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De Loredo dio el voto positivo, pero dijo: “El ajuste no lo pagó la casta, lo están pagando los sectores medios y fundamentalmente los adultos mayores”

En el cierre de bloques durante la sesión de este jueves en el debate por la ley Bases y el Paquete fiscal, el titular de la bancada radical, el cordobés Rodrigo De Loredo, esgrimió cinco motivos para apoyar la ley Bases: “Nos parece democrático y correcto otorgarle herramientas al Gobierno”.

“Tengo la sensación de un deja vu, un juego de la oca que avanza dos pasos y retrocede uno. Ha sido muy extensa la demora de estos textos, pero ponernos a dilucidar en ello no conduce a nada. Se ha sido obstruccionismo de una oposición que está siempre presta y lista para impedir que el Gobierno avance o negligencia de un Gobierno que carece de expertiz, de técnica o de gestión, no nos lleva a ningún lado”, reflexionó el radical.

Así, afirmó: “Nuestro bloque va a acompañar por una amplísima mayoría estos textos. La versión que viene del Senado de la ley Bases y va a insistir por amplia mayoría con la versión que aprobó esta cámara el paquete fiscal”.

El primer motivo explicó: “El más importante es que estamos de acuerdo con los contenidos; delegaciones razonables, privatizaciones necesarias; un cambio en la modernización de la legislación del trabajo para que desafixie la pesada carga de la litigiosidad que cae en las PyMES; un régimen de inversiones que compra una credibilidad que el país no tiene; un cambio de paradigma hidrocarburífero que promete duplicar producción petrolera y gasífera; una recuperación del impuesto a las Ganancias que nunca debió haber sido retirado porque es uno de los tributos más equitativos y progresivos del sistema”.

“La segunda razón es por una cuestión de expectativas porque la sociedad, los mercados, para moverse y evolucionar necesitan de la confianza y me cuesta entender bien tanto argumento opositor cuando cada vez que tuvo media sanción estos textos se han sucedido reacciones económicas favorables”, siguió el cordobés.

En tercer lugar, planteó: “No deja de ser un planteo democrático. Es un Gobierno que asume, que pide determinadas herramientas, que tiene poco tiempo en el ejercicio, que tiene debilidad parlamentaria y nos parece democráticamente correcto otorgárselas”.

“El cuarto argumento para que se acaben los chivos expiatorios y las culas asignadas a factores foráneos y para que se haga cargo el que tiene que gobernar”, agregó y cerró: “Para que demos vuelta una página y terminemos una primera etapa del gobierno que nos ha agobiado a todos. Ha contado con objetivos económicos cumplidos, una secuencia de baja inflacionaria, una disminución de la brecha cambiaria, del riesgo país, y fundamentalmente una eliminación del déficit”.

Promediando su intervención, De Loredo analizó: “Objetivos que se han logrado con prescidencia de gestión, de precisión, de técnica profesional. El ajuste sabemos que no lo pagó la casta, lo están pagando los sectores medios y fundamentalmente los adultos mayores. Las herramientas que nos trajeron hasta acá no van a ser las mismas que se necesitan para afrontar los desafíos presentes y futuros como la presión devaluatoria, el atraso cambiario, la profunda recesión y la gente sustituye su principal problema que era el inflacionario por el desempleo”.

En tanto, bregó para que ”la segunda etapa tenga gestión, que ocupen los cuadros técnicos vacantes, que el futuro que se avecina empiece a cumplimentar ese contrato electoral de bajar paulatinamente los tributos que gravan las exportaciones porque no va a salir Argentina si no exporta más; que cuente con acuerdos con las provincias para ir eliminando el peor de los impuestos de ingresos brutos; que se continúen desarmando esos formatos inequitativos, estériles, proteccionistas que funcionan como esas antiguas estancias, y que encuentre al Gobierno entendiendo que si no hay inversión en el recurso humano de ninguna manera no hay futuro, sin inversión educativa no hay futuro”.

“No queremos integrar su Gobierno, no nos interesan sus cargos, sus embajadas, no somos obstruccionistas, no somos héroes, pero tampoco villanos cuando diferimos”, opinó el radical y tomó las palabras de Freud: “No se puede ser duro contras las corporaciones ni contra la mala política, ni contra las fuerzas que impiden el cambio, ni contra el gasto que despilfarró nuestro futuro, si no se es blando con las personas que están esperando y bancando con ilusión, que es la esperanza atravesada por el deseo”, y cerró: “Apoyamos estas leyes porque nadie se va a salvar solo en Argentina. O empujamos todos para adelante o no se sale”.

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