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Corina Machado rechaza propuestas de Lula, Petro y Biden

La líder opositora venezolana María Corina Machado rechazó la propuesta de convocar una nueva elección en Venezuela, lanzada en primer lugar por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y a la que se sumaron luego los mandatario de Colombia, Gustavo Petro, y de Estados Unidos, Joe Biden.

“Yo les pregunto a ustedes: se va una segunda elección y si no les gustan los resultados, ¿qué? ¿Vamos a una tercera? ¿A una cuarta? ¿A una quinta? ¿Hasta que le gusten los resultados a Maduro? (…) ¿Aceptarían ustedes eso en sus países?”, fue la respuesta de la líder opositora en una conferencia de prensa por Zoom con medios de la Argentina y Chile.

“Nosotros fuimos a una elección con las reglas de la tiranía. Mucha gente me dijo que estábamos locos, que iba a haber un fraude monumental que no íbamos a poder probar. Nosotros confiamos en la organización ciudadana y hubo gente que arriesgó su vida, su familia, su hogar, y otros fueron asesinados u hoy en día están presos o han tenido que huir del país”, dijo Machado, quien encabezó un conteo de actas propios -gracias a un ejército de testigos de mesa- que da cuenta de un triunfo de su candidato, Edmundo González Urrutia, por un 60% de los votos.

Machado se refirió a la ola represiva que lanzó el gobierno de Maduro para sofocar las protestas contra lo que la oposición y parte de la comunidad internacional denuncia como un fraude, y que dejó por lo menos 25 muertos y más de 2200 detenidos.

“Plantear desconocer lo que ocurrió el 28 de julio es un insulto al pueblo venezolano… Las elecciones ya ocurrieron”, agregó. “La soberanía popular se respeta y las elecciones ya ocurrieron”, remarcó.

Sobre otra de las propuestas de Lula da Silva -de un gobierno de coalición-, la dirigente indicó que “los ejemplos a los que se hace referencia son en los cuales han habido diferencias de orden político entre los grupos en conflicto, pero ambos han sido grupos democráticos o por lo menos no involucrados en actividades criminales. Y este no es nuestro caso”.

“Nosotros estamos ofreciendo incentivos y salvaguardas, pero es una transición a la democracia”, agregó, sobre su propuesta de garantías al chavismo en el caso de que deje el poder. “Les hemos dicho a los actores cercanos al oficialismo que quieren contribuir con esta transición que nosotros no vamos a llevar adelante un proceso de venganza o persecución, por el contrario, les estamos abriendo los brazos diciendo que hay una oportunidad para que ellos tengan una vía política cumpliendo las reglas democráticas en el futuro”.

Más temprano, en una entrevista radial, Lula da Silva señaló que todavía no reconoce a Maduro como ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio y sugirió la convocatoria a nuevas elecciones.

“A Maduro todavía le quedan seis meses de mandato. Es el presidente independientemente de las elecciones. Si tiene sentido común, podría convocar al pueblo de Venezuela, tal vez incluso convocar nuevas elecciones, crear un comité electoral y permitir que observadores de todo el mundo realicen un seguimiento”, dijo Lula en conversación con Radio T.

Por su parte, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, apuntó a “nuevas elecciones libres” dentro de una lista de sugerencias para solucionar la crisis política de Venezuela ante las denuncias de fraude de la oposición. Entre sus propuestas mencionó también el “levantamiento de todas las sanciones” económicas y “garantías totales a la acción política”.

Por la tarde, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo -ante una consulta de periodistas- que respalda una nueva elección en Venezuela.

A diferencia de muchas otros países que ya han reconocido como ganador a Maduro o al opositor Edmundo González, los gobiernos de Brasil, Colombia y México han asumido una postura más neutral. En un comunicado conjunto, los tres países llamaron al organismo electoral de Venezuela, el Consejo Nacional Electoral (CNE) a que divulgue decenas de miles de actas electorales, que se consideran la prueba definitiva de los resultados que dieron como ganador a Maduro y que despertó fuertes cuestionamientos a nivel internacional por la falta de pruebas.

Tras las propuestas de Petro y de Lula, Andrés Manuel López Obrador sostuvo en una conferencia matutina que “no creo que sea prudente el que nosotros de afuera, un gobierno extranjero, sea quien sea, opinemos sobre algo que corresponde resolver a los venezolanos”.

Durante el Gobierno de Lula, Brasil se forjó como un importante mediador, incluso en el Acuerdo de Barbados, alcanzado en octubre, cuando el Gobierno de Maduro y la oposición política llegaron a un convenio sobre una nueva elección que generó el alivio de las sanciones estadounidenses.

La ley venezolana permite una nueva votación siempre que el Consejo Nacional Electoral o las autoridades judiciales anulen una elección considerada fraudulenta o cuyo resultado haya sido imposible de determinar. La nueva elección debería ocurrir en un plazo de entre seis y 12 meses en las mismas condiciones que la votación anulada, y los mismos candidatos deberían aparecer en la boleta.

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