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Coronavirus y comunicación: la clave es ser más claros que nunca

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Entre Ríos atraviesa un delicado período con un incesante crecimiento en la cifra de contagios por Coronavirus. Sin embargo, el mensaje Oficial no deja de ser confuso y ligero. Hay funcionarios que se atreven a citar la incipiente “circulación comunitaria”, sin embargo, no son precisos. En tanto la comunicación sigue siendo objetiva en cuanto a cifras, pero ni siquiera traduce con exactitud la palabra de las autoridades responsables de portar un mensaje.

Invitamos a nuestros lectores a ver íntegra una conferencia de prensa virtual ofrecida por el Gobierno de Entre Ríos. Escuchar atentamente a los responsables de llevar a la ciudadanía palabras esclarecedoras. Luego, comparar coberturas de medios y el parte formal.

Son profundas las diferencias. Es como que el Estado no revela con fidelidad, con precisión lo que está aconteciendo y ello alarma.

Si un funcionario de alto rango de Salud se atreve, se anima a mencionar siquiera el término “circulación comunitaria”, luego, en el parte de Prensa, NO EXCLUIRLO. Menos aún cuando ese funcionario ha sido descriptivo fecundamente.

No ha ocurrido UNA VEZ. Son varias…

El mismo Gobierno nos pide reafirmar el compromiso de respetar los protocolos sanitarios establecidos hace ya varios meses; nos invita a repensar, a reflexionar acerca de nuestros derechos, nuestras responsabilidades, nuestros deberes cívicos ante tan compleja coyuntura.

Sin embargo, no es capaz de revelar con rigurosidad la REALIDAD, la más pura VERDAD de lo que estamos padeciendo.

¿Cuál es el miedo? ¿Volver Fases atrás? ¿Qué el presidente de la Nación entienda que hubo un desmanejo de la curva de infecciones?

Da la sensación de no querer ser declarada la provincia, o en especial Paraná, Zona de Circulación Comunitaria. Y hete aquí una duda más… ¿No debe intervenir Nación también en ello para cambiar rumbos a tiempo?

¿Con qué vara se mide esta turbadora circunstancia? ¿Tan solo por cifras periódicas?

Pero al mismo tiempo… Crecen los contagios de manera sostenida y los controles no existen dentro de la Capital, en especial en el macrocentro. Como son innumerables las denuncias en Redes Sociales respecto a la laxitud de las revisiones en puestos camineros.

No obstante, lo que se comunica es distinto, dejándose entrever que el aumento de casos positivos es temporal relajándose la preocupación. Y así, lógicamente, no se consigue bajar la circulación de personas.

De este modo, día que transcurre deviene en un acrecentamiento de la cantidad de infectados y es indudable el cuestionamiento del status sanitario y/o epidemiológico de Paraná.

La verdad jamás daña a una causa que es justa, pero no se interpreta ese postulado.

La postal hipotética es que una declaración protocolar de “transmisión comunitaria” en el conglomerado urbano de Paraná, implicaría una regresión. Ahora bien… ¿Qué se espera? ¿Qué se repliquen las contaminaciones y colapse el sistema de salud?

Dentro de las clasificaciones epidemiológicas, estamos concretamente en una fase de transición entre conglomerados con casos comunitarios que van creciendo y no aparecen las variables para contemplar decisiones drásticas.

Es elocuente que el nivel de movimiento de personas refleja la causa de tan notable aumento de contagios. Por lo tanto, con la sucesiva reapertura de actividades y/o eliminar restricciones de movimientos, conduce inexorablemente a que las infecciones se propaguen de manera incontrolable.

Hay miles de paranaenses, de entrerrianos, responsables, comprometidos, que si tienen el más exiguo síntoma relacionado a esta pandemia se efectúan los estudios, las indagaciones pertinentes y se aíslan automáticamente como prevención.

Tal vez, haya otros miles asintomáticos que esparcen la infección inconscientemente.

Y -seguro- hay centenares (o más) de irresponsables, que con el solo objeto de seguir subsistiendo económicamente, minimizan sus cuadros de salud, no recurren a los efectores, y continúan desarrollando normalmente sus quehaceres como sus contactos familiares/sociales pese al Distanciamiento.

