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Decepcionante labor individual de Argentina con rendimientos llamativamente negativos en lo físico

La selección argentina de fútbol tuvo un debut flojísimo en el debut por el Mundial de Qatar 2o22. Si bien es meritorio lo de Arabia Saudita en lo físico, lo que atañe a la sagacidad estratégica y en su eficacia ofensiva, el equipo de Scaloni no rindió a la altura de las expectativas. Es evidente que los tres goles anulados por el VAR pudieron influir en lo psicofísico, pero no hubo reacción en el gesto técnico y atlético.

Arabia Saudita se las ingenió para incomodar al elenco argentino desde el comienzo con una defensa -al límite de lo táctico- que dejó fuera de juego a los atacantes albicelestes en un sinfín de situaciones.

A partir de tanto celo tecnológico, Argentina no halló referentes que cambien el trámite que desequilibren y peor aún, se observó despliegues físicos, en cuanto a potencia y velocidad, muy lejos de lo que habitualmente entregan singularidades como el “Cuti” Romero, Paredes, De Paul, Gómez, Di María y el mismo Lionel Messi.

Si a ello le sumamos la baja de Gio Lo Celso y la ausencia en el primer capítulo (lenta decisión del DT en ponerlo…) del “Huevo” Acuña, está compuesto un cóctel netamente negativo para la “Albiceleste”.

El uno x uno

Emiliano Martínez (5): No tuvo intervenciones en la etapa inicial y no logró impedir (era casi imposible) los tantos del rival en las dos primeras que le patearon en el segundo tiempo.

Nahuel Molina (4): Impreciso a la hora de salir jugando, le costó conectar con los mediocampistas y no generó aportes en ataque. Su sector fue el más atacado por los rivales –ambos goles vinieron desde ese carril– en los momentos en que buscó ganar metros y Argentina lo pagó caro.

Cristian Romero (4): Correcto primer tiempo por entrega y solidez en el fondo, hasta se animó a la gambeta en el área rival. No llegó al cruce para evitar el empate de Arabia Saudita y quedó expuesto como un eslabón débil. Tuvo que irse reemplazado a los 13 minutos de la segunda parte por una molestia física.

Nicolás Otamendi (5): Firme en el primer período, no fue el máximo responsable en el desconcierto del segundo pero tampoco pudo ordenar una defensa golpeada. Mostró mayormente seguridad y confianza plena cuando tuvo que repeler el peligro.

Nicolás Tagliafico (5): Sufrió las pocas veces que Arabia atacó a su espalda, sin grandes colaboradores que lo ayudasen en la marca por el sector izquierdo. Con un elogiable despliegue, intentó ser un apoyo en el ataque para el “Papu” Gómez, pero le faltó claridad y potencia. Tuvo una situación inmejorable en la segunda parte, en la que creció su nivel pero dejó la cancha por Marcos Acuña, de características más ofensivas.

Rodrigo De Paul (1): Errático con la pelota, combativo pero siempre a destiempo. Muy lejos del protagonismo que acostumbra en la Selección. Se mostró muy impreciso desde el arranque y tampoco pudo encontrar comodidad a nivel posicional. Cometió algunas faltas evitables en zonas de peligro y llegó tarde a tapar el remate de Salem Al-Dawsari que terminó en el segundo gol del combinado saudí. El gran “ausente” del equipo.

Leandro Paredes (4): Tuvo poca participación en la mitad de la cancha y no pudo oficiar de lanzador como suele necesitar el equipo. Cumplió con su labor de mover la pelota pero sin demasiada influencia para romper líneas. Bajo desempeño fundamentalmente en el desenvolvimiento atlético del volante central, que salió a los 13 del segundo tiempo por Enzo Fernández.

Alejandro Gómez (4): De menor a mayor en el primer tiempo, no participó en los primeros minutos del segundo y luego dejó el campo de juego con una tarea opaca sin lograr desequilibrar en el uno contra uno pese a su talento indiscutible. Le tocó comenzar como titular en la posición que dejó vacante Giovanni Lo Celso, cuya ausencia se sintió demasiado.

Ángel Di María (3): Estuvo demasiado volcado sobre la banda derecha, bien controlado por la línea defensiva adelantada que aplicó Arabia Saudita para alejar a los atacantes de la Albiceleste de su área. Apenas pudo enviar un par de centros al área pero que no tuvieron éxito. Nunca encontró espacio para recortar hacia adentro con pelota ni para tirar una diagonal que lo ubique de cara al arco rival. Uno de los jugadores más aislados. Se lo vio varias veces frustrado.

Lionel Messi (4): Convirtió el penal con una sutileza y luego otro tanto que fue anulado, en el que definía a la perfección. Algunos destellos, pero no pudo hacer la diferencia y el equipo lo sintió. Sus gestos de frustración e impotencia pesaron en contra de sus compañeros. No fue el líder ni siquiera en cuanto a la destreza o habilidad para superar el vallado árabe.

Lautaro Martínez (5): Dos grandes resoluciones en los dos goles que le anularon por posición adelantada. Poco a poco, su protagonismo comenzó a diluirse, sobre todo cuando el equipo paso a estar en desventaja y el rival ajustó las clavijas de su sistema defensivo para sostener el resultado hasta el final. El bloque estrecho de Arabia Saudita lo incomodó completamente y nunca recibió en zonas fértiles.

Enzo Fernández (5): Entró en el momento más complejo del encuentro. No cambió la ecuación ni desentonó. Pero forzó.

Julián Álvarez (6): Su ingreso le dio otra movilidad, otra dinámica a la ofensiva. Pero sin ideas de los más diestros fue imposible generar desventaja al rival.

Lisandro Martínez (5): Poca participación, ingresó con el adversario sumamente replegado. Aportó siempre salida limpia.

Marcos Acuña: Jugó muy poco por culpa de Scaloni. Imposible calificarlo. En el tiempo que estuvo en cancha, demostró que es titular inamovible.

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