qué documentación de respaldo. En el lugar, también se verificaron adulteraciones en motores y en cuadros, el rearmado para cambiar el aspecto original y dificultar su búsqueda, sin olvidar que se detectaron evidencias concretas que suponen la comercialización.
Los pesquisas, en los cerca de 500 repuestos, ubicaron un motor de automóvil correspondiente a un Renault 9 con pedido de secuestro.
El dueño del taller, un hombre de 36 años, no sólo quedó comprometido en la causa por Adulteración, supresión de número de bienes registrables, comercialización ilegal de motos y repuestos, sino que también pesaba sobre él un pedido de captura por una causa anterior por Robo y portación ilegal de arma de fuego, por lo que se dispuso su detención y alojamiento en la Alcaidía de Tribunales.
Los procedimientos fueron ejecutados por personal de la División Robos y Hurtos y el verificador de Sustracción de Automotores.
En el local de la zona Este de Paraná, se detectaron números telefónicos de personas con antecedentes en robos de motos que viven en el barrio Lomas del Mirador, Paraná XX, Hijos de María, Circunvalación y zonas aledañas.
Sumado a otros indicios es que se consideró que el taller era el núcleo central de la banda, no sólo para esconder las motos robadas, sino también para adulterarlas en todas las modalidades delictivas.
El gran dolor de cabeza para la Policía y la Justicia es tratar de desbaratar las bandas que sustraen las motos, las desguazan, adulteran y luego las venden en un mercado paralelo.