Son esos los que de modo especial propagan el contagio pero de modo directo y hasta CONSCIENTEMENTE pues poseen sintomatologías y son indiferentes a ello, algunos por necedad, otros por NECESIDAD.

Por eso es que creemos con firmeza que NO ES IMPERIOSO VOLVER ATRÁS DRÁSTICAMENTE en las actividades ya que la situación económica también es dramática.

Sin embargo, SÍ es imprescindible que TODOS los principales actores intervinientes se reúnan con los expertos, con los científicos, con las autoridades y emane de allí una decisión CABAL, CATEGÓRICA, TRANSPARENTE de los pasos a dar para frenar esta oleada de casos positivos.

Es imprescindible REORDENAR los protocolos sanitarios, establecer una nueva red de control y trabajar SERIAMENTE en la elaboración de manifiestos de PREVENCIÓN que reeduquen a la sociedad.

Neurálgico, vital, central será rectificar el rumbo en la veracidad de la COMUNICACIÓN. Que la información fluya con una metodología más ÁGIL y ESPECÍFICA.

El lenguaje de la verdad debe ser, sin duda alguna, simple y sin artificios.

Que no se tenga MIEDO, TEMOR a informar que hay fallecidos o que sube la curva epidemiológica, LIGANDO ESTRECHAMENTE la cantidad de contagios a la cantidad de camas disponibles en efectores públicos y privados.

“La letra con sangre entra…”. Perfecto, hacer entender entonces a la sociedad DÓNDE SE ESTÁ PARADO. Y que si siguen los contagios el COLAPSO de la estructura sanitaria será INMINENTE.

Ojo… No mentir. Ser MUY exactos. Y sin ir más lejos, que el seguimiento de los nexos epidemiológicos sea DURO, CRUDO.

La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés. Suministrar datos TAJANTES es CLAVE.

De una buena vez por todas es insoslayable comenzar a comunicar fehacientemente, por ejemplo, citar edades de los contagiados para que se entienda que no solo los pacientes de riesgo pueden contagiarse sino que también los adolescentes, los jóvenes, quienes justamente son los que más se volcaron a las calles con las progresivas “libertades” otorgadas.

Pero a la vez, no basta con decir: “21 tuvieron contacto estrecho con casos confirmados previamente y 27, sus nexos epidemiológicos se encuentran en estudio…”. ¡Hay que seguir esos 27 y luego informar con SERIEDAD cuántos son los contagios comunitarios o los casos que no tienen nexo epidemiológico!!!

¡NO alcanza con un parte escueto, sucinto y que se señale “se encuentran en estudio…”! Realizado ese estudio, concluida esa pesquisa debe PUBLICARSE la cantidad de casos SIN NEXO. Solo así se consigue comunicar de manera irrefutable y solo así se ADVIERTE a la población.

La RESPONSABILIDAD CENTRAL le cabe al Gobierno en el CONCIENTIZAR a la ciudadanía. Un Gobierno timorato, dubitativo, y/o peor… que ESCONDE INFORMACIÓN, que LA RETRASA, que LA POSTERGA, que NO LA MANIFIESTA CON CLARIDAD, es un Gobierno IRRESPONSABLE.

Hay que tener el valor de decir la verdad, sobre todo cuando se habla de la verdad.

No tenemos que rendir cuentas a nadie. Miren el mundo. Lo que pasó por NO PREVENIR. Y sobran ejemplos de autoridades demagógicas que priorizaron exhibir imágenes frívolas para NO ADMITIR la gravedad del cuadro que se atravesaba.

Sabemos que la situación económica-financiera es DRAMÁTICA, pero PEOR es la muerte.

Si la Salud provincial colapsa, NO HABRÁ VIDA.

No queremos comerciantes, empresarios o profesionales quebrados. No queremos más despidos o desempleo por cierres. No queremos empleados que cobran la mitad de sus sueldos.

Tan solo deseamos saber LA VERDAD. Y con esa MERA VERDAD seguramente recuperaremos el SANO DISCERNIMIENTO, LA SENSATEZ, LA CORDURA de todos los habitantes de este bendito y hoy castigado suelo entrerriano.

Incontrovertible el axioma: La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.

Aunque bien dijo Aristóteles: “No basta decir solamente la verdad, más conviene mostrar la causa de la falsedad”.

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