Derrumbe de barranca y cero autocrítica del Estado
ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Se habla de “una conjunción de factores estructurales y climáticos” que hizo colapsar las barrancas sobre calle Acuerdo de San Nicolás, en el Parque Urquiza. Sin embargo, no se escucha ni se lee desde ámbitos Oficiales una palabra respecto a si pudo existir incapacidad, inacción del Estado en cuanto al imprescindible cuidado/mantenimiento de un monumento como lo es semejante joya natural.
Por el momento, la Municipalidad de Paraná ha demarcado el área del derrumbe para restringir la circulación de vehículos y peatones.
Al mismo tiempo, desde el área de Vialidad Urbana de la Comuna se llevan adelante trabajos paliativos que consisten en el reemplazo del suelo arcilloso por otro de tipo calcáreo y se ha procedido “a la reparación de cañerías y cloacas que se rompieron con el movimiento del suelo”, afirmó el secretario de Planeamiento e Infraestructura, Guillermo Federik.
Además del desplazamiento de tierra y árboles, que terminaron sobre la calzada, en el lugar se observan fisuras en el terreno barrancoso que podrían ser indicadoras de nuevos derrumbes.
Trataremos de ser, dentro de nuestra escasa erudición en la materia, lo más específicos posibles en este artículo de sucinta reflexión.
La erosión natural es compleja de manejar pero se pueden constituir ciertos controles sobre la misma, mientras que la erosión causada por el hombre se puede prevenir e inclusive soslayar en la mayor parte de los casos, si logramos identificarla como la causal de una coyuntura determinada.
El origen natural más importante de desprendimiento es el aumento de la cantidad de agua del suelo, que al saturarse y aumentar de peso, disminuye la resistencia al deslizamiento y aumenta la fuerza de empuje.
La masa de material que se va saturando, permanece en un estado de equilibrio transitorio en las zonas poco estables y se produce el deslizamiento ante la presencia de algún fenómeno desencadenante, como ser precipitaciones intensas durante periodos prolongados, a lo cual se añade la intervención del hombre en cuanto a manejo inadecuado del suelo, establecimiento de cañerías, desagües o drenajes, la desprotección de cobertura vegetal, la tala de árboles, el almacenamiento de agua de lluvia en los suelos, presencia de acuíferos semiconfinados, emisión exagerada de vibraciones diversas, etc.
Para determinar los motivos concretos se hace imprescindible delimitar de qué clase de fenómeno se habla y qué factores se aluden al mismo, por ejemplo litológicos, estructurales, topográficos, antrópicos, climáticos y hasta tectónicos dependiendo de la zona o región, como de la actividad que se desarrolla en el área, ejemplo tránsito pesado (colectivos, camiones), vibraciones diversas (por ejemplo ruidos de motores, música).
En efecto, las acciones que el hombre realiza para su desarrollo muchas veces actúan como disparadores del proceso erosivo y pueden darse hundimientos o desplomes, desprendimientos, corrimiento, y deslizamiento.
Hete aquí la trascendencia de verificar exhaustivamente los por qué, y determinar las condiciones de estabilidad de la parte de la barranca incólume, reduciéndose al máximo las incertidumbres y el margen de error posible.
Determinándose el nivel de riesgo, en base al mismo se definen todas las actuaciones siguientes.
De allí que preguntemos si se han efectuado los correspondientes estudios topográficos y geotécnicos in situ sea con los ensayos físicos, de laboratorio y/o mecánicos pertinentes.
Las preguntas claves que nos inquietan serían: ¿cuáles son los pasos convenientes a seguir?, ¿qué grado de especialización tienen los responsables de las tareas emprendidas luego del “fenómeno” acaecido?, ¿cuentan los mismos con las maquinarias y/o herramientas adecuadas?, ¿se ha capacitado al personal en la competencia respectiva?, ¿posee la Comuna peritos expertos en la materia?
Federik contesta dichos interrogantes informando que la Comuna ha contratado los servicios del estudio Barbagelata Ingeniería SA.
