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Contra 7 no se puede…

ANTICIPO.- Sionista perdió ante un gran equipo, que cuenta con individualidades de notable fuste como con un técnico astuto, quien comprendió cuáles eran las bondades esenciales del team paranaense y aplicó un esquema defensivo el cual supo desconectar las conexiones fundamentales para de éste modo restarle volumen de juego colectivo y limitar las singularidades. Quimsa tuvo grandes méritos para ganar por 87 a 81, pero se opacó su legitimidad con un arbitraje grotesco, paupérrimo.

Lo de Roberto Smith ya es tradicional. Vendría a ser como que ve la camiseta de Sionista y le da prurito, se descompensa y cumple tareas altamente cuestionables. Acá o afuera, éste hombre que debe administrar justicia, habitualmente sufre noches fatídicas.
Lo de Sergio Tarifeño no es tan grave pues alterna buenas y malas por igual, o hubo algunas en que pasó felizmente sin trascender.

Este domingo ambos redondearon una labor detestable, con tres cuartos en los cuales se equivocaron por igual aunque con la llamativa tendencia de, ante cada achique de brecha local, sobrevinieron polémicos pitazos.
Pero en los últimos diez no tuvieron vergüenza de sentenciar la historia, opacando toda la calidad indiscutible de los santiagueños y la gestión de Romano y sus asistentes quienes plasmaron un scouting ejemplar desde aquel revés en el “Ciudad” de Santiago.

Por eso sabemos separar. Seríamos también nosotros injustos si decimos que “Sionista perdió por los jueces”.
Hubo un rival. Un adversario que planteó con notable agudeza las acciones y ejecutó un plan pleno de viveza, sustentado en individualidades de enorme talento y lo suficientemente sagaces para manejar determinados momentos del pleito.

¿Jugó mal Sionista?… Mal, no es la calificación adecuada. Pero bien tampoco.

¿Hizo méritos para ganar?… Sí, no los suficientes como en las últimas tres contiendas, pero expuso momentos, pasajes, en los cuales si no hubiera tenido el “freno” de Smith y Tarifeño, quizás hubiera sido otra la historia.

¿Cuál fue el principal defecto?… Más que defecto propio hubo mucha bondad ajena en la ejecución de una defensa que perturbó, trastornó la homogeneidad, el equilibrio que se venía vislumbrando.
Ese método, ya lo enunciamos, cortó los vínculos entre altos y bajos, impidió cortinas a la bola, bloqueos y rolls hacia el aro, como rotando acertadamente para quedar pocas veces en desventaja de talla con desplazamientos vivaces.
Así se vieron muchos arrestos en singular, algunos que terminaron bien y la mayoría mal.

¿Cuáles fueron los puntos en débito?… La respuesta debe dividirse en tres:
a) sin Zilli y sin Martínez, como sin Fioretti, es normal que suceda lo de ésta noche; digamos que Quimsa fue más “largo” y ante dos jornadas infernales en 48 horas el devenir de los cambios, de las mutaciones, en la visita tuvo saldo a favor;
b) quizás por el agobio de tanto calor, y por las faltas precitadas, como por el tipo de oposición presentado hubo performances en particular que rindieron por debajo del nivel evidenciado en la Sudamericana como en los tres éxitos consecutivos de Liga Nacional.
c) de lo singular a lo colectivo hay una línea muy estrecha entre medio, y esos declives que hubo se trasladaron al ánimo del grupo, por lo cual si le sumás que en tu propia casa estás perdiendo porque el rival es mejor esa noche y se le adosa una tarea de los árbitros nefasta, suelen suceder éstos bajones generales, que se pueden traducir en merma de actitud, de fogosidad, de esa fibra a la que nos estábamos acostumbrando.

Rasgo de impotencia?… Puede ser… Algo de eso. Tuvo en sus manos revertir la historia tras estar 18 abajo, pero desperdició la chance por defecto propio, virtud ajena y una manito “caprichosa” de los árbitros.

Ya está… La experiencia por esta 8ª fecha debe ser asimilada lo más rápido posible pues el martes hay que viajar a Sunchales para enfrentar a Libertad, partido postergado de la tercera jornada, debido a la participación de los paranaenses en la Liga Sudamericana 2009. AMPLIAREMOS.-
Foto: Manuela Calderón Bourband (Cuestión Entrerriana).-