Coto no cuida los precios de los quesos
Para no herir susceptibilidades, entre Coto, Walmart y Carrefour es complicado hallar una oferta excepcional en cuanto a productos lácteos. Por ahí una leche de 2ª marca viene con un descuento esporádico pero, yendo al grano, comprar queso en cualquiera de estos supermercados es ir dispuesto a amargarte. Eso sí… Jamás pensamos ver el “tarifazo” en las góndolas del primer autoservicio citado como sucedió el pasado fin de semana.
Se habla mucho, tal vez demasiado de los Precios Cuidados, citándose desde el Estado que hay un permanente control en la materia. Al parecer, el Proyecto Nacional del Campo Popular que sostiene el famoso modelo de Inclusión Social con matriz productiva diversificada no puede garantizar el precio de un sachet de leche, y entonces nos está pidiendo a todos nosotros que salgamos a patrullar por los supermercados.
La cuestión es que se instrumentó un plan que se llama “Precios Cuidados” y se nos requiere que pongamos el celo que finalmente no tuvieron los militantes de La Cámpora, a quienes se los vio inicialmente con gran entusiasmo recorriendo las góndolas de Coto portando una planillita en la mano e indudablemente les agarró un ataque de nervios por la extrema responsabilidad conferida de transformarse subrepticiamente en “amos de casa”, supervisores de la economía doméstica.
Muy distinto de la lucha que imaginaban tener en el deber de custodiar como “buenos soldados” a Cristina y proceder con valor “a luchar por el país” o bancar “este proyecto patria o muerte para la liberación”, etc, etc… De éste modo, fatigados por tanto peregrinar entre las góndolas, apelaron a colgar afiches con la cara y el nombre de los dueños, presidentes o Ceos de hipermercados con una leyenda que dice “estos son los que te roban el sueldo”.
Se buscó previsibilidad, estabilidad y transparencia en el proceso de formación de precios de los productos de la canasta familiar. ¿Cambió algo? NO… Así, con mayúsculas.
De hecho que, sigue siendo muy complicado, en sí poco visible y hasta incómodo el hurgar a lo largo y ancho de los súper por las ofertas del célebre Plan o Programa.
Peor aún… Deseamos sinceramente creerle a nuestra presidenta y su ministro de Economía acerca de la nula inflación, pero los números no cierran y basta controlar un ticket de hace 3 semanas atrás con uno de este sábado, apertura de septiembre.
Claro que las herramientas tecnológicas nos ayudaron y basta
agrandar las fotos que aquí subimos para verificar que el precio de los quesos se recontra disparó en lo de Don Alfredo.
Medios como La Nación, Clarín y otros de indiscutible influencia en la formación de opinión, o instalación de temas que provocan malestar contra la política económica del Gobierno, apelan a porcentajes, operaciones de Cálculo y Precálculo justificando sus editoriales revolucionarios.
Nosotros solo estamos preocupados, inquietos, angustiados ya que comerse unas fetas de queso pareciera que pasa a ser un lujete.
Algo hay que hacer. No somos eruditos en administración, no poseemos la sapiencia imprescindible para elaborar una Columna de Opinión profunda. Solo fuimos al grano. Sacamos unas fotos y Uds., queridos lectores pueden agrandarlas para verificar los exuberantes costos de un producto necesario para una buena alimentación.
No hablamos de queso de leche de alce, cabra o burra, tampoco del brie, del camembert o especiados. Nos referimos al kilo de queso en fetas, para hacer sándwiches o incorporarlos en ensaladas o tartas. O sea, un queso totalmente comunardo.
Nos encantaría saber si Don Alfredo sabe. Pues si sabe lo que sale el queso en sus góndolas, de la sensación pasaremos a la certeza que bien se merece figurar en los afiches de La Cámpora. Claro… no alcanza, algo más deberíamos hacer. Como primera medida, NO COMPRARLE cuando lo que pondremos en el carrito es sencillamente un ROBO.
Paralelamente, nos encantaría que el Estado PROCEDA y tome las medidas imprescindibles para VERIFICAR de este ABUSO.