Federik también indicó que “la obra deberá contemplar un sistema de drenajes y de conductos superficiales similar al que se construyó en la barranca del Patito Sirirí”, denominada del Bicentenario. Para llevar este trabajo adelante es necesario cumplimentar una serie de pasos que incluyen desde la conclusión del diagnóstico, el cálculo presupuestario, la determinación del origen de los fondos a utilizar, el llamado a licitación (que requiere 30 días) y las obras propiamente dichas. Esta conjunción de tareas llevará varios meses.
Para Federik, el inconveniente se originó por las intensas lluvias del verano y se agudizó a finales de marzo con la rotura de una cañería cloacal. El responsable del área de Planeamiento dijo que el sector fue monitoreado a principios de febrero dado que ya se había insinuado el deslizamiento a partir de la saturación de la arcilla expansiva.
El 27 de marzo se registró una primera grieta en el coronamiento de la barranca al final de la calle Santa Fe.
Ahora, los problemas de estabilidad no sólo se encuentran en el lugar donde la semana pasada se cayó la barranca sino en otros enclaves del parque. El Municipio tiene detectado potenciales riesgos en la zona del Anfiteatro, en la Cuesta de Izaguirre, en la Bajada de Los Vascos y en la calle Melvin Jones.
Al respecto, Federik dijo que “desde hace 20 años no se realizan trabajos de fondo para el mantenimiento de los sistemas de drenaje sino que se ha apelado a trabajos puntuales. En este sentido, los técnicos del Municipio observan que esos desagües han cumplido su vida útil. Serán necesarias inversiones de consideración para arreglarlos y preservar la tierra en su lugar”.
No culpamos a la Gestión Osuna. Para nada, pero… ¿el “sincericidio” de Federik no revela a su vez una falta de autocrítica propia de este Gobierno?
Si hubo 16 años y pico de INACCIÓN POLÍTICA ADECUADA… ¿Por qué ÉSTA gestión no dio el ejemplo y se puso MANOS A LA OBRA en cuanto a la creación de un EQUIPO DE ESPECIALISTAS de la Comuna que se capacite, perfeccione y se RESPONSABILICE de aquí en más de TODA ésta problemática???
¿O los paranaenses nos debemos olvidar de tantos anuncios grandilocuentes y tan escasos cumplimientos?
Hoy, se recurre a la aptitud, a la pericia del estudio de ingeniería precitado por Federik. Obviamente, ello conlleva una inversión EXTRAORDINARIA. Lo dijo el funcionario… VEINTE AÑOS (seguro que son MÁS) de NO PRIORIZAR a nuestro querido Parque. VEINTE AÑOS…!!!
¿No se pudo detectar esta problemática y emprender los pasos consecuentes? ¿No lo merece semejante monumento natural?
¿No valía la pena invertir en tan imponente postal que nos regala la naturaleza?
El paso por la zona del desplazamiento de tierra está restringido. La calle Acuerdo de San Nicolás está cortada tanto para el tránsito vehicular como para peatones. En el lugar se ha extendido una malla perimetral que abarca las barrancas superiores e inferiores desde Laurencena hasta la ermita de la virgen Stella Maris.
Ahora… ¿Quién asegura que el nuevo local gastronómico ubicado al pié de la misma barranca no se erija en una zona de neto peligro y/o inseguridad?
Nos gustaría que Federik sea más claro en torno a ello. Estos “deslizamientos” pueden obedecer a procesos naturales, sin duda, como también estamos convencidos que tal desestabilización de masa de tierra TUVO acción directa o indirecta del hombre, como por ejemplo, cierta deforestación que indiscriminadamente se concretó previo a la Cumbre del Mercosur, o a las propias vibraciones emanadas del precitado Complejo y a la mutación o transformación que tuvo la zona tras su inauguración con un fluir constante y SONANTE a toda hora por toda la adyacencia.
Pero… de ello no se habla desde esferas Oficiales. Repetimos la pregunta… ¿Costará mucho ser CLARO? Federik es sincero respecto a los años de falta de obras apropiadas. Eso lo admitimos y elogiamos. Nos genera una dosis de CONFIANZA su espontánea franqueza. Aunque nos incomoda, nos fastidia, que NADA se diga de la mano del hombre. O de su desidia.
Fotos: Gentileza Mariano Saúl.-