Contundente advertencia del campo: “El tiempo de lamentarse terminó. Es hora de actuar y exigir reglas claras que liberen la fuerza de nuestro agro”

Este miércoles se realiza un nuevo Congreso de Maizar, el evento que reúne a la cadena del maíz, que lleva el lema “Por más valor”. En el discurso inaugural, el presidente y productor agropecuario, Federico Zerboni, hizo un contundente diagnóstico sobre la situación del campo argentino y planteó una hoja de ruta basada en valor agregado, articulación política y transformación estructural.

“Perdimos una gran oportunidad”, lamentó Zerboni, al comparar el estancamiento productivo de Argentina con el crecimiento sostenido de Brasil, Paraguay y Uruguay en las últimas tres décadas. Mientras el país apenas logró un crecimiento del PBI del 56%, “Brasil creció un 257%, Paraguay un 252%, y Uruguay un 324%”, subrayó.

Zerboni también reconoció el esfuerzo del actual gobierno por estabilizar la economía, el control de la inflación y la disminución de la pobreza, aunque señaló que aún queda camino por recorrer. “Tenemos clara la situación compleja en que recibió al país hace apenas un año y medio. Pero debemos seguir con los cambios pendientes, como la reforma impositiva y laboral, y la eliminación de las retenciones como prioridad”, reclamó.

Y añadió con firmeza: “El tiempo de lamentarse terminó. Es hora de actuar y exigir reglas claras que liberen la fuerza de nuestro agro, energía y minería. La transformación es el único camino para construir la Argentina que merecemos”.

Con más de 40 años de trayectoria en el sector, Zerboni repasó los avances logrados en los años ‘90 con la biotecnología, la siembra directa y la expansión de la frontera agrícola, aunque denunció que “la política, en lugar de ver al agro como un socio estratégico, vio una caja para recaudar”. En ese sentido, señaló que las retenciones y la presión fiscal fueron determinantes en el quiebre entre el campo y el Estado, especialmente tras la Resolución 125.

El productor advirtió que hoy la competitividad del agro argentino se encuentra fuertemente comprometida. Entre los factores que mencionó se destacan: los altos costos de producción, el deterioro de la fertilidad del suelo, la falta de infraestructura, una elevada carga impositiva, el envejecimiento del parque de maquinaria, y un escenario internacional menos favorable, con mayor proteccionismo, menor tracción china y precios de commodities a la baja.

“El gran riesgo es que hagan desaparecer a los productores argentinos, no por falta de productividad, sino por las malas políticas agropecuarias y fiscales”, alertó.

En contraposición, elogió el modelo brasileño, que, según indicó, supo construir una política agropecuaria sólida a partir de la articulación con el poder legislativo a través del Instituto Pensar Agro (IPA). “Ellos entendieron que el camino no es sin la política, ni contra la política, sino con la política”, destacó.

Zerboni subrayó la importancia de iniciativas como el Comité Agrobioindustrial (ABI), en el que participa Maizar junto a otras instituciones, y el Espacio Legislativo Interpartidario del Agro (ELIA), que nuclea legisladores de 18 provincias. “Nuestro compromiso con las políticas públicas es concreto. No se trata de quejarnos, sino de generar soluciones con representación federal”, sostuvo.

En este sentdo, remarcó que la cadena maicera se apoyó en la experiencia de Maizall, una alianza entre Maizar y sus pares de Estados Unidos y Brasil, que en conjunto producen el 50% del maíz del mundo y el 80% de sus exportaciones. “Esta unión nos otorga una enorme ventaja en las negociaciones, como en las misiones que hemos realizado a la UE, la OMC, México, Estados Unidos, África y Asia, defendiendo con vigor nuestros sistemas productivos”, indicó, y adelantó que a partir de junio, Argentina presidirá Maizall, por medio de Manuel Ron.

En su balance de coyuntura, se solidarizó con los productores afectados por la sequía y las lluvias recientes, y celebró el trabajo articulado para enfrentar la plaga de la chicharrita, que en la campaña anterior causó pérdidas por 2.000 millones de dólares. “En tiempo récord, creamos la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis y hoy contamos con información clave. No volverá a sorprendernos”, afirmó.